Stones, abucheado por el p¨²blico
El salto de altura ha sido la prueba vedette de las ¨²ltimas veinticuatro horas. El sovi¨¦tico Avilov y el norteamericano Stones, han sido junt¨® al salt¨®metro los hombres que han cubierto por diferentes razones, horas de clamor ol¨ªmpico. Para Avilov, ha habido aplausos, para el recordinan del mundo de salto de altura, pitos y rechiflas contestados con cortes de manga a la americana.Avilov se qued¨® solo en el estadio porque todos sus adversarios decathlonianos quedaron eliminados al llegar el list¨®n por encima de los 2,03. Avilov super¨® el 2,14 y cada superaci¨®n fue un clamor en el estadio. Avilov sereno siempre, aunque fallaba el primer intento, para el segundo se frotaba la rodilla izquierda y se iba hacia el salt¨®metro con un impulso que obligaba al p¨²blico a levantarse dc los asientos. Avilov cay¨® en el 2,16, pero sac¨® notable ventaja a sus adversarios. La marca conseguida fue importante aunque ¨¦l cuenta en su haber con un 2,18. El salto de Avilov con el cl¨¢sico rodillo ventral fue una especie de revancha contra los especialistas que hoy est¨¢n echando mano del fosbury flop para clasificarse.
Stones ha sido esta ma?ana el ¨ªdolo contestado. Hace unos d¨ªas hizo unas declaraciones en las que afirmaba que no pod¨ªa vivir bajo la rigidez quebecois. Stones se march¨® de la Villa Ol¨ªmpica, porque asegur¨® que prefer¨ªa entrenarse tranquilamente y en un r¨¦gimen de libertad. Al hombre que ha llegado m¨¢s alto que ninguno, 2,31, no le gustaba la disciplina que le imped¨ªa llevar a su habitaci¨®n de la Villa a una amiga. Por una vida sexual sana se fue. Ech¨® pestes de los quebecois y esta ma?ana, cuando se ha presentado a la prueba de clasificaci¨®n para la final, en la que ha saltado con absoluta seguridad por encima de lo exigido, se ha encontrado con el p¨²blico en contra.
Desde su primera aparici¨®n sobre la pista y a la hora de saltar con m¨¢s intensidad, ha sido abucheado. Stones se ha ido tranquilamente hacia el salt¨®metro y cada vez le ha gastado bromas al p¨²blico. Incluso se ha dirigido hacia la c¨¢mara y ha movido la mano con gestos de paleto del c¨®rner. Sus saltitos de rechifla sobre la colchoneta han encocorado m¨¢s a los espectadores y se prev¨¦ para la final una mayor guasa.
Los concursantes espa?oles, Carrasco y Mart¨ªn Morillas han acusado su biso?ez y no han sido capaces de saltar por encima de los 2,05. Ambos tienen acreditadas marcas de 2,18 y 2,19, respectivamente, pero no ha han podido ser m¨¢s que el decathloniano Avilov. Carrasco y Morillas han pagado la novatada. Son j¨®venes y en ellos hay futuro. Cualquier reproche ser¨ªa injusto. A los dos hay que concederles un margen de confianza. Como la marca exigida para el pase a la final era de 2,16, han quedado eliminados.
La noticia atl¨¦tica humana la ha proporcionado la polaca Irena Szewinska, que tras ganar el oro de los 400 metros con r¨¦cord del mundoha anunciado su retirada de la competici¨®n. Irena particip¨® por vez primera en unos Juegos Ol¨ªmpicos en Tokio, cuando ten¨ªa dieciocho a?os. All¨ª consigui¨® su primer t¨ªtulo en el relevo 4x 100 adem¨¢s de la plata en 200 metros y salto de longitud. La campeona polaca, como Irena Kirzenstein, fue en M¨¦xico bronce en 100 y oro en 200. A continuaci¨®n dej¨® el atletismo para ser madre. Andr¨¦s naci¨® en 1970 y en Munich dos a?os m¨¢s tarde, ya como Irena Szewinska, fue bronce en los 200 metros. Irena, que naci¨® el 24 de mayo de 1946 en Leningrado, se va del atletismo con un historial que admite escasas comparaciones.
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