?Platajunta fascista?
En repetidas ocasiones EL PAIS viene informando con singular imprecisi¨®n sobre el Partido de Acci¨®n Nacional. Quien firma estas l¨ªneas, miembro de la comisi¨®n promotora del PAN, ni tiene ni ha tenido relaci¨®n pol¨ªtica alguna con Guerrilleros de Cristo Rey, GAS, etc¨¦tera. Y soy profesa, p¨²blica y expl¨ªcitamente antifascista. Mal podr¨ªa, por tanto, presidir una ?platajunta fascista? que sospecho no existe m¨¢s que en la imaginaci¨®n de algunos redactores.Una sociedad democr¨¢tica s¨®lo puede funcionar con ?juego limpio?. Mi actitud pol¨ªtica la vengo definiendo en cientos de art¨ªculos en la prensa diaria -en algunos de los cuales hice, precisamente, los mejores elogios hacia el diario que usted dirige, que es, adem¨¢s, el primero al que me he suscrito en mi vida. Criterios que son p¨²blicos no deben, l¨ªcitamente, ser falsificados.
Pese a ello, no he querido enviar ninguna carta de rectificaci¨®n porque estimo tanto la necesidad de la prensa libre que casi prefiero la mentira al silencio, esto es, respeto el derecho a informar libremente.
Sin embargo, en la p¨¢gina 18 del n¨²mero del uno de julio, en la secci¨®n ?GENTE?, se me nombra en relaci¨®n con una presunta causa por amenazas de muerte contra un antiguo subordinado m¨ªo, don Miguel Bu?uel Tallada. La noticia es incierta por las siguientes razones:
a) No hay tal causa, pues s¨®lo se han sustanciado las diligencias previas por denuncia de dicho ex subordinado m¨ªo.
b) No puede entenderse, sin intenci¨®n malevolente, relacionar tal ?informaci¨®n? con mi car¨¢cter de promotor del PAN, que en efecto lo soy, y mucho menos achac¨¢ndome la presidencia de una ?platajunta fascista?. Esta falsedad es tanto m¨¢s grave cuanto que ustedes, como los restantes medios informativos que se hacen eco con toda probidad, han recibido una extens¨ªsima informaci¨®n en la que varias personas, entre quienes me cuento, nos separamos de tal Congreso precisamente por no admitir ni el m¨¢s leve planteamiento totalitario o fascista.
c) He sido, en efecto, pero no soy, secretario general de la editorial Doncel, a la que, en los ¨²ltimos meses, imprim¨ª un giro importantemente liberalizador, y de la que he dimitido por no poder llevar ese giro hasta el extremo que yo quisiera.
Le ruego disculpas por la extensi¨®n de esta carta, que tiene car¨¢cter estrictamente privado hacia usted, para llamarle la atenci¨®n sobre los hechos referidos. No quiero ning¨²n tipo de rectificaciones; tan s¨®lo aspiro a que, en el futuro, la informaci¨®n sea m¨¢s veraz. Primero, como afectado, y tambi¨¦n como lector.
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