El deporte de elite, f¨¢brica de millonarios/1
La reciente confirmaci¨®n de Severiano Ballesteros como figura mundial del golf no s¨®lo ha puesto de manifiesto al individualista deporte espa?ol, sino tambi¨¦n un tema m¨¢s general: el de los deportistas que ganan millones con la actividad que practican. En los tiempos que corren el amateurismo es una utop¨ªa tan grande que los atletas tratan de buscar en el deporte la soluci¨®n para su porvenir. El dilema -o la suerte- estriba en saber si el elegido -o el m¨¢s apropiado seg¨²n sus caracter¨ªsticas- es a la vez el que le puede proporcionar m¨¢s ingresos.
En Espa?a, casi resulta obvio decirlo, no es de ahora la contestaci¨®n de alg¨²n padre cuando se le ha preguntado por la futura profesi¨®n de su hijo: ?Si fuese s¨®lo por el dinero, futbolista?. El problema, claro, se pon¨ªa m¨¢s complicado al mirar a¨²n m¨¢s al futuro. Cuando se terminara su etapa de darle al bal¨®n, ?qu¨¦ iba a hacer? El ideal, entonces, podr¨ªa ser un caso como G¨¢rate, pongamos por ejemplo: futbolista, pero ingeniero industrial tambi¨¦n.Al margen, sin embargo, de culturas e intelectualidades, lo cierto es que el f¨²tbol ha hecho, hace y har¨¢ millonarios a muchos jugadores. Indudablemente, en comparaci¨®n con los practicantes, una minor¨ªa, pero a lo largo del tiempo, una minor¨ªa apreciable.
El primer a?o, de Johann Cruyff en Espa?a pudo ser el principal ejemplo de c¨®mo sacar dinero hasta instantes despu¨¦s de salir de las duchas. Las 40.000 pesetas, aproximadamente, por entrevista personal -en las estrictamente deportivas, seg¨²n se aclar¨®, no cobraba- eran algo normal. En el tiempo que lleva en el Barcelona, el holand¨¦s, que esta temporada parece haber vuelto por sus fuer¨®s, se va a llevar una cantidad de dinero que asustar¨ªa a la Hacienda m¨¢s espl¨¦ndida y complaciente. Con sus ganancias profesionales no es extra?o que haya hecho numerosas inversiones, de las cuales la m¨¢s importante parece ser una firma de deportes, con la que aparentemente ha llegado a un acuerdo econ¨®mico. Sus negocios son manejados por su suegro, Kor Coster, que tambi¨¦n es el manager de Eddy Merckx. Un lince, vamos.
Si seguimos con jugadores extranjeros no podemos olvidarnos, naturalmente, del ?rey Pel¨¦?. L¨ªder de los muchos futbolistas emigrantes a Estados Unidos, adem¨¢s del contrato fabuloso que firm¨® con el Cosmos tiene otros financieros con bastantes compa?¨ªas, lo que le hace ser un millonario casi forzoso. A Pel¨¦ no le cost¨® demasiado trabajo rehacer su fortuna por segunda vez tras unas inversiones desafortunadas, especialmente una referente a material sanitario y que al salirle mal provoc¨® comentarios ir¨®nicos sobre el destino del ?as? brasile?o.
Tres conductos
En Espa?a, puerto donde han fondeado oriundos verdaderos, oriundos falsos y extranjeros con todas las de la ley, se habla actualmente de la cantidad de millones que van a salir a causa de tanto futbolista importado. Realmente parece un absurdo la preocupaci¨®n, cuando es lo que se ha fomentado desde hace muchos a?os: hacer de un deporte que ya de por s¨ª puede atraer las masas, un espect¨¢culo que las aliene hasta extremos en muchos momentos insospechados. Entonces, si de lo que se trata principalmente es m¨¢s de un espect¨¢culo, con sus intereses deportivos las m¨¢s de las veces lesionados por otros bastardos, habr¨¢ que ce?irse a un p¨²blico pagano, que es el que lo mantiene. Si ¨¦l quiere extranjeros, habr¨¢ que d¨¢rselos. En caso contrario, que se piense mucho, porque se podr¨¢ lesionar a la gallina de los huevos de oro.
Sin distinci¨®n ya entre espa?oles o extranjeros, es evidente que s¨®lo unos pocos, y los que militan, adem¨¢s en clubs grandes, pueden permitirse el lujo de hacerse millonarios. Acabamos de referirnos a Cruyff y ¨¦l s¨®lo, con una cantidad que puede ganar este a?o rondando los cincuenta millones de pesetas, se embolsar¨¢ bastante m¨¢s que toda una plantilla de muchos equipos de Primera Divisi¨®n.
El futbolista tiene sus ingresos por tres conductos: la ficha anual, que es la ¨²nica por la que se diferencian claramente los jugadores a un determinado nivel; el sueldo mensual, que viene a ser sobre las sesenta mil pesetas en los clubs grandes -con peque?as variaciones seg¨²n_la solter¨ªa o los hijos, si son casados- y las primas. La diferencia de ganar una Liga o no, por ejemplo, puede suponer un mill¨®n o mill¨®n y medio de pesetas.
Ganancias y gastos
El f¨²tbol, de cualquier forma, no es el deporte que da m¨¢s dinero. A la larga, quiz¨¢ s¨ª por aquello de que los gastos del futbolista son m¨ªnimos, a causa de la propia actividad, pero existen otros mas remunerados. Nos referimos, sin ir m¨¢s lejos, al golf o al tenis. Otro d¨ªa trataremos el boxeo y el automovilismo. El problema de estos deportes, sin embargo, radica en que las ganancias quedan reducidas por los gastos de hoteles, viajes, material y dem¨¢s.
Severiano Ballesteros, en la rueda de prensa que se celebr¨® el pasado lunes en la Federaci¨®n Espa?ola, confes¨® que un jugador de golf no gana tanto dinero como un futbolista o un boxeador. Naturalmente siempre hay que referirse a un practicante de la ¨¦lite. Neg¨® que hubiese ganado en lo que va de a?o seis millones de pesetas, pero la cantidad m¨¢s o menos puede ser ¨¦sa. Los descuentos, sin embargo, por viajes, hoteles o un 5 por 100 fijo para el ?caddy?, que viene a ser como su copiloto, se acercan a las 50.000 pesetas semanales. Y ¨¦l, por lo visto, no cobra por entrevista.
De todas maneras el golf es un deporte que ha dado eminentemente -y dar¨¢- jugadores millonarios. Arnold Palmer, por ejemplo, el gran rival de Ballesteros en el ¨²ltimo trofeo Lancome, disputado en Par¨ªs, podr¨ªa extender sin demasiados apuros un cheque por diez millones de d¨®lares si fuese necesario. Desde luego, tiene bastantes m¨¢s a?os que ¨¦l y ya lleva unos cuantos por los ?greens? del mundo. Otro gran jugador, el ingl¨¦s Tony Jacklin, es tambi¨¦n millonario gracias al golf. Se concentr¨® m¨¢s en el deporte en sus comienzos, pero ahora parece hacerlo con especial atenci¨®n en los negocios. Su nombre figura en los equipos de golf, en las pelotas, en los palos y le proporciona ping¨¹es beneficios.
A prop¨®sito de utilizar el nombre como publicidad, pasar¨ªamos ya a temas m¨¢s escabrosos. Las famosas escenas de Lasse Viren en Montreal, dando la vuelta de honor al estadio ol¨ªmpico descalzo y con las dos zapatillas en las manos, fue suficientemente clara. Mark Spitz y Shane GouId llenaron las revistas y carteles del mundo con sus anuncios de ba?adores. Las medallas ganadas en Munich, por supuesto, pend¨ªan convenientemente de sus cuellos. Karl Schranz, el gran esquiador austriaco, no tuvo tanta suerte como Viren y fue expulsado de los Juegos de Sapppro en 1972, porque hizo publicidad antes de tiempo. Su compatriota y doble campeona ol¨ªmpica de descenso y slalom gigante en Innsbruck este mismo a?o, Rossi Mittermaier, censur¨® agriamente a ciertas firmas que utilizaron su nombre publicitariamente nada m¨¢s terminar las competiciones de sus ¨¦xitos, pero acaba de ceder recientemente el caramelo de la propaganda bien pagada haciendo publicidad en toda regla. El esqu¨ª se termin¨® para ella.
Si pasamos al tenis, ya no quedan rincones del cuerpo vestido de los jugadores para anunciar los productos. Al principio s¨®lo eran las raquetas, pero ¨²ltimamente, las camisetas, los pantalones y hasta las mangas de las mismas camisetas o los jerseys de los primeros sets -casi siempre- con el pretexto de un calentamiento provocado- les convierte en verdaderos hombres-anuncio.
El deporte de la raqueta, indudablemente fatigoso como el que m¨¢s, es enormemente rentable a la larga para las grandes figuras. Por si fueran poco los ?fijos? en cada torneo, los desaf¨ªos con el mill¨®n de d¨®lares por medio, a un solo partido, ya no asustan a nadie. Unos precios desorbitantes en las entradas, m¨¢s la salvadora televisi¨®n por medio, hacen el milagro. El italiano Panatta ganar¨¢ este a?o alrededor de los diez millones de pesetas. Jimmy Connors, por ejemplo, se asegura el 70 por 100 de sus ingresos s¨®lo con permitir que las zapatillas reglamentarias que usa lleven su nombre. Orantes, que anuncia los conocidos cigarrillos que promociona el primer Supermanuel, Santana, se acaba de llevar en el Gran Premio de Madrid, 1.050.000 pesetas. Unas no menos conocidas hojas de afeitar desembolsaron algunos millones m¨¢s para llevar adelante el torneo. Todo se mueve en el mundo de la publicidad.
La media de ganancias en un torneo importante por todo ello no baja para el vencedor del mill¨®n de Pesetas. En Winibledon, por ejemplo, se acerca el presupuesto total de premios a los quince. Hasta ahora, la diferencia entre el premio conseguido por el ganador del individual masculino y el femenino a los dobles, era grande. En la actualidad al menos en lo que se refiere a las f¨¦minas -v¨¦ase el caso de Chris Evert- ya se ha soslayado.
El deporte de la raqueta, como pocos, se ha convertido en un trampol¨ªn gigante para hacer millonarios.
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