El Consejo Nacional
Ahora hay unos locos que hablan de quitar el Consejo Nacional del Movimiento. Son los eternos exaltados y saltatumbas de este pa¨ªs.-?Por qu¨¦ dice usted lo de saltatumbas?
-Porque el Consejo Nacional es como una tumba o pir¨¢mide para los cuarenta faraones de Ayete.
No, yo no soy partidario de quitar el Consejo Nacional. Eso ser¨ªa como quitar la Giralda de Sevilla o la catedral de Burgos o el Acueducto de Segovia. El Consejo Nacional es una cosa p¨¦trea y venerable como los toros de Guisando. Una postal de Espa?a. Un souvenir oh lal¨¢. Yo declarar¨ªa a cada consejero monumento nacional y se lo encomendar¨ªa al Patrimonio Art¨ªstico.
O que les haga un cuadro don Enrique Segura, que es pintor de lo fino, todos puestos como en las Meninas.
-?No cree usted que les va mejor el cuadro de las lanzas?
Caballerosos s¨ª que son. Tampoco quedar¨ªan mal con gola en plan Entierro del Conde de Orgaz. Un p¨®ster para Informaci¨®n y Turismo. Ya puede el se?or Reguera enviarlo por el mundo, a ver si la sueca se anima. Porque resulta que la sueca ven¨ªa m¨¢s con Franco, tanto decir. Ahora que ya somos casi como dem¨®cratas, resulta que no viene ni una. Claro, dem¨®cratas va tienen en su pa¨ªs. Lo ex¨®tico, para la sueca, era cepillarse un fascista por vacaciones.
Porque somos un pa¨ªs ex¨®tico, no nos enga?emos. Ah¨ª est¨¢ nuestro gancho. Los turistas vienen a ver la Giralda, la Torre del Oro y el Consejo Nacional del Movimiento. O sea, lo aut¨®ctono. El Consejo Nacional no hay que quitarlo. Que parezca que funciona, aunque no funcione. Tampoco el Acueducto lleva agua a Segovia, pero los turistas vienen a verlo. Aunque por el Consejo Nacional dejasen de pasar las aguas de la pol¨ªtica espa?ola, ser¨ªa una pena quitarlo. Hace bonito.
-?Y qu¨¦ hacemos con Gir¨®n y Cantero Cuadrado?
-A m¨ª me parecen figuras venerables. Como los reyes de piedra de la Plaza de Oriente.
Eso es. La Plaza de Oriente. Ah¨ª est¨¢ don Ordo?o II, un suponer. Don Ordo?o II ya no reina, evidentemente, pero no por eso le vamos a quitar de la plaza. Queda bien. Pues si no quitamos a don Ordo?o II, ?porqu¨¦ vamos a quitar a Gir¨®n, que es algo m¨¢s reciente?
Los reyes de piedra de la Plaza de Oriente son como un Consejo Nacional del Movimiento de la Edad Media. A lo mejor fueron el primer Consejo Nacional del Movimiento y, dispuestos a durar, como ¨¦stos de ahora, se han quedado as¨ª, en piedra para siempre.
-?Usted cree que el Consejo Nacional cumple alguna funci¨®n?
-Ni lo se ni me importa. A m¨ª no me mueve la pol¨ªtica, sino la est¨¦tica.
Lo que muere como ¨¦tica, siempre puede sobrevivir como est¨¦tica. Pero aqu¨ª es que entramos en nuestra propia Historia como anarquistas, demagogos, iconoclastas y grupos incontrolados. Somos el pa¨ªs donde hay que poner en la fachada de las catedrales g¨®ticas que se proh¨ªbe jugar a la pelota bajo multa de cinco pesetas. Y ahora unos procuradores han empezado a dar de pelotazos a los consejos nacionales.
Son los llamados procuradores por el tercio liberal: Escudero, Meli¨¢ y todos ¨¦sos. La ¨²ltima vez que vi a Meli¨¢ me dijo que esto no marchaba (no se si s¨¦ refer¨ªa a la reforma o al puro que se estaba fumando), pero no me dijo nada del Consejo Nacional. Iba yo a comprar el pan y me encontr¨¦ a mi querido Juan Antonio Cabezas:
-Que se cargan el palacio de la condesa de Padua, en la calle de la Luna.
Puro siglo XVII. ?Y el Consejo Nacional de qu¨¦ siglo es? Claro que a lo mejor con un revoco, digo yo, todav¨ªa est¨¢bamos a tiempo de salvarlo.
-?El palacio o el Consejo?
Y yo qu¨¦ s¨¦.
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