Las relaciones con Ruman¨ªa vencen el punto muerto
El pr¨®ximo d¨ªa 20 partir¨¢ para Bucarest una misi¨®n comercial espa?ola, para continuar la preparaci¨®n de un acuerdo entre los dos pa¨ªses. Ayer, la agencia Cifra anunci¨® que el restablecimiento de relaciones diplom¨¢ticas entre los dos pa¨ªses ?podr¨ªa tener lugar en breve plazo?.
Este problema ha sido objeto de las m¨¢s encontradas interpretaciones. Seg¨²n una versi¨®n, hace veinticinco d¨ªas, parec¨ªa inminente el anuncio de las relaciones diplom¨¢ticas plenas entre los dos pa¨ªses, que deber¨ªan ser aprobadas en Consejo de Ministros, pero una intervenci¨®n del secretario del Partido Comunista espa?ol, Santiago Carrillo habr¨ªa retrasado, por parte rumana la decisi¨®n final. Seg¨²n otra versi¨®n, el se?or Carrillo no tendr¨ªa capacidad alguna de desviar el cumplimiento de los fines de dos Estados, y s¨®lo se habr¨ªa sufrido una prolongaci¨®n del periodo de estudio y preparaci¨®n. Fuentes consultadas por EL PAIS, y que reflejan el primero de los puntos de vista, aportan la siguiente versi¨®n de los hechos.
Las presiones de Carrillo
Conseguir que los rumanos se volviesen atr¨¢s, al menos temporalmente, en lo relativo al restablecimiento de las relaciones diplom¨¢ticas plenas con el Gobierno de Madrid oblig¨® a Santiago Carrillo, secretario general del Partido Comunista de Espa?a, a forzar la m¨¢quina de las presiones. Carrillo hab¨ªa obtenido f¨¢cilmente de Tito ciertas dilaciones para la firma del convenio comercial hispano-yugoslavo, pero su hom¨®logo rumano Ceaucescu, amigo personal suyo y muy pr¨®ximo a las tesis del eurocomunismo, se resist¨ªa a adoptar una decisi¨®n similar. M¨¢s que una medida de retorsi¨®n -el reconocimiento legal del PCE, no parece preocupar demasiado a los comunistas espa?oles, que considerar¨ªan que es a los propios reformistas a quienes m¨¢s dificultades les crea el tema-, se trataba para Carrillo de evitar a cualquier precio que Madrid pudiese jugar la baza de sus buenas relaciones con ambos paises frente a los recelos de los europeos, e incluso de los americanos, ante la lentitud del proceso democratizante espa?ol. Si Yugoslavia y Rumania, dos pa¨ªses inequ¨ªvocamente comunistas, nos aceptan como somos, no vemos la raz¨®n de que ustedes se sigan mostrando reticentes, ser¨ªa, sobre poco m¨¢s o menos, la tesis reformista. Y la visita real a los Estados Unidos, el mejor marco para exponerla. As¨ª las cosas, el l¨ªder comunista ten¨ªa que actuar r¨¢pida y en¨¦rgicamente. Y as¨ª lo hizo.Agotados pronto y sin ¨¦xito los argumentos cl¨¢sicos del internacionalismo proletario, la solidaridad entre los partidos hermanos, etc¨¦tera. Carrillo hubo de atacar el problema de frente y sin ambages: si el colega rumano persist¨ªa en su actitud, la vieja amistad personal que les une a ambos quedar¨ªa cancelada, previno fraternalmente. Item m¨¢s: las relaciones oficiales entre el PCE y el PCR se ver¨ªan gravemente afectadas y reducidas a nivel de funcionarios de tercera categor¨ªa. Ante tales perspectivas, Ceaucescu cedi¨® sin m¨¢s, y de momento, todo qued¨® en abrazos solidarios. Las mismas fuentes donde EL PAIS ha recogido esta versi¨®n aseguran, que para tratar sobre ¨¦ste y otros temas, una alta personalidad espa?ola se podr¨ªa entrevistar pr¨®ximamente con el secretario general del PCE. El lugar del encuentro se habr¨ªa fijado en principio en la mansi¨®n que un s¨²bdito espa?ol posee en la Costa Azul cerca de Niza.
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