Fin de una pol¨¦mica y comienzo de un di¨¢logo Disquisiciones provincianas
Hace dos d¨ªas estuve tentado de sentarme a la m¨¢quina para felicitar a este diario por su editorial titulado ?Autonom¨ªas y nacionalidades?; pero lo dej¨¦ pasar. Hoy, a la vista de las respuestas publicadas, ya no lo dejo. Y si bien mi postura es de total acuerdo con dicho editorial y con la nota ?Los pa¨ªses catalanes? publicada en primera p¨¢gina del diario de esta fecha, mi solidaridad va mezclada con un fondo de amargura. Es muy triste que, cuando el gran problema de este pa¨ªs es llegar lo m¨¢s pronto posible (y tambi¨¦n en lo posible, con el m¨ªnimo de traumas) al establecimiento de la democracia, las propias gentes que nos autodefinimos como dem¨®cratas estemos enzarzados en estas disquisiciones provincianas. ( ... )Es curioso que dos comunicantes coincidan en acusar al editorial de marras de no haber sabido comprender la esencia del problema catal¨¢n; en efecto, debe de ser m¨¢s complicado que el del sexo de los ¨¢ngeles, si un texto tan claro y di¨¢fano como era aqu¨¦l no reflejaba con claridad el fondo del problema. Yo, por mi parte, tampoco comprendo muy claro otras cosas; por ejemplo, el alcance de lo que se pretende someter al proceso de autodeterminaci¨®n. Si es la pura, simple y total independencia pol¨ªtica, ser¨ªa el primer precedente de un Estado moderno que somete la integridad de su territorio a votaci¨®n, como muy quien se dec¨ªa en el citado editorial. Pero aun suponiendo tal eventualidad, ser¨ªa preciso y de estricta justicia realizar una serie de reajustes de tipo econ¨®mico que podr¨ªan durar hasta el juicio final.
Suponiendo que la autodeterminaci¨®n se limitase a regular una relaci¨®n de, tipo federalista, sigo sin ver que nadie se haya molestado en esbozar siquiera los problemas econ¨®micos. Porque si toda la periferia espa?ola reclama sus estatutos de autonom¨ªa -y no me puedo quitar de la cabeza la idea de que sus l¨ªderes lo hacen pensando en sacar mayor tajada, y quiz¨¢ luego repararla mejor, o no-, en tal caso, mucho me temo que los habitantes de Soria, Albacete, C¨¢ceres o Cuenca van a terminar comiendo grava. Hablando claro: el ?hecho difencial?, ?es una forma sibilina de decir ?privilegio econ¨®mico?? Si no es as¨ª, ser¨ªa muy deseable que los l¨ªderes de dichas tendencias lo dijesen alto y claro.
En resumen: yo preguntar¨ªa a los defensores de es¨¢s posturas maximalistas de autodeterminaci¨®n previa a cualquier otro paso: ?Consideran m¨¢s importante el mantenimiento intransigente de su postura -con el riesgo nada despreciable de un ?pinochetazo?- que la consecuci¨®n, ya dif¨ªcil de por s¨ª, de una situaci¨®n democr¨¢tica para el conjunto del pa¨ªs? ?O cabr¨ªa pensar que temen los resultados que pudieran producirse en un contexto previamente democr¨¢tico, y prefieren pescar en el no revuelto de la descomposici¨®n del r¨¦gimen franquista? Y por favor, que no digan que no pueden existir condiciones democr¨¢ticas sin que necesariamente se haya procedido antes a la citada autodeterminaci¨®n. Nadie es el ombligo del mundo hasta tales extremos.
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