Teor¨ªa ling¨¹¨ªstica de la poes¨ªa
Se ha dicho (por Juan Marichal), que la tesis de J. Vicens Vives es muy probablemente el mejor trabajo doctoral espa?ol de los ¨²ltimos cincuenta a?os en el campo de las ciencias sociales. Uno de calidad sobresaliente, ahora publicado, es ¨¦ste que tenemos entre manos, y al que nos vamos a referir en la presente glosa.El libro de Jos¨¦ A. Martinez me parece ejemplar en dos sentidos. Por un lado, constituye una verdadera tesis, es decir, una proposici¨®n que se mantiene con razonamientos (al decir del vocabulario acad¨¦mico). Cosa de destacar, por lo que de honestidad intelectual supone, ahora que con las prisas traldas por la aceleraci¨®n hist¨®rica y la saturaci¨®n de canales informativos, no se suelen hacer los libros despacio, de arriba a abajo y procediendo con met¨®dico orden. Rasgo ¨¦ste que hubo de afectar incluso, en sus ¨²ltimos a?os, a don Ram¨®n Men¨¦ndez Pidal, como cari?osamente le reprochaba su nieto Diego Catal¨¢n.
Propiedades del lenguaje po¨¦tico
J. A. Mart¨ªnez.Universidad de Oviedo. 1975
De otra parte, el presente libro es ejemplar en cuanto muestra lo que es la creaci¨®n de ideas en el seno de una escuela (pero sin escol¨¢stica). A los m¨¢s valiosos de mis compa?eros he o¨ªdo quejarse una y otra vez de la ausencia de maestros, incluso se lo he o¨ªdo a alg¨²n catedr¨¢tico de universidad con publicaciones de enjundia y notorio prestigio, que tambi¨¦n se ha sentido (o se siente) un poco desamparado. Sin duda la aceleraci¨®n hist¨®rica a que antes alud¨ªa, junto con el mavoritario acceso (por fortuna) a la ense?anza superior de gran n¨²mero de estudiantes, y los resultados de la depauperaci¨®n intelectual de muchos a?os, hace que los verdaderos maestros universitarios no nos puedan decicar todo el tiempo que ellos (en algunos me consta) y los que empezamos quisi¨¦ramos. La evidente ra¨ªz de escuela (en el mejor sentido de la palabra) del libro de que hablamos es una envidia.
T¨¦cnicamente, la idea vertebral del trabajo (si es que uno de 601 p¨¢ginas puede ser reducido a tres l¨ªneas) es la de que ?el texto po¨¦tico de un acto ling¨¹¨ªstico imitativo (esto es, subordinado) en relaci¨®n con el sistema. Pero creativo respecto de todos los usos vigentes de la lengua? (en sustancia es la misma postura de Cosenin). Personalmente y de un modo cuasi-intuitivo (no tengo demasiadas pruebas para ello), coincido m¨¢s con quienes, como F. L¨¢zaro, creen que ?todo conspira a caracterizar la comunicaci¨®n literaria como un conjunto de mensajes pertenecientes a un registro radicalmente distinto del ordinario, hasta el punto de poderse afirmar que sus rasgos son irreductibles?. Esta distinta concepci¨®n de cu¨¢l sea la esencia idiom¨¢tica de la poes¨ªa no empa?a, desde luego, mi admiraci¨®n por un estudio como el de J. A. Mart¨ªnez, como espero se perciba en el conjunto de estas l¨ªneas.
Otro valor que habr¨¢ de destacarse de la tesis es el enciclop¨¦dico, en cuanto recoge, bien asimiladas, muchas ideas de tambi¨¦n muchos autores importantes de la teor¨ªa ling¨¹¨ªstica contempor¨¢nea. S¨®lo cada lector sabe, por su personal nivel de informaci¨®n y formaci¨®n, lo que debe leer. Pero creo que este libro por lo frecuente de sus noticias, alcanzar¨¢ a muchos (es de lamentar que no se le haya a?adido un ¨ªndice detallado de conceptos y nombres).
En definitiva, para terminar, lo mejor que puedo decir de esta investigaci¨®n, -aunque no comparta su tesis vertebral- es que me hubiera gustado ser su autor.
Babelia
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