Aumentan las distancias entre sectores de oposici¨®n
La unidad de la oposici¨®n democr¨¢tica est¨¢ prendida con alfileres, pero por ahora se mantiene. Esta es la conclusi¨®n m¨¢s realista que cabe obtener tras la ¨²ltima cumbre de organismos unitarios, donde se ha dado el paso de aprobar un programa com¨²n. Las deliberaciones, democr¨¢ticamente realizadas a la vista del p¨²blico en este caso, de los periodistas permitieron confirmar la voluntad de mantener una coincidencia entre las tendencias all¨ª representadas, pero tambi¨¦n la existencia de sectores cada vez m¨¢s definidos en el seno de este complejo entramado.
Izquierda Democr¨¢tica, por ejemplo, mantiene su vinculaci¨®n formal a la Plataforma; sin embargo, en t¨¦rminos reales, dicho partido tiene un pie dentro y otro fuera de Coordinaci¨®n. Su secretario general, Jaime Cortezo, ha pedido el relevo de sus funciones como representante de ID en el organismo unitario, a fin de poder dedicarse m¨¢s intensamente a su propio partido. Uniendo este dato al voto particular de ID sobre el programa com¨²n de la Plataforma -contrario a la misma-, se comprende el porqu¨¦ de la afirmaci¨®n anterior. Aun as¨ª, ID no se retira de los organismos unitarios, y se espera la sustituci¨®n del se?or Cortezo por otra persona.El PSOE orienta la mayor parte de su actividad a la consecuci¨®n de alternativas concretas, y desde luego a la participaci¨®n en las elecciones -si existen garant¨ªas para las mismas-, dado que se considera bien situado en el terreno electoral.
Las cosas son m¨¢s complejas en el caso del PCE. Su problema consiste en lograr que sea considerado como un partido m¨¢s en la b¨²squeda de la democracia, cuesti¨®n por la que todav¨ªa no pasa un extenso sector de la derecha. En esta perspectiva, le interesa especialmente el mantenimiento de la unidad de la oposici¨®n, aun a costa de concesiones, donde -por otra parte- juega un papel conductor; no en vano sabe convertir en ideas-fuerza de gran impacto pol¨ªtico conceptos que recuerdan otras terminolog¨ªas, as¨ª como el de la reconciliaci¨®n, de ra¨ªz cristiana.
En aras de la unidad, el PCE pasa, por ejemplo por unas movilizaciones populares muy moderadas, a fin de no quedar aislado de la Democracia Cristiana y los socialistas, al mismo tiempo que manifiesta compartir aspiraciones b¨¢sicas en aqu¨¦llos, como las propias elecciones.
Naturalmente, estas posiciones no son las mismas que las de la extrema izquierda, para la cual las elecciones no constituyen el objetivo fundamental de la oposici¨®n, mientras que s¨ª puede serlo la reivindicaci¨®n de un Gobierno provisional, entre otras. Una representante de la ORT lleg¨® a censurar -aunque sin acritud- la intervenci¨®n del se?or S¨¢nchez Montero (PCE) en defensa de un documento donde hablaba de elecciones, y no de Gobierno provisional.
Por lo que se refiere a los dirigentes que act¨²an en nombre de las nacionalidades y regiones, procuran presionar todo lo posible para que sus reivindicaciones est¨¦n presentes en la mesa de negociaci¨®n, tras haber rebajado un tanto sus aspiraciones iniciales.
Tal es la situaci¨®n, a grandes rasgos, y queda lo m¨¢s dif¨ªcil por resolver: que el Poder acepte negociar, y que se avenga a hacerlo sobre el programa com¨²n de la posici¨®n incluida en la Plataforma recientemente creada. Y en el supuesto de que existan signos favorables a ello, falta por decidir qui¨¦nes acudir¨¢n a negociar en nombre de la oposici¨®n.
La f¨®rmula m¨¢s viable, en este ¨²ltimo caso, parece la comisi¨®n de personalidades -ya mencionada en informaciones anteriores-, en la que habr¨ªa dirigentes de fuerzas representadas en la Plataforma, pero tambi¨¦n hombres de la oposici¨®n moderada no integrada en aquella, y que previsiblemente no asumir¨¢n la totalidad de aquel programa. Tal operaci¨®n no est¨¢ gest¨¢ndose en el seno de los organismos unitarios, sino paralelamente a los mismos, y ello constituye otro ¨ªndice a tener muy en cuenta en la situaci¨®n actual.
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