?Por qu¨¦ est¨¢ en peligro la social democracia en Alemania?
A una semana de las elecciones alemanas -probablemente tan decisivas para el conjunto de Europa como para la propia Rep¨²blica Federal-, la socialdemocracia da algunas nnuestras de recuperaci¨®n tras la postraci¨®n sufrida en las semanas pasadas ante la agresiv¨ªdad de la campa?a democristiana. Los ¨²ltimos sondeos conceden una ventaja de tres puntos, aproximadamente, a la coalici¨®n en el poder (socialdem¨®cratas y liberales), pero la diferencia es demasiado escasa para pensar que refleja una tendenc¨ªa clara porque el porcentaje de indecisos alcanza un 10 por 100.?A qu¨¦ se deben las dificultades del SPD en estas elecciones?, se preguntan muchos observadores. La Rep¨²blica Federal ha logrado bajo el Gobierno socialdem¨®crata-liberal, una reafirmaci¨®n como primera potencia industrial y financiera de la Europa occidental. Helmut Schmidt, su canciller, no es un hombre fogoso y simp¨¢tico que arrastre a las multitudes, pero s¨ª el conductor, de un pa¨ªs que ha superado, mejor que sus vecinos, el ataque de la crisis econ¨®mica. La moneda alemana es hoy la m¨¢s fuerte de Europa; la tasa de inflaci¨®n anual no supera el 5 por 100 (una de las m¨¢s bajas del mundo) el aumento de salarios, aunque no muy elevado -6,5 por 100- supera la tasa de inflaci¨®n; la exportaci¨®n se encuentra en una actividad febril, y el paro ocasionado por la crisis no ha sido eliminado por completo, pero en poco m¨¢s de un a?o ha bajado desde un mill¨®n y medio de personas hasta algo m¨¢s de 900.000. Por si fuera poco, el SPD controla, en la pr¨¢ctica, los sindicatos, y ¨¦stos moderan sus peticiones de forma que el empresariado no puede mostrarse demasiado insatisfecho, al mismo tiempo que el conjunto de los trabajadores, acrecienta su transformaci¨®n en clase media estable, bien retribuida y con focos de protesta bastante espor¨¢dicos.
Apelaciones al miedo
Con su conocido slogan "libertad en vez de socialismo" al que acompa?a el de "vote CDU/CSU" (democracia cristiana) ha intentado apelar a los m¨¢s ancestrales miedos del pueblo a¨²n traumatizado en el fondo por el recuerdo de dos guerras mundiales, dos duras posguerras, la partici¨®n de su pa¨ªs y la vecindad de una Alemania comunista convertida de pronto en su enemigo principal.Cada incidente fronterizo es un aldabonazo en la conciencia del ?alem¨¢n medio? cuidadosamente aprovechado la propaganda de la oposici¨®n conservadora. De ah¨ª que ¨¦sta haya intentado sugerir, con su campa?a, que detr¨¢s de la socialdemocracia est¨¢n los comunistas, y que existe una identidad entre Schmidt y Brandt con los dirigentes de la Rep¨²blica Democr¨¢tica Alemana. Craso error, porque si hay un pa¨ªs europeo donde se aprecia con claridad la diferencia entre los modelos perseguidos por la socialdemocracia y el comunismo, es la Rep¨²blica Federal de Alemania.
El problema de Schmidt y Brandt consiste en demostrar que la derecha -conservadora en el centro y norte del pa¨ªs, ultraconservadora en el sur- ha cometido una flagrante falsificaci¨®n de la verdad con su campa?a. Al mismo tiempo ha de convencer a los jubilados de que la subida de pensiones no est¨¢ en peligro; a los obreros en paro, de que pronto se solucionar¨¢n su situaci¨®n, y a Ios alemanes que viven en la Alemania Rep¨²blica Federal, de que la mejor manera de asegurar futuras visitas a sus pacientes en la alemania Democr¨¢tica es votar SPD.
Europa y Espa?a
Una derrota socialdem¨®crata debilitar¨ªa a¨²n m¨¢s las posiciones socialistas en los organismoa europeos; Mario Soares, primer ministro portugu¨¦s, perder¨ªa su m¨¢s firme apoyo en Europa; el Gobierno socialista de los Pa¨ªses Bajos sufrir¨ªa otra sacudida, y, en fin, el conjunto de la CEE quedar¨ªa resentido en su actual estructura de fuerzas.En cuanto a Espa?a, ni qu¨¦ decir tiene que las elecciones alemanas son decisivas para el proceso de democratizaci¨®n de nuestro pa¨ªs. Todos los partidos alemanes apoyan la realizaci¨®n de elecciones en Espa?a, pero no todos apetecen, claro est¨¢ los mismos resultados. El conjunto de fuerzas de la derecha se ver¨¢ muy reforzado si gana la CDU/CSU, sobre todo las posiciones que van desde Silva Mu?oz a Ruiz-Gim¨¦nez -la CDU desea ardientemente la salida de este ¨²ltimo de Coordinaci¨®n Democr¨¢tica-, y m¨¢s forzadas a unirse para imitar el ¨¦xito alem¨¢n.
Por su parte, una victoria de la coalic¨ª¨®n socialista-liberal no modificar¨ªa esencialmente el planteamiento actual: pleno apoyo del SPD a Felipe Gonz¨¢lez y muchos consejos de Genscher (presidente del FDP) a los grupos liberales espa?oles para que se unifiquen. Todo ello sin excluir menores exigencias de un Gobierno CDU/CSU a nivel de orgrnizaciones internacionales a la hora de discutir resoluciones sobre Espa?a, de modo que los espa?oles tambi¨¦n se juegan bastantes cosas en alemania, aunque no puedan votar por Kohl ni por Schmidt
Los candidatos de los cuatro grandes partidos alemanes se enfrentan el pr¨®ximo d¨ªa 30 en un debate pol¨ªtico ante la televisi¨®n. Las elecciones generale se har¨¢n el 3 de octubre.
Intervendr¨¢n por un lado, el canciller, Helmut Schmidt, l¨ªder del Partido Socialdem¨®crata, y Hans Dietrich Genscher, ministro de Relaciones Exteriores, del Partido Liberal, coaligado al anterior, y por el otro, Helmut Kohl, candidato a canciller por el Partido Democrata Cristiano (CDU), y Josef Strauss, aspirante a la vicecanciller¨ªa del Partido Social-Cristyiano (CSU).
Schmidt se hab¨ªa negado hasta ahora a discutir con Kohl en la televisi¨®n, y exig¨ªa que tambi¨¦n intervienen Strauss y Genscher, como ocurrir¨¢ el pr¨®ximo jueves.
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