"P¨ªo Baroja, todav¨ªa en el infierno teol¨®gico"

?P¨ªo Baroja, a pesar de la apertura, sigue estando, por lo visto, en el infierno teol¨®gico -todav¨ªa no se le ha perdonado su ate¨ªsmo-, y ni siquiera se le ha dedica do en Madrid, a la que tanto am¨® y sobre la que tanto escribi¨®, ni una calle ni una triste l¨¢pida; cuandoquiera es hora para que se le dedique alg¨²n recuerdo.? Con esta petici¨®n terminaba Federico Carlos Sainz de Robles la conferencia que sobre Baroja y Madrid pronunci¨® el mi¨¦rcoles en el Colegio Oficial de M¨¦dicos.Momentos antes el se?or Sainz de Robles, que conoci¨® a Baroja en 1921, ?cuando ya don P¨ªo no estaba bien vistos en los ambientes eclesi¨¢sticos por su fama de ateo y anticlerical?.

?En las obras de don P¨ªo -dijo el se?or Sainz de Robles- existen constantes alusiones a Madrid, aunque sean unas alusiones tibias. La capital de Espa?a siempre lehab¨ªa atra¨ªdo. Baroja amaba a Madrid porque no le gustaba. Desde ni?o le toca asistir a ahorcamientos, ejecuciones, ambientes s¨®rdidos, pregoneros y pedig¨¹e?os barriobajeros y, en general, a todo ese ambiente simp¨¢tico -que llamaba tantas veces ¨¦l-, ambiente tr¨¢gico y pesimista, al que se mostr¨® siempre propenso. ?

Tras hacer una alusi¨®n a la faceta pol¨ªtica de Baroja, ?socialista y antimon¨¢rquico? y por otra parte pol¨ªtico fracasado en la pr¨¢ctica como candidato a concejal y diputado por el Partido Radical de Lerroux, Federico Carlos Sainz de Robles construy¨® un breve paralelismo entre Baroja y Gald¨®s, ?los dos mejores despu¨¦s de Cervantes?, entre quienes diferenci¨® de su amor por Madrid el que uno, Gald¨®s, ,se hacte abiertamente de su amor por Madrid, mientras que el otro, Baroja, ?lo admite con reticencias y oscuridades?.