El partido liberal alem¨¢n, o el fiel de la balanza
Poco despu¨¦s del reciente desastre electoral de la socialdemocracia alemana en Baden-Wurtemberg, los sondeos en torno de las elecciones generales del pr¨®ximo 3 de octubre empezaron a favorecer a la democracia cristiana. Entre fines de abril y comienzos de julio, muchos pensaron que el partido del canciller Schmidt hab¨ªa llegado al principio del fin, y que Alemania no tardar¨ªa en dar un viraje hacia la derecha nacionalista -algunos la llaman fascista- del se?or Strauss. El 15 de junio, uno de los varios institutos de opini¨®n alemanes anunci¨® que Kohl -y Strauss- dispon¨ªan ya del 53 por 100 del electorado. Esta ?prospecci¨®n? coincidi¨®, por si fuera poco, con los puntos de vista de otros grupos sociedaldemocratas europeos, como el de los suecos del se?or Palme, para quienes lo que ocurra en Alemania puede ser determinante. En Estocolmo, donde la socialdemocracia en el poder deber¨¢ enfrentarse en septiembre a la primera prueba del ?socialismo? n¨®rdico, se habl¨® entonces, por primera vez, de derrota. Pero en las ¨²ltimas semanas el panorama ha variado, aunque no en forma profunda; el SPD alem¨¢n ha podido demostrar que en s¨®lo unos meses hab¨ªa conseguido reducir el n¨²mero de trabajadores sin empleo de casi 1.200.000 a menos de un mill¨®n; al mismo tiempo el se?or Schmidt ha evitado el tener que confesar el fracaso de la ostpolitik, a pesar de las provocaciones de la URSS y de Alemania del Este en Berl¨ªn. Hoy los resultados de algunas encuestas le atribuyen ya al SPD el 52 y hasta el 53 por 100 de los votos.Sea como fuere, lo que s¨ª parece algo m¨¢s que probable es que los comicios venideros no le dar¨¢n ni a la coalici¨®n social-Iiberal ni a los democristianos una victoria clara. Por tanto, el partido liberal (FDP) del se?or Genscher, actual ministro de Relaciones Exteriores, que en 1972 fue apoyado solamente por el 8 por 100 de los votantes, se constituir¨¢ en la fuerza decisiva, en mayor medida a¨²n que en las consultas anteriores. De ah¨ª que el ?Gabinete fantasma,? anunciado anteayer por el se?or Kohl haya dejado las puertas abiertas al FDP, para el caso de que la CDU-CSU logre una ligera mayor¨ªa el 3 de octubre. El se?or Strauss advirti¨® a los liberales, luego del descalabro de Baden-Wurtemberg -del cual el FDP sali¨® a¨²n m¨¢s vapuleado que los socialdem¨®cratas-, que era la existencia misma del part¨ªdo de Genscher la que corr¨ªa peligro, y paladinamente los invit¨® a una alianza. Ahora, a pesar del rechazo liberal, Kohl ha dejado algunos claros en su futuro ?Gobierno?. y ha incorporado adem¨¢s a su lista ministerial a dos personalidades ?progres¨ªstas? de la CDU, los se?ores Barzel y Katzer, m¨¢s cercanos a las tesis ?socialistas? del SPD que a las de la propia democracia cristiana. La invitaci¨®n sigue en pie. Ni siquiera los ?fascistas? podr¨¢n gobernar Alernama sin el concurso liberal.
La actitud del FDP sobre este punto ha sido hasta ahora ambigua por decir lo menos. Es verdad que en su ¨²ltimo congreso extraordinario. meses atras, el FDP reafirm¨® su voluntad de conservar viva la alianza con el SPD, pero tambi¨¦n es cierto que nada ha dicho acerca de su posici¨®n postelectoral. ?Qu¨¦ ocurrir¨¢ si el se?or Kohl, con el 52 por 100 llama al se?or Genscher al Gobierno? En este aspecto-hay que recordar que el programa y las preocupaciones del FPD se asemejan m¨¢s a las de la CDU-CSU que a las de la socialdemocracia; adem¨¢s, el se?or Genscher insinu¨® a comienzos de este a?o que era necesario terminar con las ?crispaciones? de la vida pol¨ªtica alemana, lo que todo el mundo interpret¨® como un deseo de revisar su matrimonio con el SPID. Y no cabe duda de que esa ?rev¨ªsi¨®n? puede hacerse. incluso, m¨¢s all¨¢ de las urnas. Unicamente el temor a que la participaci¨®n eri el poder con el ?fascismo? democristiano equivalga en unos a?os a la absorci¨®n o a la desaparici¨®n del liberalismo conservador alem¨¢n -algo en verdad muy factible- es lo que puede impedirlo.
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