La representaci¨®n proporcional
La representaci¨®n proporcional (en lo sucesivo RP) se inspira en un criterio de justicia matem¨¢tica f¨¢cil de formular pero de compleja aplicaci¨®n pr¨¢ctica: cada partido obtiene en la circunscripci¨®n electoral de que se trate un n¨²mero de esca?os o actas proporcional al n¨²mero de votos v¨¢lidamente emitidos en favor de sus candidatos. De esta descripci¨®n se desprende, de una parte, que la RP exige que las circunscripciones sean pluripersonales, puesto que un esca?o ¨²nico no puede dividirse proporcionalmente, y de otro lado, que funciona necesariamente con sistema de lista. Ello determina que, en la pr¨¢ctica, a trav¨¦s de la RP, se vote por los partidos m¨¢s que por los candidatos en s¨ª mismos. Se vota, en suma, la lista del partido que se prefiere.La RP suscita tres grandes cuestiones: el c¨¢lculo de los votos que, en relaci¨®n con cada lista, requiere cada candidato para salir elegido o, lo que es igual, el n¨²mero de esca?os que ha de atribuirse a cada lista; el reparto de los restos, es decir, de los votos que sobran despu¨¦s de realizado aquel c¨¢lculo, y la distribuci¨®n de esca?os dentro de cada lista.
N¨²mero de esca?os por lista
Hay tres formas de calcular el n¨²mero de esca?os que corresponde a cada lista presentada:
a) El cociente electoral: Se calcula dividiendo el n¨²mero total de sufragios v¨¢lidamente expresados en cada circunscripci¨®n por el n¨²mero de diputados que hayan de elegirse. Cuantas veces este cociente est¨¦ contenido en la cifra de sufragios obtenida por una lista, otros tantos diputados electos ser¨¢n atribuidos a tal lista.
b) El n¨²mero uniforme: En este m¨¦todo la ley electoral fija previamente el n¨²mero de votos precisos para que una lista pueda tener derecho a un diputado. Cada lista conseguir¨¢ tantos esca?os como veces logre alcanzar por su n¨²mero de votos esa cifra, denominada n¨²mero uniforme.
c) El cociente nacional. Para obtener este cociente, en lugar de tomar en cuenta cada circunscripci¨®n, como ocurr¨ªa en el cociente electoral stricto sensu, se parte de considerar el territorio nacional corno ¨²nica circunscripci¨®n. La cifra resultante se denomina cociente nacional, y una vez calculada funciona igual que el m¨¦todo del n¨²mero uniforme.
Comoquiera que es sumamente improbable que el cociente electoral est¨¦ comprendido en la cifra de votos obtenida por una lista un n¨²mero exacto de veces, ocurre que hay restos de votos en cada lista que quedan sin aprovechar a efectos de atribuci¨®n de esca?os. Veamos el ejemplo puesto por Cotteret y Emeri (Les systemes electoraux, p¨¢g. 61). Supongamos una circunscripci¨®n en que cuatro listas, A, B, C, D, compiten por cinco esca?os. Votan 200.000 electores y se obtienen los resultados siguientes: partido A, 86.000 votos; partido B, 56.000 votos; partido C, 38.000 votos, y partido D, 20.000 votos. Se calcula en primer t¨¦rmino el cociente electoral de la circunscripci¨®n dividiendo el n¨²mero de sufragios expresados, 200.000, por el n¨²mero de puestos a cubrir, 5 esca?os. Se obtiene as¨ª su cociente electoral -40.000-, que est¨¢ contenido: dos veces en los 86.000 votos de la lista del partido A, y le corresponden, en consecuencia, dos esca?os; una vez en los 56.000 votos de la lista del partido B, al que se atribuye, por tanto, un esca?o, y ninguna vez en los 38.000 votos y 20.000 votos, respectivamente, de las listas de los partidos C y D, que se quedan sin esca?os, permaneciendo dos puestos por cubrir.
Los restos son entonces los siguientes: 6.000 votos del partido A (pues s¨®lo aprovech¨® 80.000 votos); 16.000 votos del partido B (pues s¨®lo aprovech¨® 40.000 votos), y 38 y 20.000 votos para los partidos C y D, que no aprovecharon ning¨²n voto.
Hay tres soluciones principales para repartir estos restos:
a) Atribuci¨®n de esca?os al resto m¨¢s alto: En el ejemplo anterior el partido C y el D tienen los restos m¨¢s altos y consiguen cada uno un esca?o. De este modo resultan favorecidos los peque?os partidos. El resultado, de todas maneras, no es muy justo, porque al final de c¨®mputo hay tres partidos, los B, C y D, que, a pesar de la gran diferencia de votos entre ellos, obtienen el mismo n¨²mero de actas. De ah¨ª que sea m¨¢s frecuente la
b) Atribuci¨®n de esca?os a la mayor media aritm¨¦tica: En el ejemplo precedente ve¨ªamos que, una vez obtenidos el cociente electoral y confrontado con los sufragios conseguidos por cada partido, quedaban dos esca?os por atribuir. El procedimiento de la mayor media aritm¨¦tica para la atribuci¨®n de restos se basa en una ficci¨®n que radica en simular la atribuci¨®n a cada lista de un esca?o m¨¢s de los que ha obtenido por cociente electoral. Se procede entonces a dividir el n¨²mero de votos de cada lista por el n¨²mero de puestos alcanzado, adicionado de ese esca?o m¨¢s que se finge atribuido:
La mayor media aritm¨¦tica es la del partido C, que obtiene as¨ª un esca?o. Para el otro puesto que queda se repite la misma operaci¨®n, siendo ahora la media m¨¢s alta la correspondiente al partido A, que se atribuye as¨ª el esca?o restante.
Una variante de este m¨¦todo es la llamada regla de Hondt. Consiste en dividirla cifra de los sufragios obtenidos por cada partido por 1, 2, 3, 4, 5 sucesivamente. Estos n¨²meros representan el n¨²mero de esca?os a cubrir, es decir, cinco en nuestro ejemplo.
?stos cocientes se colocan en orden decreciente hasta llegar al quinto m¨¢s peque?o, que corresponde al n¨²mero de esca?os a cubrir, es decir, 5. En este caso, ser¨ªan: 86.000, 56.000, 43.000, 38.000 y 28.666.
Este ¨²ltimo cociente se denom¨ªna cifra repartidora o divisor com¨²n, y con ¨¦l se obtiene directamente el n¨²mero de esca?os que corresponde a cada partido, dividiendo por ¨¦l el n¨²mero de votos obtenido. Matem¨¢ticamente conduce a los mismos resultados que el procedimiento de la mayor media, que en este caso ser¨ªan 3, 1, 1 y 0 puestos para, respectivamente, los partidos A, B, C y D.
Los sistemas de la mayor media favorecen a los grandes partidos, a diferencia de la f¨®rmula del mayor resto, que beneficia a los peque?os.
c) Atribuci¨®n de esca?os mediante cociente rectificado o regla Hagenbach-Bischof: En algunos casos puede ocurrir que si concurren muchas listas y los votos se distribuyen en exceso entre ellas, el cociente electoral sea cuantitativamente superior al n¨²mero de sufragios alcanzados por todas o la mayor¨ªa de las listas individualmente consideradas. En tal supuesto no podr¨ªa atribuirse m¨¢s que uno o ning¨²n esca?o. En nuestro ejemplo, ello habr¨ªa sucedido si en el supuesto m¨¢ximo, siendo el cociente electoral 40.000, ninguna lista hubiese llegado a los 40.000 votos. Se procede entonces a disminuir el cociente electoral sumando una unidad a los puestos a cubrir. Como ¨¦stos eran cinco, se supone que ser¨ªan seis. El cociente rectificado as¨ª obtenido se divide por el n¨²mero de votos obtenidos por cada lista.
Con este procedimiento se proveen tres puestos. Los dos restantes se atribuyen repitiendo la operaci¨®n, pero sumando una nueva unidad al n¨²mero de actas que deban surgir de la elecci¨®n.
Mediante la aplicaci¨®n de este nuevo cociente las listas D y E consiguen cada una un esca?o.
Una vez conocida la cantidad de diputados que corresponden a cada lista, hay que determinar qu¨¦ candidatos entre los que en ella figuran deben proclamarse elegidos. Hay varios procedimientos:
a) Distribuci¨®n por el orden que figura en la propia lista: Es el m¨¢s sencillo. Si a una lista le corresponden dos diputados, se estima elegidos a los dos candidatos que aparecen en primer y segundo lugares. La critica que se ha alzado contra esta f¨®rmula alega que potencia la influencia de los comit¨¦s de los partidos que son quienes establecen el orden de la lista. Es una forma de restringir la libertad del elector, que se ve obligado a votar por una lista en la que en cabeza pueden figurar personas que no sean de su agrado aunque pertenezcan al mismo partido que ¨¦l.
b) Voto preferente en una sola lista: Consiste en permitir al elector que, dentro de la lista por la que ¨¦l vote, establezca el orden de preferencia de los nombres incluidos en ella. Para determinar qui¨¦n sale elegido, dentro de la lista, se pueden aplicar diversas f¨®rmulas. La m¨¢s corriente es la del voto alternativo o preferente, que analizamos al exponer las modalidades del sistema mayoritario consistente en clasificar los miembros de la lista de acuerdo con el n¨²mero de ?preferencias? que hayan conseguido. Quienes m¨¢s preferencias logren salen elegidos hasta cubrir el n¨²mero de puestos ganados por la lista en cuesti¨®n. Hay otros m¨¦todos que omitimos por razones de brevedad.
e) Panachage o combinaci¨®n entre listas: Este procedimiento, al que tambi¨¦n aludimos anteriormente, faculta al votante para combinar distintas listas entre s¨ª, es decir, para confeccionar una lista propia seg¨²n sus particulares deseos. Cuando se permite el panachage ocurre que los candidatos obtienen un n¨²mero de votos muy diverso. ?C¨®mo se sabe entonces la cantidad de sufragios que ha obtenido una lista? Se saca la media de la lista dividiendo la suma de los votos que consigue cada uno de los miembros de dicha lista por el n¨²mero de personas que en ella aparecen. Conocidos los votos que ha alcanzado la lista, se proclaman elegido aquellos que han obtenido, dentro de ella, el mayor n¨²mero de sufragios hasta cubrir los esca?os que le correspondan a la lista.
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