La cuadratura del c¨ªrculo
La Comisi¨®n de Justicia de las Cortes ha dictaminado el proyecto de ley que modifica determinados art¨ªculos del C¨®digo Penal. La Comisi¨®n ha modificado el texto del apartado 5 del art¨ªculo 172, seg¨²n el cual ser¨ªan consideradas ?l¨ªcitas las asociaciones ?que, sometidas a una disciplina internacional, se propongan establecer un r¨¦gimen totalitario?. El texto aprobado por la Comisi¨®n, y cuya aprobaci¨®n se sugiere al presidente de las Cortes, dice: ?Las que por su objeto, su programa, actuaci¨®n o circunstancias atenten a la dignidad o a la libertad humana o sean contrarias al pluralismo asociativo como medio para la participaci¨®n pol¨ªtica?.A lo largo de la discusi¨®n sostenida por la Comisi¨®n, seg¨²n la referencia de ?Pueblo? del d¨ªa 24 de junio, ?se fue perdiendo el pudor a tratar uno de los temas hasta ahora tab¨² en la discusi¨®n parlamentaria: la legalizaci¨®n del partido comunista?. Los se?ores procuradores se han ?devanado los sesos? tratando de hallar la f¨®rmula m¨¢gica que deje al Partido Comunista de Espa?a fuera de la legalidad, pero sin mencionarlo expl¨ªcitamene y tratando de justificar la exclusi¨®n en nombre de la democracia.
Es comprensible la dificultad de los se?ores procuradores para encontrar la f¨®rmula salvadora. Dificultad que no proviene de incapacidad ling¨¹¨ªstica, sino de razones objetivas: es muy f¨¢cil declarar ilegal al PC (o a cualquier otro), cit¨¢ndolo por su nombre y como expresi¨®n de una pol¨ªtica totalitaria, como se hizo en Espa?a en 1936 y se mantiene todav¨ªa. Pero es imposible no darle la legalidad en nombre de la democracia. Tan imposible como lograr la cuadratura del c¨ªrculo. En efecto, cualquiera de las f¨®rmulas manejadas en la discusi¨®n, u otras que se puedan elaborar ?en defensa de la democracia?, interpretada al pie de la letra y de los hechos, no podr¨ªa justificar nunca la exclusi¨®n de la legalidad del PCE. Por una raz¨®n muy sencilla: porque la l¨ªnea pol¨ªtica del PCE, expuesta p¨²blicamente en su programa, sus congresos, su prensa y sus documentos es netamente democr¨¢tica, y sus formas de acci¨®n absolutamente pac¨ªficas y normales en cualquier pa¨ªs con libertades pol¨ªticas.
El PCE no est¨¢ sometido a disciplina internacional alguna. Curiosamente, cuando existen y act¨²an Internacionales de todos los colores (socialista, democristiana, liberal...) no existe ninguna Internacional comunista, diga lo que quiera una propaganda interesada. Y no existe porque en las condiciones actuales es imposble su existencia. La reuni¨®n de los partidos comunistas europeos que estos d¨ªas atr¨¢s se celebr¨® en Berl¨ªn lo pone de manifiesto una vez m¨¢s. Por otro lado, cualquiera que tenga un m¨ªnimo conocimiento del acontecer pol¨ªtico en los ¨²ltimos a?os sabe de la posici¨®n independiente del PCE en todos los problemas claves del comunismo mundial en esta hora: conflicto chino-sovi¨¦tico, intervenci¨®n militar en Checoslovaquia, relaciones entre distintos partidos comunistas, situaci¨®n existente en los pa¨ªses socialistas, etc., y sobre todo en la elaboraci¨®n de una ?v¨ªa al socialismo? propia, democr¨¢tica, espa?ola. El mantenimiento de esa independencia pol¨ªtica frente a todas las presiones le ha costado al partido desgarrones internos, escisiones provocadas desde fuera, que no s¨®lo no determinaron un cambio en su l¨ªnea pol¨ªtica, sino que al hacer saltar del partido a los que pretend¨ªan imponer ese cambio dieron mayor firmeza a su pol¨ªtica renovadora y a su independencia.
El PCE no se propone establecer un r¨¦gimen totalitario ni antidemocr¨¢tico. Al contrario. Lucha por el establecimiento de un r¨¦gimen democr¨¢tico, es decir, sin exclusiones para nadie, con libertad para todos, incluidos los que han dedicado su vida a combatir al comunismo y seguir¨¢n haci¨¦ndolo en el futuro, pues est¨¢n en su derecho al obrar as¨ª, aunque no lo tienen para proscribir al PC y encarcelar a los comunistas por el hecho de serlo. El PCE lucha por el socialismo. Pero un socialismo democr¨¢tico, pluripartidista, sin filosof¨ªa oficial, sin ning¨²n privilegio para el PC. Un socialismo que sea el resultado del desarrollo al m¨¢ximo de la democracia en la vida pol¨ªtica, econ¨®mica, social, cultural, art¨ªstica, cient¨ªfica, etc. Esta pol¨ªtica, democr¨¢tica en sus objetivos inmediatos y lejanos, as¨ª como en sus formas de acci¨®n, lejos de ser una m¨¢scara o una maniobra para enga?ar a tontos, tiene una motivaci¨®n marxista, cient¨ªfica. Es la ¨²nica pol¨ªtica que en las condiciones de hoy en Espa?a y en el mundo puede llevar al triunfo del socialismo y garantizar su desarrollo posterior.
El PCE no pretende la subversi¨®n, ni el desorden, ni mucho menos el caos. Eso estar¨ªa en contradicci¨®n abierta con los objetivos expuestos m¨¢s arriba, con su vocaci¨®n de ser un partido gobernante. Su objetivo es la democracia, el socialismo. Su t¨¢ctica es la lucha de masas abierta, democr¨¢tica, con intervenci¨®n de millones de hombres y mujeres, y no s¨®lo la ?clase pol¨ªtica?, oportunista y sin principios. Pero una lucha pac¨ªfica, legal, en el parlamento, la prensa, el mitin, la conferencia, la manifestaci¨®n, la huelga. Y en elecciones libres, en las que el pueblo elija. a sus representantes en todos los ¨®rganos de poder. Esa t¨¢ctica no es de hoy, el Partido la plante¨® hace varios decenios, principalmente desde 1956, con la pol¨ªtica de reconciliaci¨®n nacional. En un Pleno del Comit¨¦ Central, en agosto de 1957, Santiago Carrillo dijo (naturalmente cito de memoria, pero seguro de no equivocar el sentido de la cita): ?En nuestra pol¨ªtica de reconciliaci¨®n nacional hay una invitaci¨®n a todas las fuerzas pol¨ªticas espa?olas a desterrar la violencia como forma de acci¨®n pol¨ªtica en Espa?a, y a dirimir nuestras diferencias a trav¨¦s de la lucha pol¨ªtica legal?. Esto se dec¨ªa por el PCE en 1957. Ser¨ªa interesante estudiar hoy las opiniones pol¨ªticas que entonces sustentaban muchos de los fervorosos dem¨®cratas de ahora.
Esta pol¨ªtica no atenta a la dignidad o a la libertad humana ni es contraria al pluralismo asociativo como medio para la participaci¨®n pol¨ªtica. Al contrario, la lucha del PCE, jalonada con el sacrificio de miles de sus militantes, es la expresi¨®n m¨¢s alta de una pol¨ªtica en defensa de la libertad y dignidad humana, del pluralismo asociativo y de la democracia.
Imposible justificar la ilegalidad del PCE en nombre de la democracia y en defensa de la misma. Imposible, tambi¨¦n, justificarla con razones de oportunidad pol¨ªtica, para evitar des¨®rdenes que pongan en peligro la existencia de la naciente y d¨¦bil democracia espa?ola. Porque, como dice Sixto C¨¢mara en ?Triunfo? del 19 de junio, ?dejar fuera de juego al PCE y a lo que queda a la izquierda del PCE significa dejar fuera de juego a la parte m¨¢s consciente de la clase obrera, a la mayor¨ªa del intelectuado, a la vanguardia estudiantil, a buena parte de los profesionales asalariados j¨®venes?. Yo a?adir¨ªa bastante gente m¨¢s, pero es igual. Y ello, adem¨¢s de ser antidemocr¨¢tico e injusto, s¨ª que puede poner en peligro la transici¨®n pac¨ªfica de la dictadura a la democracia. Precisamente porque es antidemocr¨¢tico e injusto.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.