La suerte de los palestinos preocupa a todo el mundo ¨¢rabe

La lentitud parece caracterizar la actual etapa de la crisis libanesa: no tienen prisa las tropas sirias en cumplir el alto el fuego; no la tienen los cascos verdes ¨¢rabes que deben sustituir a aqu¨¦llas en los puntos c¨¢lidos. Raz¨®n presumible: nadie ha logrado plenamente sus objetivos.Los sirios, cuya superioridad sobre el conjunto de fuerzas musulmanas y palestinas es aplastante, no han logrado todav¨ªa una victoria militar decisiva.. Para ello tendr¨ªan que haber emulado al Septiembre Negro de Jordania de 1970. Se han quedado hasta ahora a mitad de camino, a pesar de las destrucciones y bajas que les han causado a los palestinos y campos de refugiados, con lo cual el presidente sirio Hafez el Assad, no obtuvo la victoria pol¨ªtica que esperaba.

Ilustrativo de esto ¨²ltimo son las recientes conversaciones Giscard d'Estaing-Hafez el Assad en Par¨ªs, donde se ha hablado y acogido con simpat¨ªa por parte de Siria la idea de una conferencia sobre el L¨ªbano en Par¨ªs, al estilo, probablemente, de la de Vietnam.

Es inquietante, sin embargo, constatar que de nuevo las agencias indican el estado de alerta en que se encuentran las tropas norteamericanas en el Mediterr¨¢neo, muy en particular en la base brit¨¢nica chipriota de Akrotiri, con el consiguiente riesgo que ello sugiere de internacionalizaci¨®n del conflicto.

En todo se vuelve reiterativamente a los or¨ªgenes. A las proposiciones que se formularon tras la Guerra de Octubre de 1993: Conferencia de Ginebra, co-patrocinada por sovi¨¦ticos y norteamericanos, idea favorable a la URSS, y diplomacia solitaria y de paso a paso tan querida a Henry Kissinger. En una conferencia de Par¨ªs, es todo el conflicto ¨¢rabe-israel¨ª el que tendr¨¢ que ponerse de nuevo sobre el tapete.