Informes sobre los presos vascos en Cartagena y Puerto de Santa Mar¨ªa
Dos informes, uno sobre la situaci¨®n de los presos pol¨ªticos vascos en las c¨¢rceles de Cartagena y Puerto de Santa Mar¨ªa, y el otro sobre el auto de procesamiento de Arantza Arruti Odriozola, por supuesto delito de ofensas y calumnias a las Fuerzas Armadas, son las dos primeras acciones de la Asociaci¨®n pro Amnist¨ªa de Vizcaya, recientemente compuesta y a la espera de legalizaci¨®n.Con respecto al primer informe, la asociaci¨®n se refiere en primer lugar a las condiciones de vida del penal de Cartagena, a las que considera hoy el m¨¢s duro del territorio espa?ol. Afirma el estudio que los presos pol¨ªticos ocupan all¨ª loa departamentos que los comunes hab¨ªan utilizado hasta la fecha como celdas de incomunicaci¨®n y castigo. Las mismas -compuestas de taquilla, cama para el jerg¨®n, y una diminuta mesilla, seg¨²n el informe-, carecen de espejos, estanter¨ªas e iluminaci¨®n. En este recinto pasan 22 horas al d¨ªa.
En lo tocante a la alimentaci¨®n, los presos pol¨ªticos reciben toda la comida -embutidos, queso, fruta, etc¨¦tera, troceada, siendo imposible su conservaci¨®n al tener que colocarse sobre unas cajas dispuestas en el suelo. Durante la comida no se permite beber vino, que deber¨¢ ser bebido antes de la misma en formaci¨®n ante un funcionario. Cuenta el citado informe que los presos s¨®lo pueden enviar una carta de un folio a la semana, carta que ser¨¢ censurada si se redacta en catal¨¢n o en euskera.
Pero quiz¨¢ el cap¨ªtulo de la disciplina es el aspecto m¨¢s duro de esta prisi¨®n en la que -destaca el informe- un simple bot¨®n suelto se considera falta grave y puede ser penado hasta con cuarenta d¨ªas de castigo en celdas en las que se carece de papel, pluma, silla, mesa, taquilla, somier y s¨¢banas, durmiendo sobre un jerg¨®n en el mismo suelo y comi¨¦ndose en pie o sobre el suelo tambi¨¦n, durante las veintitr¨¦s horas diarias que deben pasar en la celda en la que, por otra parte, no pueden hablar, cantar, silbar ni tampoco escribir o comunicarse con la familia.
En cuanto a la prisi¨®n del Puerto de Santa Mar¨ªa, aun consider¨¢ndola m¨¢s blanda que la de Cartagena, puede decirse que tambi¨¦n presenta condiciones de vida dif¨ªciles. Seg¨²n el informe de la Asociaci¨®n pro Amnist¨ªa de Vizcaya, las celdas, de 1.80 por 2 metros h¨¢biles, est¨¢n ocupadas por una plancha de hierro que hace de cama, el water y el Iavabo. Adem¨¢s las condiciones de higiene no deben ser ¨®ptimas por cuanto se cuenta ¨²nicamente con una sola ducha para todos los penados pol¨ªticos y comunes. Las celdas de castigo ofrecen las mismas caracter¨ªsticas de dureza que en Cartagena, siendo quiz¨¢ lo peor el locutorio para visitas. en donde la audici¨®n -afirma el informe- es nula, y obliga a los familiares de los presos a gritar, mientras son vigilados de cerca por un funcionario que impide la utilizaci¨®n del euskera. Estas visitas duran veinte minutos.
Por lo que se refiere a la detenci¨®n y auto de procesamiento de Arantza Arruti Odriozola, se dice textualmente en el informe, ?es la culminaci¨®n de una campa?a de humillaci¨®n, vejaciones y provocaciones que han padecido los familiares de todos los presos pol¨ªticos en la c¨¢rcel del Puerto de Santa Mar¨ªa?.
Arantza Arruti -detenida en 1967 y vuelta a encarcelar por cinco a?os y medio en 1968 en Alcal¨¢ de Henares- fue detenida el d¨ªa 18 de septiembre cerca de aquella localidad cuando iba a recibir -seg¨²n afirma el informe- a su marido, Gregorio L¨®pez Irasuegui, juzgado y condenado como miembro de ETA, que era puesto en libertad beneficiado por la amnist¨ªa real. Seg¨²n su versi¨®n de los hechos transmitida a su abogado, Arantza se hallaba en Chiclana de la Frontera, esperando un ?taxi? para trasladarse a Puerto de Santa Mar¨ªa, cuando se le acerc¨® una pareja de la Guardia Civil y un sargento del mismo cuerpo, quienes, tras pedirle la documentaci¨®n y registrarla, la detuvieron. Luego fue trasladada al cuartel de la Guardia Civil, -y tras ser interrogada, fue ingresada en la prisi¨®n de C¨¢diz desde donde fue conducida al penal de Jerez.
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