Una semana bajo m¨ªnimos

Titul¨¢bamos nuestro anterior comentario semanal ?Insostenible descenso de la Bolsa? (EL PAIS, 22 de agosto), en la creencia de que las repetidas bajas sufridas por el mercado durante la anterior semana actuar¨ªan de catalizador para que el signo negativo encontrase una mayor resistencia que impidiese el descenso en picado.Cuando han transcurrido siete d¨ªa; desde aquel comentario, el desarrollo de las cuatro jornadas semanales nos ha demostrado lo intrascendente que resulta aventurar cierto tipo de previsiones relacionadas con el mercado de valores en un momento en que ¨¦ste est¨¢ sometido a un aut¨¦ntico caos en donde las leyes que siempre fueron ¨²tiles han dejado de serlo.

Se cierra la semana, tras cuatro jornadas de las peores de los ¨²ltimos tiempos, con un ¨ªndice general marcando la m¨ªnima del a?o, despu¨¦s de cuatro bajas consecutivas, jornada a jornada. La m¨ªnima se alcanza a pesar de los intensos apoyos que las instituciones oficiales han prestado a una serie de va y de gran influencia en la configuraci¨®n del ¨ªndice.

A lo largo y ancho de la semana, el ¨ªndice general ha dejado 1,22 enteros, con descensos generalizados de casi todos los grupos, con excepci¨®n de el¨¦ctricas y alimentaci¨®n, que marcan signos positivos.

El resto de los grupos contabilizan p¨¦rdidas, entre las que sobresalen las de los Bancos, Inversi¨®n y Siderometal¨²rgicas, que dejan algo m¨¢s de dos puntos cada uno de m¨¢s de ellos.

El grupo bancario ha tenido grandes dificultades para marcar cambio, incluso con los privilegios concecidos de tomar solamente el 10 por 100 del papel o poner posiciones de papel sin operaciones. un 1 por 100 por debajo.

De cara a la pr¨®xima semana, la t¨®nica es de claro pesimismo, sin que. por el momento, se vea ninguna posibilidad de cambio, y lo que es m¨¢s grave, sin que parezca que nadie conozca y est¨¦ dispuesto a tocar las teclas, capaces de enderezar el triste y l¨¢nguido descenso del mercado de valores.