El esp¨ªritu perdido

El bar¨®n Pierre de Coubertin ha pasado a la historia por ser el padre de los Juegos Ol¨ªmpicos modernos y, adem¨¢s, por haber pronunciado aquella frase de que m¨¢s importante que vencer es participar. La frase no pertenece al bar¨®n, puesto que la tom¨® del serm¨®n que el arzobispo de Pensylvania pronunci¨® en el preludio de los Juegos, en Londres, de 1808. La frase tampoco es original del arzobispo porque, con anterioridad, la dej¨® escrita Kipling. Ni el bar¨®n, ni el arzobispo, ni Kipling pod¨ªan imaginar, que la aplicaci¨®n de lo que ha sido el catecismo ol¨ªmpico iba a perder autoridad con el tiempo. Lo importante ya no es participar; lo importante comienza a ser ganar batallas pol¨ªticas.La inflexibilidad de los representantes de Taiwan y la inflexibilidad del anfitri¨®n ha impedido la participaci¨®n de los atletas formosanos en Montreal. El Comit¨¦ Ol¨ªmpico Internacional, el gran or¨¢culo del deporte mundial, ha perdido una nueva batalla diplom¨¢tica y todo hace pensar que comienza a perder las riendas del deporte universal. Las tensiones pol¨ªticas inciden sobre el COI de manera decisiva y cualquier presupuesto rom¨¢ntico es agua pasada.

Finalizada la batalla de Taiwan, comienza la que protagoniza Jean Claude Ganga secretario general del Consejo Africano del Deporte. Se espera ahora la lucha contra el intolerable apartheid.

Tampoco beneficiar¨¢ en nada la convivencia entre los pa¨ªses participantes la llegada a Montreal de la delegaci¨®n israel¨ª, que ha aterrizado con tres de las viudas de Munich. El deporte por el deporte, una utop¨ªa.