Alicia Alonso idealiza la "Carmen" de Bizet

El Ballet Nacional de Cuba y su directora y m¨¢xima estrella, Alicia Alonso, gozan de un prestigio internacional ganado a trav¨¦s de los a?os a fuerza de trabajo, inteligencia y alta calidad. Se esperaba la actuaci¨®n de la troupe cubana con gran inter¨¦s que no s¨®lo se vio satisfecho sino que convirti¨® la jornada en un ¨¦xito caliente y absoluto.Anotemos, de modo particular, la excepcional intervenci¨®n de Alicia Alonso en Carmen, un muy bello ballet que, para nosotros, s¨®lo tiene el defecto de los desarreglos que Schedrine hizo de la partitura de Bizet, tan formidablemente orquestada. La estrella cubana dio lecciones de elegancia, de suavidad en la cadencia de los movimientos, de ligereza y elevaci¨®n. Es una artista creadora en el m¨¢s amplio sentido del t¨¦rmino y verla bailar constituye una verdadera fiesta. La coreograf¨ªa de Alberto Alonso como la misma idea del gui¨®n, parecen pensadas para resaltar el personaje de Carmen que, en la visi¨®n aplaudida en La Zarzuela adquiere mayores matices po¨¦ticos que en la que suelen servirnos tantas mezzo-sopranos, desgarradoras de un personaje que, en definitiva, es sumamente conflictivo. Como tal, imposible de ser resuelto a brochazos. Orlando Salgado (don Jos¨¦), Jorge Esquivel (Escamillo), Cristina Alvarez (el Destino en forma de toro ib¨¦rico) y todo el conjunto trabajaron con perfecci¨®n. M¨¢s a¨²n con inspiraci¨®n.

Calidad e inspiraci¨®n que, desde el comienzo de la sesi¨®n, hab¨ªan brillado al m¨¢ximo nivel en Las S¨ªlfides, de Chopin-Fokine, piedra de toque del ballet blanco. Hay que destacar las intervenciones particularizadas de Rosario Su¨¢rez y Cristina Alvarez. .

De gran originalidad, plasmador de un erotismo dram¨¢tico de singular realismo, Tiempo fuera de la memoria, de Brian McDonald, sobre m¨²sica de Paul Creston, cuyo protagonismo defendieron con precisi¨®n y buen arte Caridad Mart¨ªnez y L¨¢zaro Carre?o.

Paso a tres, sobre m¨²sica de Mauri, coreografiado por Alberto M¨¦ndez, es una refinada lecci¨®n de buen humor. No hay caricatura porque no hay exceso sino sutil iron¨ªa no s¨®lo en los detalles sino en la constituci¨®n misma de la pieza. Fue una nueva dimensi¨®n, entre tantas, de la capacidad t¨¦cnico-expresiva del Ballet Nacional de Cuba. Lecci¨®n de bien hacer a cargo de Josefina M¨¦ndez, Mirta Pl¨¢ y Jorge Esquivel.

Presentaci¨®n y orquesta contribuyeron al positivo resultado de esta entra?able noche de ballet cubano.