Incre¨ªble

No podemos decir que a primera vista parezca una buena idea esta de llamar voluntarios para clasificar el correo. Para mayor concrecion diremos que se nos antoja una incre¨ªble insensatez, probablemente adoptada con la mejor de las intenciones. En efecto, la inviolabilidad de la correspondencia, cuya garant¨ªa es esencial en todo Estado de Derecho, puede verse amenazada gravemente por la presentaci¨®n de voluntarios indiscriminados y carteros de ocasi¨®n ante las delegaciones de Correos. El C¨®digo Penal se?ala severas penas para los funcionarios que incumplan el secreto de la correspondencia y tambi¨¦n para los particulares encargados accidentalmente del despacho de la misma. Las penas (art¨ªculo 366) van, seg¨²n los casos, del arresto mayor a la prisi¨®n mayor, y con multas adicionales de 10.000 a 50.000 pesetas.Pero pensamos que es muy dif¨ªcil, en una situaci¨®n as¨ª, que la Direcci¨®n General de Correos pueda garantizar la inviolabilidad absoluta. de la correspondencia, sobre todo si los particulares acuden en abundancia a distribuirla. Los carteros en huelga han dicho -y quiz¨¢ con raz¨®n- que esto puede ser el caos. Entre la militarizaci¨®n del personal y la secularizaci¨®n absoluta del servicio, pod¨ªa haber, parece, otras solucion¨¦s. Hoy todav¨ªa es tiempo de repensar esta medida, que puede originar males insospechados.