La vela, un deporte en progresi¨®n
ENVIADO ESPECIAL, Espa?a tuvo posibilidades de conquistar dos medallas en vela y se ha quedado con una. Francia, que aspiraba a tres, no ha obtenido ninguna. Espa?a tiene 14.000 licencias y una embarcaci¨®n por cada 1.800 habitantes; Francia tiene 71.000 licencias y una embarcaci¨®n deportiva por cada 150 ciudadanos. Espa?a, que tambi¨¦n compite en vela en desigualdad de condiciones, est¨¢ entre las primeras naciones del mundo desde hace un par de a?os y ello gracias a una programaci¨®n sensata y una dedicaci¨®n casi exclusiva de su presidente, que es, quiz¨¢, el primer profesional que dirige una federaci¨®n nacional.
Cada a?o, 500 Optimist, de los que el comprador aporta 10.000 pesetas y la Federaci¨®n otras 10.000, se reparten por toda Espa?a. Cada a?o los clubs n¨¢uticos aceptan un buen n¨²mero de socios deportistas para que tomen parte en un determinado n¨²mero de competiciones. La Federaci¨®n de Vela, que en orden a presupuestos dado el coste de los, veleros, es la cuarta del pa¨ªs, detr¨¢s de la de F¨²tbol, Atletismo y Baloncesto, este a?o ha recibido 58 millones de pesetas para el total de sus actividades. Adem¨¢s de ayudar a entidades y competidores, apoya a los que se inician en el ?Optimist? y les facilita monitores. La vela comienza su labor de captaci¨®n sobre ni?os de ocho a?os y mantiene en toda Espa?a una serie de competiciones, algunas de las cuales tiene relieve internacional. El presidente de la Federaci¨®n, Miguel Companys, que en ciertos niveles no est¨¢ demasiado bien visto, es hombre de claridad de ideas y sabe c¨®mo conducir este deporte. Mientras otros presidentes tratan de desarrollar una actividad m¨¢s pol¨ªtica que deportiva, ¨¦ste est¨¢ dedicado por completo a su especialidad y, que se sepa, no aspira a cargos de ning¨²n tipo. En Kingston fue necesario pedirle varias veces que se colocara junto a Gorostegui y Millet para las fotograf¨ªas del fin de la prueba.El equipo de vela que ha venido a Kingston est¨¢ formado por un grupo de muchachos j¨®venes que en su mayor¨ªa no buscan en esta actividad una profesi¨®n. Millet defender¨¢ en septiembre su tesina de licenciatura en Ciencias Qu¨ªmicas; Abascal es estudiante de F¨ªsicas; Doreste cursa segundo de Medicina; Juan Costas es industrial; su hermano es arquitecto; Anglada estudia Ciencias Econ¨®micas, y Turr¨® est¨¢ en tercero de Medicina. Los ¨²nicos que parece que se integrar¨¢n en el futuro dentro del mundo t¨¦cnico de la vela ser¨¢n Gorostegui y Benavides, que ya es monitor.
Gorostegui y Millet han informado durante mucho tiempo equipo. Solamente a causa del servicio militar de ¨¦ste y de la edad cuando dej¨® de ser juvenil se separaron moment¨¢neamente. Gorostegui, el patr¨®n, y Millet, el tripulante, forman un d¨²o perfectamente compenetrado. Las decisiones las toman de mutuo acuerdo. En la ¨²ltima regata, por ejemplo, visto el rumbo que hab¨ªa tomado la competici¨®n, decidieron al un¨ªsono renunciar a la persecuci¨®n de los que iban delante para no cometer un error y verse rebasados por los que ten¨ªan aspiraciones a subir al podio.
La vela es un deporte que goza de especial predilecci¨®n por parte de pa¨ªses como Estados Unidos, Suecia, Canad¨¢ y Dinamarca, en los que por cada veinticinco habitantes hay una embarcaci¨®n. En Inglaterra, aunque no se sigue la norma de las licencias, se supone que hay 250.000, y en Italia existen 48.000.
Cuando el martes Gorostegui y Millet llegaron a puerto, el resto de los participantes espa?oles acudieron r¨¢pidamente a felicitar a los triunfadores. Doreste, tras los abrazos, empuj¨® a Gorostegui dentro del mar. Era el inesperado bautizo de la plata. Los franceses fueron los primeros en reconocer el m¨¦rito de los subcampeones. Mientras los competidores llegaban al ?470?, al que en Palam¨®s Gorostegui y Millet pusieron de nombre ?Petites Queues?, el santanderino recog¨ªa los trebejos con sumo cuidado. Hab¨ªa en sus movimientos, m¨¢s que destreza, cari?o por las piezas de esta embarcaci¨®n construida en Premi¨¢ de Mar. Millet, m¨¢s comunicativo, conversaba con quienes se acercaban y recog¨ªa los besos del personal femenino.
Hab¨ªa una cuesti¨®n poco clara en la victoria del velero alem¨¢n. En la primera regata, los jueces la examinaron detenidamente y la sometieron a un proceso de rayos X para dilucidar si el material empleado en su construcci¨®n era reglamentario. Los comisarios discutieron largamente y dividieron sus opiniones. Finalmente, por mayor¨ªa, optaron por dejar a Huebner en competici¨®n. Los espa?oles, que con la descalificaci¨®n de Huebner tendr¨ªan oro en lugar de plata, ante este hecho se mostraban conformes.
?Somos buenos deportistas y debemos aceptar el resultado. Al cabo de siete regatas no se puede presentar una reclamaci¨®n. Posiblemente existe algo antirreglamentario, pero nosotros no lo vamos a considerar.?
Gorostegui, campe¨®n del mundo juvenil y absoluto en la clase ?470?, se pasar¨¢ ahora a la ?Soling?. Millet se dedicar¨¢ a su carrera y probablemente abandonar¨¢ la competici¨®n velera. Su meta ya est¨¢ lograda. Grorostegui aspira a m¨¢s. Su padre no le pone obst¨¢culos y ¨¦l s¨®lo sue?a con el mar y con dise?ar aparejos. Para los participantes estudiantes aguarda un agosto duro. Tienen que preparar alguna asignatura pendiente. Los Juegos, y sobre todo la preparaci¨®n, les ha obligado a alg¨²n renuncio.
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