La situaci¨®n monetaria favorece a los laboristas moderados

La ca¨ªda fulminante de la esterlina en el mercado exterior no s¨®lo ha obligado a Penis Healey, el titular de Hacienda, a suspender un viaje a Hong Kong, sino que ha llevado al Banco de Inglaterra agastarse lo que le quedaba de un pr¨¦stamo de cinco mil millones de d¨®lares que diversos pa¨ªses occidentales le hicieron la Gran Breta?a en mayo para que no dejara hundir su moneda.

La crisis de la libra, que se agrav¨® en un momento culminante de la conferencia laborista, tiene, como casi siempre, un fondo pol¨ªtico. Sin que el primer ministro lo haya pedido, la desconfianza exterior en la econom¨ªa brit¨¢nica le ha venido a dar la raz¨®n al Gobierno. Momentos antes de que Callaghan dijera que el Reino Unido no pod¨ªa seguir viviendo del pr¨¦stamo exterior, que deb¨ªa recortar de ra¨ªz el gasto p¨²blico para invertir en una industria llamada a tener beneficios, la libra hab¨ªa bajado al nivel m¨¢s ¨ªnfimo de su historia. Ning¨²n hecho hubiera apoyado tanto las palabras del l¨ªder laborista como este nuevo fracaso de la esterlina. En ese contexto, la izquierda del partido no tiene m¨¢s remedio que aceptar la ?pol¨ªtica de concesiones? de la que ahora habla Callaghan para llevar al pa¨ªs fuera del ¨¢rea de la recesi¨®n.

Con el fantasma de una esterlina empobrecida, las perspectivas sombr¨ªas dibujadas por el primer ministro durante su discurso del martes pasado, cobran todo su car¨¢cter dram¨¢tico.

En otro sentido, la crisis de la libra tambi¨¦n apoya los criterios de los que ahora se oponen a una consideraci¨®n parcial de la cuesti¨®n regional. Con una Gran Breta?a sin una econom¨ªa consolidada, la divisi¨®n y la competencia entre unas regiones m¨¢s poderosas y otras m¨¢s d¨¦biles podr¨ªa conducir a una peligrosa situaci¨®n.