Las "soledades" de Sheerin
De los t¨ªtulos con que Jerry Sheerin bautiza a sus criaturas se puede desprender su atrevida proclividad al vac¨ªo, su asidua vecindad con la nada. ?Solo?, ?Casi solo?, ?Ligeramente solo?..., son refinadas denominaciones que pretenden aquilatar la frontera con lo que no es. Dij¨¦rase que la soledad parece a¨²n m¨¢s solitaria si se la cualifica con estrat¨¦gicas atenuaciones. ?Casi solo? o ?Ligeramente solo? resultan expresi¨®n m¨¢s aniquilante que el ?solo? a secas. Y no ya la cualidad, tambi¨¦n la cantidad merece a nuestro hombre extra?as precisiones. ?Qu¨¦ cifra o conjunto puede definir un t¨ªtulo como ?Casi cinco??Toda la obra de Jerry Sheerin entra?a o resume un alarmante proceso reductivo hacia el ¨²ltimo conf¨ªn del espacio y de la existencia, extremos inevitables de una sola y pat¨¦tica relaci¨®n. Proveniente o no de su antiguo oficio de arquitecto (como antol¨®gica que es, alberga la exposici¨®n un pu?ado de proyectos de arquitectura y urbanismo), la efusi¨®n, expansi¨®n y definici¨®n (o indefinici¨®n) del espacio, en su versi¨®n m¨¢s radical de vac¨ªo circundante, concentran y explicitan el escenario de un acaecer minimizado, esquem¨¢tico, evanescente y reducido, en ¨²ltima instancia, a su inexorable integraci¨®n en la soledad del entorno.
Sheerin
Centro Cultural de los Estados Unidos. San Bernardo, 107
Emparentado, en principio, con los protagonistas de la nueva figuraci¨®n narrativa (los FahIstrom, Vos, Perilli...) o de su versi¨®n a la espa?ola (los Momp¨®, Lorenzo, Fraile ... ), Sheerin se va desvinculando obra por obra, de cada una de sus propuestas. En la medida en que aqu¨¦llos tienden a acumular acontecimientos, va nuestro artista reduciendo el acaecer a la insensata peripecia de un solo y grotesco hom¨®nculo, para terminar en la nada absoluta. La ¨²ltima de sus obras (y la m¨¢s consecuente) es una l¨¢mina blanquecina, flotando sobre un panel blanco y desplegando (?casi sola?, ?ligeramente sola?) su paulatina inexistencia.
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