El IRA intenta contrarrestar la campa?a de paz en el Ulster
Los provisionales del IRA han pasado a la ofensiva en el Ulster para contrarrestar el efecto que sobre la poblaci¨®n haya podido tener la campa?a de paz organizada por las mujeres cat¨®licas, que ayer protagonizaron otra multitudinaria manifestaci¨®n en Belfast, en la cual participaron cerca de 20.000 personas, el doble que en la manifestaci¨®n anterior. Los puntos principales de las pacifistas se centran en la necesidad de acuerdos pol¨ªticos en los que no intervenga la religi¨®n. Los peri¨®dicos que apoyan al IRA en Irlanda del Norte han condenado las actividades pacifistas de las cat¨®licas, a las que califica de ?hip¨®critas? y ?oportunistas?, que s¨®lo van a conseguir con sus actos la prolongaci¨®n de la supremac¨ªa protestante en la provincia.El IRA anuncia que por su parte la campa?a de paz no va a tener respuesta alguna. ?La lucha contin¨²a?, dice en grandes caracteres, uno de sus dos semanarios. Hasta que las tropas inglesas no muestren intenciones de retirarse del territorio, los militantes del IRA seguir¨¢n en estado de guerra.
Seg¨²n los portavoces de esta organizaci¨®n republicana, las organizadoras cat¨®licas del movimiento peace people (gente de paz), que es el que ha llevado a cabo las manifestaciones pacifistas, ignoran en sus proclamas ?las atrocidades del ej¨¦rcito y las brutalidades de la polic¨ªa? y concentran su propaganda, ?inspirada en fuentes brit¨¢nicas?, en lo que el IRA haya podido haber hecho. De todos modos, las pacifistas se esfuerzan por convencer a los provisionales de que no s¨®lo est¨¢n contra ellos sino que tambi¨¦n se manifiestan en contra de polic¨ªas, soldados y organizaciones protestantes que cometan actos cobardes de violencia.
La confrontaci¨®n ha ido m¨¢s all¨¢ de las palabras. Las organizadoras de las dos manifestaciones habidas hasta ahora han recibido amenazas de muerte firmadas, al parecer, por el IRA. Para protegerse, estas mujeres han comenzado a llevar silbatos con los que avisar a los vecinos de que est¨¢n siendo atacadas, si es que se producen los atentados prometidos.
Lo curioso es que hasta ahora este sistema de alerta era el usado por las comunidades republicanas para prevenir la presencia de soldados en las zonas de Belfast en las que aquellas comunidades habitan. Las organizadoras de la campa?a de paz viven en esas ¨¢reas, lo que har¨¢ que el uso de sus silbatos cause una confusi¨®n incontrolable.
Las amenazas, en todo caso, han servido de poco. La gente de paz dice que las demandas siguen en pie y, que ahora no es momento de retirarlas. Una prueba de su fortaleza y de su decisi¨®n la volvieron a dar ayer, una semana despu¨¦s de la primera manifestaci¨®n, que congreg¨® a m¨¢s de 10.000 personas.
Esta campa?a de paz, la en¨¦sima que se produce en la provincia, tuvo su origen en la muerte de tres menores, atropellados en Belfast hace dos semanas por el jeep conducido por un terrorista que hab¨ªa perdido el control del veh¨ªculo al ser herido mortalmente por la polic¨ªa.
Ese dato a?adi¨® dramatismo a la situaci¨®n y decidi¨® a las mujeres a lanzarse a la calle y desafiar al IRA a otras organizaciones que proclaman la violencia como m¨¦todo de lucha. Sin embargo, lejos de convencer al IRA de que debe dejar Belfast, esta organizaci¨®n militante cat¨®lica est¨¢ ahora m¨¢s determinada que nunca a seguir en la capital y a continuar su batalla contra los brit¨¢nicos en todos los sectores del territorio.
Una circunstancia que le ha dado a los provisionales republicanos materia de cr¨ªtica contra el ej¨¦rcito fue la declaraci¨®n militar que anunciaba que los ni?os de siete a catorce a?os iban a ser mantenidos bajo vigilancia policial, en las comisarias de Londonderry, principalmente si se les encontraba implicados en incidentes callejeros. La medida tend¨ªa a controlar a los menores que con frecuencia apedrean a los soldados que patrullan en aquella ciudad, donde las tensiones entre el ej¨¦rcito y la poblaci¨®n son explosivas.
Horas despu¨¦s de haber anunciado ese m¨¦todo de control, el ej¨¦rcito tuvo que volverse atr¨¢s. La medida pod¨ªa tener efectos psicol¨®gicos muy graves en la poblaci¨®n y darle al IRA un excelente medio de propaganda contra las fuerzas armadas, seg¨²n consider¨® el portavoz militar que anunci¨® la retirada de la medida.
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