"Queden atr¨¢s las contiendas del pasado", dijo don Juan Carlos en El Ferrol

Los Reyes de Espa?a fueron recibidos en su visita a la ciudad natal del General¨ªsimo Franco entre aclamaciones de miles de ferrolanos que llenaban por completo la plaza de Armas. Despu¨¦s de asistir al Consejo de Ministros, el Rey se desplaz¨® al muelle del Real Club N¨¢utico coru?¨¦s, donde se reuni¨® con do?a Sof¨ªa, que hab¨ªa inaugurado en Santiago de Compostela el Centro de Educaci¨®n Especial de la Barcia.

Sus Majestades, acompa?ados del presidente del Gobierno, Adolfo Su¨¢rez; los dos vicepresidentes y los tres ministros militares, as¨ª como otras personalidades, se dirigieron en una fal¨²a al Azor. El yate, al que daban escolta las fragatas de la Armada, permaneci¨® en aguas del puerto hasta las 3.30 de la tarde, momento en que enfil¨® hacia El Ferrol.A medio camino entre los dos puertos gallegos, el portahelic¨®pteros D¨¦dalo salud¨® a los Soberanos con 21 salvas y poco despu¨¦s la tripulaci¨®n del buque, formada en la cubierta, daba los siete vivas a Espa?a que fijan las ordenanzas. El mismo saludo a la voz fue repetido por las dotaciones de cuatro fragatas, cuatro destructores, dos patrulleros y tres submarinos de la Armada espa?ola, que fueron revistados por Su Majestad.

Una goleta francesa, el buque-escuela Belle Poule, se uni¨® a los buques que acompa?aban a los Soberanos. Al parecer, don Juan Carlos mostr¨® gran inter¨¦s por la embarcaci¨®n a vela, de bella estampa, a la que en alg¨²n momento se aproxim¨® el Azor.

La revista naval, en la que hab¨ªan participado unidades con base en El Ferrol, C¨¢diz y Cartagena, no pudo contar con el complemento de unos ejercicios de tiro, a cargo de m¨¢s de una veintena de helic¨®pteros como consecuencia de la niebla que hab¨ªa en la zona.

Otra vez, gran ¨¦xito popular

A las 6.30 de la tarde, los Reyes llegaban a El Ferrol, donde se les dispens¨® un recibimiento como no se hab¨ªa producido en docenas de a?os en la ciudad. En la plaza hab¨ªa sido dispuesta una alfombra de flores, con la corona real y el escudo ferrolano, sobre la que pasaron Sus Majestades.Ya en la casa consistorial, Joaqu¨ªn Gonz¨¢lez- Llanos, alcalde de la ciudad departamental, dijo que los ferrolanos son fieles al testamento pol¨ªtico del Caudillo y apoyar¨¢n al Rey en su ardua tarea por Espa?a. Pidi¨® especial apoyo para la construcci¨®n naval, industria b¨¢sica de la zona.

Tambi¨¦n el Monarca aludi¨® en su discurso al General¨ªsimo diciendo: ?Para m¨ª la visita a El Ferrol del Caudillo es objeto de particular emoci¨®n. En primer lugar, porque fue la cuna del Caudillo, y en segundo lugar, porque he sido educado como militar al servicio de Espa?a.? Despu¨¦s pidi¨® que ?queden atr¨¢s las contiendas del pasado y hagamos todos un esfuerzo de mutua comprensi¨®n y entendimiento?.

Cuando el Rey pronunciaba estas palabras ya se conoc¨ªa el alcance de la amnist¨ªa, palabra que figuraba en una de las pancartas exhibidas en la gran plaza ferrolana.

Sus Majestades visitaron despu¨¦s el arsenal militar y acudieron al portahelic¨®pteros D¨¦dalo, en el que tuvo lugar una recepci¨®n. Al regresar a tierra emprendieron el viaje a Santiago en dos helic¨®pteros.

Charla con los periodistas

Una vez m¨¢s, como ha venido ocurriendo en los ¨²ltimos d¨ªas, varios miles de personas esperaban en la plaza del Obradoiro, frente a la entrada principal del hostal de los Reyes Cat¨®licos, la llegada de los Reyes. Los Soberanos fueron recibidos con v¨ªtores y aplausos y a las 10.30 de la noche, despu¨¦s de descansar breves minutos, salieron al balc¨®n del sal¨®n real para corresponder a las aclamaciones del p¨²blico.Finalmente, los Reyes se reunieron durante cuarenta minutos con medio centenar de periodistas que cubren la visita real, que hoy concluir¨¢. Una reuni¨®n cordial, a la que asisti¨® tambi¨¦n el presidente del Gobierno y durante la cual los Reyes conversaron largamente con los informadores, que previamente hab¨ªan dirigido un escrito a Su Majestad solicitando audiencia.