Van Impe, vencedor en Par¨ªs
El gran escenario de los Campos Eliseos dio suficiente realce a la vigesimosegunda y ¨²ltima etapa, dividida en dos sectores, el, primero contra reloj individual y el segundo en linea. Deportivamente casi todo decidido, con Van Impe en gran vencedor, s¨®lo se confirm¨® el tercer puesto para, Poulidor, que super¨® a Delisle por nueve segundos. Galdos, aunque s¨®lo por otros nueve, mantuvo su sexta plaza ante Pollentier y 16 sobre Maertens. Este gan¨® el primer sector con tanta autoridad como en la primera mini contra reloj de Merlin Plage, pero en el segundo fue sorprendido por Karstens, como en Burdeos, lo que le impidi¨® batir el r¨¦cord absoluto de victorias de etapa en el Tour, que pose¨ªan Charles Pelissier y Merckx. S¨®lo lo igual¨®.
El Tour termin¨® y con la normalidad casi absoluta que suele presidir las etapas finales. Sin ir m¨¢s lejos, en los primeros treinta puestos de la general s¨®lo se registraron dos cambios con respecto al d¨ªa anterior: Poulidor gan¨®, como era l¨®gico, el desempate de su igualdad de tiempos con Delisle y Talbourdet pas¨® a Danguillaume del puesto vig¨¦simosegundo al vigesimoprimero. Ambas cosas sucedieron en la contra reloj individual de seis kil¨®metros, primer sector de la etapa. La lluvia, que cay¨® sin demasiada fuerza pero que puso el suelo resbaladizo y peligroso hasta la salida de los veinte ¨²ltimos corredores, desluci¨® bastante el espect¨¢culo. Menos mal que el circuito, cerrado al tr¨¢fico el mism¨ªsimo centro de Par¨ªs, fue lo suficientemente atractivo como para compensar inclemencias meteorol¨®gicas y el poco inter¨¦s deportivo.Freddy Maertens, una vez m¨¢s, impuso su ley en tan corto recorrido, superando pese a todo a Zoetemelk y Poulidor en once segundos y a su compatriota Pollentier en doce. Era su octavo triunfo en el Tour 75, que igualaba el r¨¦cord establecido por Charles Pelissier, en 1930, e igualado posteriormente por Merckx, en 1970 y 1974, y superaba a Bartali, que en 1948 logr¨® seis. Ya su salida fue fulgurante y buena prueba de ello fue que a los dos kil¨®metros, en la subida donde se tomaban tiempos para puntuar en la ¨²ltima cota de cuarta categor¨ªa, hizo el mejor crono con 1-58-07. Fue el ¨²nico que baj¨® de los dos minutos pues Knudsen, el noruego que ceder¨ªa en su ritmo a continuaci¨®n, realiz¨® 2-03-04, Poulidor 2-05-08, Pollentier 2-06-03, Bellini 2-06-04, Van Impe 2-06-09, Zoetemelk 2-07-00, Bracke 2-08-01, Pronk 2-08-02, Delisle 2-08-04, Men¨¦ndez 2-08-07, Mart¨ªnez Heredia 2-09-00 y Pesarrodona 2-09-0 1.Seg¨²n ello, al no hacer entre los tres primeros ni Bellini ni Van Impe, aunque de todas formas el italiano super¨® al l¨ªder, el corredor del Brooklyn se proclam¨® definitivamente rey de la monta?a por un solo punto. Ha sido una compensaci¨®n a su esfuerzo y al trabajo de un equipo que estuvo en el Tour cumpliendo su palabra, pese a las bajas importantes de sus mejores hombres: Roger de Vlaeminck, Sercu, el ¨²nico sprinter que con Van Linden puede hacer sombra actualmente a Maertens, y el mismo De Muynck, vencedor del Tour de Normand¨ªa y gran revelaci¨®n en el Giro.A partir del segundo kil¨®metro de la contra reloj, la gran recuperaci¨®n corri¨® a cargo de Zoetemelk, que incluso iba a superar a su compa?ero Poulidor en 14 cent¨¦simas de segundo. Este tuvo suficiente tiempo para subir su ventaja sobre Delisle, que no llegaba antes a los tres segundos, hasta los nueve, que le permitieron confirmarse como el primer franc¨¦s clasificado. A mitad de recorrido eran 4'05" contra 4'12". As¨ª pues, la haza?a de Poupou se hab¨ªa consumado. A sus cuarenta a?os lograba una tercera plaza, como en 1962, 66, 69 y 72. En segunda posici¨®n acab¨® en las ediciones de 1964, 65 y 74. Realmente toda una proeza que justifica de sobra la veneraci¨®n que en Francia se siente por ¨¦l. Verdaderamente, el ciclismo franc¨¦s estaban mal que, tras el abandono de Thevenet, la afici¨®n y el chauvinismo tienen que agarrarse a algo casi con angustiosa necesidad.
En el segundo sector, en l¨ªnea, con quince vueltas al mismo circuito de la contra reloj y un total de 90,7 kil¨®metros, el espect¨¢culo adquiri¨® los mayores caracteres, pues hasta el sol se dign¨® salir en algunos momentos. Los intentos de escapada se sucedieron, pero el aspecto m¨¢s interesante result¨®, sin duda, el esfuerzo de Delisle para descolgar a Poulidor. Este, sin embargo, verdadero maestro en chupar rueda, no perdi¨® nunca de vista a su rival, pues los nueve segundos de margen conseguidos contra el cron¨®metro eran casi como un triunfo para ¨¦l. Delisle incluso tuvo la mala suerte de pinchar en la duod¨¦cima vuelta y debi¨® realizar un gran esfuerzo todo el equipo para cazar al pelot¨®n.
Los espa?oles se distinguieron en muchas ocasiones y, para empezar, Perurena gan¨® el sprint de la tercera vuelta. Despu¨¦s, tras un tir¨®n de Pollentier en la cuarta, se form¨® un grupo de ocho hombres en los que iban Lasa, Mart¨ªnez Heredia y Pesarrodona. Llegaron a tener 17 segundos, pero la aventura termin¨® a la vuelta siguiente. Despu¨¦s, tambi¨¦n estuvieron en los paquetes formados por los demarrages continuos en cabeza Carril, Martos y Men¨¦ndez, sobre todo. En la d¨¦cima vuelta salt¨® Viejo fort¨ªsimo y estuvo otra entera destacado. Una vez m¨¢s no tuvo suerte, aunque impresion¨® su fuerza.Al comenzar la decimotercera vuelta incluso saltaron del pelot¨®n Van Impe, Maertens y Poulidor, a rueda de De Witte. Finalmente lo intentaron Labourdette y Bertoglio, ya en la ¨²ltima vuelta. Al italiano lo super¨® en la ¨²ltima vuelta Karstens, que se hab¨ªa venido colocando con mucha intuici¨®n. Maertens, en lugar de marcarle, se qued¨® en el pelot¨®n y cuando se entr¨® en la ¨²ltima recta ya era tarde para remontar al astuto holand¨¦s. Hab¨ªa hecho exactamente la misma jugada que en Burdeos y esta vez sin reclamaci¨®n posible. De un solo sprint imped¨ªa a Maertens batir el r¨¦cord absoluto de etapas en el Tour.
Van Impe, siempre al abrigo del pelot¨®n, entr¨® con los brazos en alto, igual que Karstens. Indudablemente, aunque ¨¦ste se tap¨® la cara como no creyendo que hab¨ªa ganado otra vez a Maertens, Van Impe ten¨ªa razones sobradas para estar m¨¢s contento. Un Tour no se gana todos los d¨ªas.
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