El estrecho filo de la navaja
El Informe de este a?o aparece en una situaci¨®n muy dificil. No tan dram¨¢tica como la de 1959, pero s¨ª mucho m¨¢s complicada.La evoluci¨®n coyuntural de los dos ¨²ltimos a?os se encuentra resumida en la p¨¢gina de introducci¨®n del Informe.
La conclusi¨®n ser¨ªa que la pol¨ªtica econ¨®mica tiene una influencia m¨¢s bien relativa en la marcha de la actividad. Y que la econom¨ªa real posee un dinamismo propio, aut¨®nomo, que no convendr¨ªa menospreciar, ni en el plano del an¨¢lisis, ni en el de la acci¨®n.
La parte principal del Informe se dedica al estudio de los hechos y de las medidas de pol¨ªtica econ¨®mica empleadas para intentar encauzarlos. Ser¨ªa prolijo detenerse en este relato pormenorizado, riguroso y condensado de los acontecimientos. Aqu¨ª, el Informe est¨¢ en su terreno y exhibe la finura t¨¦cnica acostumbrada en los trabajos de la OCDE.
Si acaso, habr¨ªa que decir que el tono es demasiado gris, demasiado uniforme. Hay unos puntos que son m¨¢s importantes que otros. Deber¨ªa establecerse una gradaci¨®n entre los problemas, aunque todos sean graves. Puede haber incluso una relaci¨®n causal entre unos y otros aspectos de la situaci¨®n, y es muy importante distinguirla tanto para montar un esquema interpretativo como para disponer las l¨ªneas de ataque dela pol¨ªtica econ¨®mica. Se ve que los hechos han sido coleccionados con solicitud, pero que no han sido valorados ni ordenados suficientemente.
Por ejemplo, entre una nube de adjetivos, y de dudas, se viene a admitir que:
?... en 1974 y 1975 los precios controlados han progresado a menudo m¨¢s de prisa que los precios libres? (p¨¢gina 30).
Algo que ya hab¨ªan constatado los expertos espa?oles. Y aunque, en efecto, no se pueda llegar a una conclusi¨®n definitiva, la sola presunci¨®n de que el mecanismo de intervenci¨®n pueda funcionar como un factor de aceleraci¨®n de la subida o de rigidez a la baja (al menos, en comparaci¨®n con los precios dejados al libre juego de las fuerzas del mercado) es de una extrema gravedad.
El dinamismo que presenta la evoluci¨®n de la exportaci¨®n industrial est¨¢ bien descrito en el Informe. Pero no est¨¢ valorado correctamente como lo que es, como un s¨ªntoma de que el aparato productivo es b¨¢sicamente eficaz y de que esta eficacia del sector privado es una de las razones para pensar que nuestra situaci¨®n tiene una salida.
Previsiones a corto plazo
En cuanto a las previsiones a corto plazo, el Informe concuerda con las cifras que se ven¨ªan manejando hace unos meses, y que hoy pueden haber quedado un poco superadas. En general, se admite que el crecimiento de la econom¨ªa no ser¨¢ muy fuerte en 1976 y que el paro se mantendr¨¢ muy alto; que los precios acelerar¨ªan su marcha y que el d¨¦ficit corriente mejorar¨ªa sobre el nivel del a?o pasado. La pol¨ªtica fiscal deber¨ªa ser razonable y prudente. La pol¨ªtica monetaria deber¨ªa ser prudente y razonable. Las reflexiones de corto plazo del Informe nos han parecido siempre un poco pesimistas. M¨¢s a¨²n que pesimistas, incompatibles t¨¦cnicamente: normalmente no coinciden duraderamente estos niveles de desempleo, inflaci¨®n y d¨¦ficit exterior. Pero en vista del ¨¦xito que tuvieron las previsiones del a?o pasado y del camino que llevamos en la primera mitad de ¨¦ste, m¨¢s vale ser respetuoso con la habilidad de la OCDE para la previsi¨®n.
El Informe de este a?o incorpora un peque?o juego de previsi¨®n a medio plazo. Su conclusi¨®n es que un crecimiento demasiado fuerte puede producir un d¨¦ficit comercial insostenible o implicar un crecimiento de la exportaci¨®n de tal magnitud que ser¨ªa atrevido suponerlo. Naturalmente, un crecimiento m¨¢s d¨¦bil rebajaria la presi¨®n sobre el sector exterior, pero ser¨ªa insuficiente para absorber el crecimiento vegetativo de la poblaci¨®n activa.
Es dificil rebatir estas conclusiones.
Ser¨ªa excesivo, por otra parte, pensar que en el futuro la pol¨ªtica econ¨®mica ser¨¢ incapaz de mejorar su trayectoria del pasado reciente. En realidad esto es lo que parece querer decir el Informe: el futuro ser¨¢ dif¨ªcil si no se aplica la pol¨ªtica econ¨®mica adecuada.
La vaguedad de las recomendaciones
Cuando, claro est¨¢, lo dificil ser¨¢ encontrar la pol¨ªtica econ¨®mica adecuada. El mismo Informe es menos satisfactorio en esta secci¨®n final de recomendaciones de pol¨ªtica econ¨®mica. Junto a medidas generalmente aceptables por su misma vaguedad (acci¨®n estructural de los poderes p¨²blicos, refundici¨®n profunda de la pol¨ªtica agraria) se encuentran otras vagas y poco aceptables (la reorientaci¨®n de la inversi¨®n seg¨²n una pretendida abundancia relativa de los recursos). Algunas ser¨ªan insuficientes (atracci¨®n del turismo de rentas altas) y otras sorprendentes (la continuaci¨®n de acciones selectivas de control). Varias despertar¨¢n la adhesi¨®n de todo economista liberal: la reducci¨®n de la duraci¨®n excesiva del trabajo en la industria y los servicios; la prolongaci¨®n de la escolaridad; el aumento del subsidio de paro, el aumento del gasto p¨²blico en sanidad; la distribuci¨®n equitativa de la carga fiscal, la necesidad de instituciones socioecon¨®micas con capacidad negociadora. Pero yo no dir¨ªa que se encuentra aqu¨ª la respuesta exacta a la situaci¨®n actual.
Dos observaciones m¨¢s, para concluir, a este Informe de la OCDE sobre Espa?a, que sigue siendo algo as¨ª como el Informe econ¨®mico patr¨®n.
Uno querr¨ªa encontrar en el Informe el an¨¢lisis as¨¦ptico, t¨¦cnicamente puro, libre de las preocupaciones ?extraecon¨®micas? de los economistas nacionales. Un an¨¢lisis en t¨¦rminos de fines alternativos y recursos limitados. no un an¨¢lisis m¨¢s, sino un an¨¢lisis que sirviera de referencia y de contraste.
Por otra parte, aprovechando el bicentenario de la Riqueza de las Naciones, uno se atrever¨ªa a desear que el Informe recuperara un poco de su vieja confianza en la mano invisible y que dijera algo diferente de lo que se oye a los economistas intervencionistas.
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