Despu¨¦s de Fuenterrab¨ªa

AQUELLO QUE finalmente distingue a los pueblos civilizados de los que no lo son es el respeto a la vida humana. Todos los c¨®digos que no est¨¦n basados en la barbarie, sea cual sea su clasificaci¨®n religiosa, pol¨ªtica, filos¨®fica, coinciden al menos en un punto: el valor supremo de la dignidad y la vida del hombre. Cuando los pueblos creadores de civilizaciones se han apartado de esta norma han retrocedido a los niveles m¨¢s vergonzantes: he ah¨ª la Alemania de Auschwitz, la Rusia zarista o stalinista, la China del Imperio Ming, la Espa?a de la guerra.Consideraciones tan obvias vienen de nuevo al caso tras la, muerte de un joven vasco, en Fuenterrab¨ªa, a ra¨ªz de un incidente no esclarecido todav¨ªa; muerte que ha originado una protesta civil generalizada, justificable y comprensible, pese a los da?os obvios que hayan podido derivarse. El caso de joven Zavala debe ser investigado, aclarado y considerado en toda su gravedad por los poderes p¨²blicos, a quienes la opini¨®n nacional imputa, no sin raz¨®n, la responsabilidad ¨²ltima de esta muerte in¨²til e infamante para la convivencia nacional.

San Sebasti¨¢n ha cerrado todos los comercios, sus servicios y establecimientos p¨²blicos en una prueba de m¨¢xima condena popular que demuestra hasta qu¨¦ punto existe en nuestro pa¨ªs una conciencia moral colectiva. La repulsa general, la huelga completa en Guip¨²zcoa, la dimisi¨®n de 21 ayuntamientos, la aparaci¨®n de ciudades y pueblos enteros cubiertos de colgaduras con crespones negros, prueban hasta d¨®nde llega la indignaci¨®n popular en la que centenares de miles de personas se alzan, al margen las posiciones ideol¨®gicas, en defensa del individuo y su derecho a la vida y a la libertad.

Por otra parte, el hecho de que Televisi¨®n Espa?ola silenciara en un principio los graves acontecimientos, cuando todo el pa¨ªs estaba pendiente de lo que all¨ª suced¨ªa, es una buena muestra de hasta d¨®nde llegan las responsabilidades y los haceres democr¨¢ticos de nuestros gobernantes. Una televisi¨®n tan arbitraria y mediocremente dirigida dif¨ªcilmente puede ser imparcial en un proceso electoral como el que se anuncia, si ni siquiera es objetiva, fiable y m¨ªnimamente veraz a la hora de relatar los hechos.

Si el actual Gobierno y el actual R¨¦gimen no entienden la gravedad de la situaci¨®n en el Pa¨ªs Vasco e insisten en la represi¨®n como ¨²nica medida a tomar; si desprecian el sentido de la movilizaci¨®n c¨ªvica; si no reconocen con los hechos, y no s¨®lo con las palabras, que el fen¨®meno vasco -como la situaci¨®n de Espa?a toda- requiere soluciones pol¨ªticas inmediatas, podremos decir finalmente que todos los prop¨®sitos de democracia resultan vanos y todas las promesas, fugaces, pues frente a la fuerza de la raz¨®n la autoridad s¨®lo exhibe, una vez m¨¢s, la raz¨®n de su fuerza.