El programa econ¨®mico del Gobierno portugu¨¦s, entre dos fuegos.

El ministro de Coordinaci¨®n de Portugal, Sousa Gomes, visit¨® este fin de semana al brigadier Pires Veloso, comandante de la Regi¨®n Militar Norte. Se supone que la visita no fue s¨®lo de cortes¨ªa sino que se destin¨® a ?explicar? al poderoso militar del Norte los proyectos del Gabinete. Sousa Gomes trata de fortalecer su propia posici¨®n personal en un momento en que es acusado por la derecha de ?izquierdista? y ?colectivista? lo que en la actual correlaci¨®n de fuerzas puede suponer su dimisi¨®n.

Sousa Gomes es en realidad un socialista moderado que destaca ¨²nicamente por su competencia t¨¦cnica. Ahora, cuando los proyectos de Soares, anunciados en su discurso de la pasada semana, se hagan realidad por medio del ministro de Coordinaci¨®n, los ataques se van a intensificar.

Hasta ahora, las reacciones al discurso de Soares han sido positivas por parte de la derecha, y extremadamente negativas en la izquierda comunista. Pero no es dif¨ªcil vaticinar que en las pr¨®ximas semanas los ataques al Gobierno llevar¨¢n tambi¨¦n la marca de la derecha. Para Soares el enemigo principal es a desorganizaci¨®n de la econom¨ªa y, por eso, atac¨® tan duramente de forma indirecta a los comunistas. Pero, a medida que los decretos comiencen a salir, las protestas vendr¨¢n tambi¨¦n de los que ahora aplauden fren¨¦ticamente al l¨ªder socialista. Entre otras cosas, porque si la austeridad prometida por Soares se cumple, algunos privilegios de la cliente, su derechista, van a acabar.

En todo caso, la derecha tiene tambi¨¦n una estrategia de recambio que en este momento aplica m¨¢s claramente el Centro democr¨¢tico Social (derecho). Su secretario general, Freitas do Amaral, aprueba una sonrisa toda la pol¨ªtica gubernamental, manifestando su desacuerdo en puntos sin importancia, y con la mirada puesta en el palacio del Gobierno. Su actitud, piensa ¨¦l, le podr¨¢ traer un doble beneficio: una imagen de ?responsabilidad? ante el electorado, en diciembre, y, por a?adidura, la posibilidad de destrozar al Partido Socialista.

Los partidarios m¨¢s izquierdista de Soares (el ministro de Agricultura, Lopes Cardoso, y el ministro de Trabajo, Marcelo Curto, por ejemplo) no ven con buenos ojos este apoyo procedente del antiguo ayudante de Marcelo Caetano. Las bases obreras socialistas tampoco. Y ya comienzan a manifestar su nerviosismo.