Urquijo, Miura y Torrestrella, premiados en Bilbao

Feria importante y positiva la de Bilbao, que acaba de terminar, en la que el toro ha sido la medida de los comportamientos toreros.A modo de resumen, ¨¦sta es la rese?a de los protagonistas que pasaron la prueba:

Los premios.- En la corrida-concurso inicial, el jurado fall¨® por unanimidad dejar desierto el premio al mejor lidiador de la corrida, por unanimidad tambi¨¦n premi¨® a Ladislao Rubio como mejor picador, y por mayor¨ªa concedi¨® a Alicantino, de Torrestrella, el galard¨®n al toro m¨¢s bravo.

La Junta administrativa de la plaza de toros acord¨® un¨¢nimemente conceder el premio a la corrida m¨¢s completa a los miuras que cerraron el ciclo.

Finalmente, el premio del Club Cocherito al toro m¨¢s bravo de los lidiados en estas corridas generales, ha reca¨ªdo en Lobillo, n¨²mero 52, negro, bragado y meano, de 545 kilos, perteneciente a la ganader¨ªa de Carlos Urquijo, lidiado en tercer lugar en la s¨¦ptima de abono por Paco Alcalde.

Los toros.- Presentaci¨®n irreprochable, dentro de una escrupulosa selecci¨®n de divisas. El mejor juego de conjunto lo ofrecieron los buend¨ªas, con cuatro toros de clase, seguidos de los victorinos, con tres, y los urquijos, con dos. Gran espect¨¢culo el de la fiera mansedumbre de los miuras. La peor corrida, la del marqu¨¦s de Domecq. Por separado, cinco toros notables: segundo y sexto de Buend¨ªa, tercero y quinto de Victorino Mart¨ªn, sexto de Torrestrella y uno superior, el tercero de Urquijo, de nombre Lobillo.

Los toreros.- El gran triunfador ha sido Jos¨¦ Mar¨ªa Manzanares, con una faena escult¨®rica, inolvidable, a Abejorro, de Buend¨ªa, y otra, si no tan perfecta, francamente bella, a Revestido, del marqu¨¦s de Domecq. Revalorizados han salido de esta feria Ruiz Miguel, Currillo, Manolo Cort¨¦s, Roberto Dom¨ªnguez y Herrerita. Fracaso estrepitoso de Camino, Paquirri, Teruel, M¨¢rquez, Ni?o de la Capea y Paco Alcalde.

La presidencia.- El presidente de las corridas, se?or Gal¨¢n, cumpli¨® bien su cometido, en l¨ªnea con la tradici¨®n de la plaza. Este juicio lo hacemos extensivo a los asesores t¨¦cnicos y a los veterinarios.

Los incidentes.- Dos y sonados: el caso Palomo y la bochornosa suspensi¨®n de la corrida del conde de la Corte.

Palomo lleg¨® a Bilbao de v¨ªspera, procedente de Dax. All¨ª hab¨ªa sufrido una cogida que le lesion¨® una rodilla. Ante los dolores que aseguraba el diestro, se concert¨® para las diez de la ma?ana del d¨ªa siguiente un reconocimiento m¨¦dico por el cirujano-jefe del equipo quir¨²rgico de la plaza bilba¨ªna, doctor Eourio. Llegada la hora convenida, y como quiera que el torero no acud¨ªa a la cita, el cirujano telefone¨® al hotel donde se hospedaba el espada, contest¨¢ndosele que Sebasti¨¢n hab¨ªa salido a las siete de la ma?ana hacia Madrid. As¨ª y todo no se descartaba la posibilidad de un regreso en avi¨®n. Pero lo ¨²nico que vino a Bilbao fue un certificado m¨¦dico, extendido en Madrid, que justificaba la imposibilidad de actuaci¨®n del torero de los Lozano.