El tecn¨®crata Fourcade, probable sucesor de Chirac
Jean Pierre Fourcade, ministro de Finanzas, tecn¨®crata de la escuela de Giscard d'Estaing, pero que revel¨® un cierto punch pol¨ªtico hace algunas semanas en un debate televisado con Mitterrand, pudiera ser el nuevo primer ministro del Gobierno franc¨¦s. Anoche, todos los an¨¢lisis del clima creado por el ?vac¨ªo poder? que est¨¢ sufriendo este pa¨ªs desde hace un par de meses, anotaban a Fourcade como el hombre con m¨¢s posibilidades para instalarse en Matignon a finales de este mes o principios de septiembre.
Otras especulaciones intentaban resucitar los cad¨¢veres del pasado, es decir, Chaban Delmas, Guichard y alg¨²n otro gaullista, menos ?hist¨®rico?, como Galley, sin olvidar al otro tecn¨®crata giscardiano, Raymond Barre, actual ministro de Comercio Exterior.Lo expuesto pudiera querer decir que, definitivamente, Chirac, el actual primer ministro, s¨®lo sigue si¨¦ndolo por las formas. Si son ciertas algunas indiscreciones, fue ¨¦l, el pasado 26 de julio, quien present¨® su dimisi¨®n por escrito al presidente de la Rep¨²blica. Quienes as¨ª lo creen pertenecen a los medios pr¨®ximos a la presidencia de la Rep¨²blica. A su juicio, la decisi¨®n de Chirac fue consecuencia del conflicto constante, m¨¢s o menos disimulado durante dos a?os, de las dos concepciones pol¨ªticas que determinan la mayor¨ªa gubernamental: la que representa la antigua mayor¨ªa gaullista.
De ser as¨ª, Chirac ?morir¨ªa? v¨ªctima de su compromiso con el ?gaullismo hist¨®rico?. Estas mismas fuentes aportan un hecho de actualidad, como prueba de que Chirac ha planeado su propia retirada ?con los bolsillos bien llenos?. Parece ser que, hace un a?o, la compra del conservador Le Figaro, por Hersant, fue patrocinada por el Gabinete de Chirac, que intervino ante varios bancos. Y la precipitaci¨®n de la adquisici¨®n de France-Soir por el mismo Hersant, que es due?o de otros diez t¨ªtulos de diarios de provincias, ha sido forzada por la baja inminente del primer ministro.
La crisis actual francesa, para mejor intentar desentra?arla, al margen de las ambiciones personales, que suelen emborronar los an¨¢lisis, quiz¨¢ haya que situarlas en la trayectoria total del septenato de Giscard d'Estaing. El presidente fall¨® su primera etapa de dos a?os, a juicio de muchos, ?porque no tuvo el talante pol¨ªtico necesario para eliminar la nostalgia gaullista desde el primer d¨ªa?. Hoy, el marasmo econ¨®mico-pol¨ªtico es en gran parte consecuencia de esta indecisi¨®n que ha presidido toda su pretendida pol¨ªtica ?reformista?.
El s¨ªmbolo de este ?choque?, que ha conducido al ?vac¨ªo de poder?, es el conflicto Giscard-Chirac. Es posible que cada uno de ellos sea consciente. Y de aqu¨ª sus planteamientos personales. Giscard, con un nuevo primer ministro, totalmente entregado a su pol¨ªtica, con un nuevo Gobierno y con la ?carta de la sociedad liberal avanzada? (que la publicidad presenta como la biblia del porvenir de Francia), pretender¨ªa ?sacudir? a la sociedad francesa, creando un impacto que le d¨¦ la confianza necesaria para hacer frente a los graves problemas pol¨ªticos y, sobre todo, econ¨®micos.
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