Toda China se paraliz¨® al un¨ªsono como tributo p¨®stumo a Mao
Alrededor de un mill¨®n de personas, todas chinas, puesto que oficialmente se prohibi¨® la asistencia de extranjeros, se concentraron ayer en la plaza Tien An Men (de la Paz Celestial) de Pek¨ªn y la gran avenida de la Eterna Tranquilidad para despedir, en el ¨²ltimo acto f¨²nebre, los restos mortales de Mao.A una misma hora, toda la vida nacional se paraliz¨®, incluyendo los transportes, para guardar tres minutos de silencio por el l¨ªder chino desaparecido.
Una vez que hubo terminado la ceremonia f¨²nebre se enton¨® el himno Oriente es rojo, tras el cual las masas se fueron dispersando. El elogio f¨²nebre corri¨® a cargo del primer ministro y en la actualidad n¨²mero 1 del Partido Comunista Chino, Hua Kuo-feng, que durante veinte minutos exalt¨® los valores humanos, pol¨ªticos y literarios de Mao Tse-tung, sobre cuyos restos mortales no se sabe si ser¨¢n incinerados o conservados en una urna de cristal para que a lo largo de los a?os, los chinos puedan seguir rindi¨¦ndole homenaje.
Junto a Hua Kuo-feng estuvo el tambi¨¦n vicepresidente del PCC, Wang Hong-wen, destacado miembro del ala radical del Comit¨¦ Central que vest¨ªa uniforme del Ej¨¦rcito de Liberaci¨®n Popular (ELP).
El conflicto chino-sovi¨¦tico
En la alocuci¨®n del primer ministro se hizo un llamamiento a la unidad del pueblo que ?no debe intervenir en esquemas y conspiraciones?, recalcando que en el ?pa¨ªs, ahora hu¨¦rfano, no debe haber disensiones?.
?Desde el fondo de sus corazones, el pueblo chino amaba, confiaba y estimaba al presidente Mao -dijo Hua- ?el m¨¢s grande marxista de la era contempor¨¢nea?. Un hecho destacado de su discurso fue el ataque ?contra el imperialismo sovi¨¦tico?, destacando la decisi¨®n ?y gran visi¨®n (de Mao) al lanzar lucha en el movimiento del comunismo internacional contra los revisionistas sovi¨¦ticos?.
El discurso del primer ministro fue interrumpido de vez en cuando por el grito, ?presidente Mao, siempre seremos leales a tu gran pensamiento, leales a tu l¨ªnea revolucionaria, y defenderemos con nuestras vidas la bandera roja que ondear¨¢ siempre?. Este grito coreado por las masas, se repiti¨® tambi¨¦n a lo largo de todo el servicio f¨²nebre, que estuvo rodeado por grandes medidas de seguridad. Millares de soldados del Ej¨¦rcito patrullaban las calles adyacentes a la plaza Tien An Men.
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