Dificultades para el plan general de ordenaci¨®n de Alcal¨¢ de Henares
Alcal¨¢ de Henares ha tenido un crecimiento muy fuerte en estos ¨²ltimos diez a?os. Seg¨²n el ¨²ltimo censo, su poblaci¨®n es de 100.320 habitantes. En la realidad, parece que sobrepasan los 130.000. Lo irregular de Alcal¨¢ es que ha crecido sin tener una normativa clara en cuanto a su ordenaci¨®n. Los vecinos incluyen tambi¨¦n la poca y en algunos casos nula, vigilancia municipal en materia de construcci¨®n, lo que ha originado que barrios enteros del pueblo est¨¦n en malas condiciones, y faltos de zonas verdes.
Los vecinos responsabilizan al Ayuntamiento por esta actuaci¨®n. El Ayuntamiento descarga la responsabilidad en el Ministerio de la Vivienda, que ha tardado a?os en la redacci¨®n del Plan General de Ordenaci¨®n, y el Ministerio reconoce que s¨ª, que ha tardado mucho, pero que el Ayuntamiento no se ha mostrado demasiado preocupado por esta tardanza. De hecho, existi¨® un pleito con las Ordenanzas Municipales de Alcal¨¢, a las que el Area Metropolitana consider¨®, en su d¨ªa, como no v¨¢lidas, mientras que el Ayuntamiento las consider¨® aprobadas por silencio administrativo.En el a?o 1968, Alcal¨¢ contaba ya con 60.000 habitantes. A instancias de la Diputaci¨®n Provincial, y con subvenciones de la Direcci¨®n General de Urbanismo, se organiz¨® un programa de redacci¨®n de normas de planteamiento para cerca de cincuenta pueblos de la provincia. Para entonces, el Ayuntamiento hab¨ªa redactado unas Ordenanzas Municipales, que han estado vigentes hasta mayo del a?o pasado. Enviadas para su aprobaci¨®n al Area Metropolitana, fueron consideradas como demasiado permisivas, ya que dejaban unos ¨ªndices de edificaci¨®n bastante altos. Las ordenanzas fueron enviadas el 28 de febrero al Area para su aprobaci¨®n definitiva, cumpliendo lo que prev¨¦ el art¨ªculo 32 de la antigua ley del Suelo. El 27de julio, el Bolet¨ªn Oficial del Estado public¨® una orden por la que se suspenden los plazos de los tr¨¢mites durante el mes de agosto (esto se hace todos los a?os, ya que el Ministerio se queda pr¨¢cticamente vac¨ªo por las vacaciones de los funcionarios, y en ese mes no se pueden realizar trabajos). Teniendo en cuenta este mes congelado, el plazo de seis meses para contestar de que dispone el Area acabar¨ªa el 28 de septiembre.
Estas ordenanzas, en opini¨®n de los arquitectos de la Asociaci¨®n de Vecinos, no han sido un instrumento adecuado para controlar el crecimiento de Alcal¨¢. Son bastante ambiguas, no se?alan concretamente las calidades m¨ªnimas de las construcciones, ni prev¨¦n las reservas de terrenos para parques p¨²blicos, aparte que contienen, por lo menos, un p¨¢rrafo incorrecto.
A principios de 1969 comienza la redacci¨®n del Plan General. Se qued¨® de acuerdo en que lo redactar¨ªa el Area, con las consultas oportunas al Ayuntamiento.
Y comienzan tambi¨¦n los imprevistos: el primero, la posible actuaci¨®n urban¨ªstica en una finca denominada ?El Enc¨ªn?, donde se quer¨ªa construir viviendas para unas 150.000 personas. Hasta que se decidi¨® si se har¨ªa o no, el Plan General estuvo suspenso, ya que no era lo mismo ordenar el crecimiento de Alcal¨¢, contando con esa poblaci¨®n, que sin ella. Hacia el a?o 1971 se desech¨® definitivamente el proyecto y los trabajos continuaron. En ese momento se vio ya la necesidad de encajar el planeamiento del pueblo en un marco superior, subregional, y comenzaron los estudios del corredor Madrid-Guadalaiara.
Despejada la inc¨®gnita del papel de Alcal¨¢ en el corredor, continu¨® la redacci¨®n del Plan General, que se termin¨® por fin en 1974. Pero entonces surgi¨® otra inc¨®gnita, la del urbanismo concertado, uno de cuyos proyectos consist¨ªa en la recientemente aprobada ?Ciudad 2.000?. Aunque esta gran urbanizaci¨®n se construir¨¢ principalmente en un municipio cercano, Meco, a Alcal¨¢ le afectaba en cuanto al peso de las relaciones y necesidades a nivel de toda la zona. Hubo que esperar a ver qu¨¦ pasaba. En marzo de 1975 comenz¨® a rumorearse la aprobaci¨®n de una nueva ley del Suelo, que iba a modificar aspectos sustanciales del urbanismo, y no se iba a aprobar un Plan General redactado seg¨²n una ley que estaba a punto de perder su vigencia, tal y como sucedi¨® en mayo de ese a?o. La aprobaci¨®n definitiva sigui¨® en suspenso.
Normas subsidiarias
Para resguardarse de m¨¢s posibles retrasos, el Area se decidi¨® a redactar unas Normas Subsidiarias, que recogieran todo lo principal del Plan General, y que se aprobaran r¨¢pidamente, porque estaba claro que Alcal¨¢ no pod¨ªa continuar con las Ordenanzas Municipales. Entonces fue el Ayuntamiento quien no las acept¨®. Se hab¨ªan concedido ya m¨¢s licencias de construcci¨®n de las que las Normas preve¨ªan, y el Ayuntamiento quer¨ªa que los hechos consumados fueran recogidos tal y como estaban.Mientras rebotaban del Area al Ayuntamiento y viceversa, se decidi¨® paralizar las licencias de construcci¨®n y no dar nuevas, para evitar m¨¢s problemas. En el pleno del mes pasado han sido aprobadas definitivamente por el Ayuntamiento, y cuando lo sean tambi¨¦n por el Area cobrar¨¢n vigencia efectiva.
Esta larga carrera de obst¨¢culos ha permitido que el pueblo sufra una serie de abusos urban¨ªsticos, denunciados por los vecinos. Es t¨ªpico el barrio de Pryconsa, donde la densidad de edificaci¨®n supera las 300 viviendas por hect¨¢rea (lo recomendado en la nueva ley del Suelo son 75). O barrios totalmente congestionados, como son los de San Isidro, o de San Leonardo. O el caso del paseo de la Direcci¨®n, donde antes hab¨ªa chalets y arbolado en toda su longitud. Ahora se permite la construcci¨®n de bloques, y como los ¨¢rboles estorbaban, se han arrancado todos los de un lado. Los del otro se est¨¢n secando, ho se sabe si por alguna enfermedad, o por falta de cuidados.
Tampoco la calidad de las construcciones es buena en todas las zonas. Son frecuentes los alcantarillados en malas condiciones. Los bloques de Virgen del Val, barrio cercano al r¨ªo, padecen de grandes humedades en los bajos, y de aut¨¦nticos chorreos de agua en los s¨®tanos. Las denuncias por problemas de este tipo se suceden, pero no parece que tengan f¨¢cil soluci¨®n.
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