"La clemenza di Tito"

En el primer concierto del ciclo de la RTVE llega a Madrid, posiblemente por primera vez, la ¨²ltima ¨®pera de Mozart.Estrenada en 1791, dos meses antes de la muerte del compositor, se trata de obra problem¨¢tica por varias razones. Si indiscutiblemente la m¨²sica es muy bella, es cierto que desde el punto de vista dram¨¢tico representa un cierto retroceso con respecto a Don Juan y a Las boclas de F¨ªgaro (1787 y 1786).

Esto se debe, en parte, al libreto de Pietro Matastasio, el poeta admirado por la corte de Felipe V como autor de melodramas. A ¨¦l se refiere Men¨¦ndez y Pelayo con exactitud: ?Entonces los librettos ten¨ªan un car¨¢cter verdaderamente literario y no hab¨ªa en la Europa de 1750 un poeta superior ni igual a Matastasio. Sus ¨®peras, que no pod¨ªan recomendarse ciertamente por el profundo estudio de caracteres, ten¨ªan, sin embargo efectos verdaderos calurosos a veces, y muy lindamente expresados, movimientos e intenciones dram¨¢ticas... y sobre todo, un tesoro de poes¨ªa pintoresca y mel¨®dica, de que nadie daba ejemplo en medio de aquel diluvio de prosa¨ªsmo. La misma pobreza de vocabulario... los hac¨ªan (los librettos) f¨¢ciles y agradablemente comprensibles para los hijos de la raza latina?.

Por cierto que La clemenza... fue traducida al espa?ol por el gran tratadista de est¨¦tica Ignacio de Luz¨¢n.

El caso es que el libreto de Matastasio (desgraciadamente no incluido en el programa de mano) no posee ni la gracia ni la agilidad de los de Lorenzo de Ponte, por lo que es posible que Mozart recurriera a la estructura dram¨¢tica de algunas de sus primeras ¨®peras, como Il Re Pastore, sobre texto tambi¨¦n de Matastasio.

Por ello, La clemenza... se presta a la versi¨®n de concierto tanto o m¨¢s que a la esc¨¦nica.

La versi¨®n de Enrique Garc¨ªa Asensio fue en todo momento segura firme y bien realizada. La orquesta, salvo desajustes en el continuo son muy bien. Se podr¨ªa decir tal vez que falt¨® unidad, pero esto, como queda dicho, es dif¨ªcil de evitar, por ser algo inherente a la obra.

La maravilla de la noche fue la interpretaci¨®n de Teresa Berganza en el papel de Sesio. Pocas veces, no ya el canto, sino la interpretaci¨®n musical, llega a tanta perfecci¨®n. S¨®lo un gran talento, unido a una exquisita sensibilidad, pueden conseguir tal belleza de frasco, tal naturalidad. Teresa Berganza sabe dar su importancia al recitativo o conseguir expresividad en el pasaje m¨¢s virtuos¨ªstico. Su personal¨ªsimo timbre de voz es de una belleza cautivadora en todas las tesituras, y su afinaci¨®n, impecable. ?Qu¨¦ maravilla el aria ?Parto, parto; ma t¨², ben m¨ªo?, en la que cont¨® con la espl¨¦ndida colaboraci¨®n de M¨¢ximo Mu?oz, en una parte comprometida y dif¨ªcil para el clarinete!

Espl¨¦ndida tambi¨¦n Norma Lerer, que con su voz, dram¨¢tica y penetrante, consigui¨® un Mozart de gran altura.

Isabel Garcisariz, con timbre muy hermoso, algo duro en el agudo, hizo una buena Vitellia, acaso excesivamente dram¨¢tica para la obra mozartiana. Menor en cantidad siempre hermoso el timbre. Ana Higueras se mostr¨® muy dentro de estilo. No pudimos disfrutar el Tito de Walter Krenn ya que se encontraba indispuesto, y su voz apareci¨® velada en todo momento. Antonio Blancas hizo un Publio musical y de timbre muy hermoso. Todos ellos, con el coro de RTVE, fueron muy aplaudidos.