Pedro Salinas: el poeta como novelista
En 1926, y como primer volumen de la colecci¨®n Noya Novorum. public¨® la Revista de Occidente un libro de Pedro Salinas titulado V¨ªspera del gozo, aparecieron despu¨¦s relatos de Benjam¨ªn Jarn¨¦s y Antonio Espina, y, paralelamente, en distinta serie, obras de poes¨ªa que marcaron la ¨¦poca, C¨¢ntico y Romancero gitano, entre otros.Por esos a?os de la tercera d¨¦cada, un aire de experimentaci¨®n y aventura recorr¨ªa el mundo occidental y no fue en Espa?a donde menos se hizo sentir. Salinas escribi¨® V¨ªspera del gozo cuando acababa de traducir los cuatro primeros tomos de A la recherche du temps perdu, y esta circunstancia facilit¨® a la cr¨ªtica el encasillamiento de su novela (o narraciones), atribuy¨¦ndole filiaci¨®n proustiana, que yo no veo.
Pedro Salinas:
Narativa completa.Edici¨®n de Soledad Salinas de Marichal Barral Editores Barcelona, 1976.
A medio siglo de distanc¨ªa, la ficci¨®n salinesca tiene inconfundible perfil de ¨¦poca y se adscribe a un vanguardismo irrealista (entonces se dec¨ªa deshumanizado), inclinado a sutiles juegos de lo que Ortega llam¨® ?¨¢Igebra superior de las met¨¢foras?. Reducci¨®n de la an¨¦cdota a su esencia, imaginaci¨®n verbal, inventora de primorosos cuadros, en que fr¨¢giles figuras pugnan por adquirir consistencia en la palabra; prosa cargada de sugerencias-, p¨¢ginas que crecen de s¨ª mismas. Todo esto, y una supeditaci¨®n del concepto de la imagen, caracteriza los siete relatos o cap¨ªtulos de la obra primeriza de Salinas.
Veinticinco a?os despu¨¦s, con su obra de poeta y cr¨ªtico pr¨¢cticamente conclusa, sinti¨® la urgencia de volver a la narraci¨®n y escribi¨®, en tiempo relativamente breve, los cuatro relatos acogidos en El desnudo impecable (1951) y una novela, La bomba incre¨ªble (1950), que se inscribe en la corriente de las antiutop¨ªas que desde Nosotros, de Zamiatin, pasando por Un mundo feliz, de Huxley La granja de los animales y 1984, de Orwell, y Par¨¢bola del n¨¢ufrago, de Delibes, llega hasta el presente. (La versi¨®n cinematogr¨¢fica de La naranja mec¨¢nica, de Burgess, est¨¢ proyect¨¢ndose hoy en una sala madrile?a.)
Par¨¢bola
La bomba incre¨ªble, escrita en Baltimore entre febrero y abril de 1950, cuando la enfermedad amenazaba seriamente al autor, es una narraci¨®n en forma de par¨¢bola, una protesta contra la condici¨®n a que son reducidos los humanos por un progreso cient¨ªfico culminante en Hiroshima y Nagasaki. Como se recordar¨¢, la explosi¨®n de la bomba at¨®mica produjo en Salinas impresi¨®n tremenda, de ello dej¨® testimonio en el poema ?Cero?.Novela de anticipaci¨®n, pero relativa: pesimista, mas todav¨ªa esperanzada, cuenta la misteriosa aparici¨®n, en cierto templo o museo del ETC o Estado T¨¦cnico Cient¨ªfico, pa¨ªs regulado por la Ciencia m¨¢s avanzada: la raz¨®n manda y las emociones est¨¢n proscritas. En la Rotonda o Templo de la Paz donde, como su nomble indica, se exhiben las armas inventadas a lo largo de los siglos, aparece de pronto una bomba que nadie ha llevado y cuya procedencia se ignora, ?Aparici¨®n? es la palabra indicada para sugerir la sobrenaturalidad del suceso; el modo de describirla planta en la mente del lector semilla de ideas que la narraci¨®n desarrollar¨¢.
Que la bomba es diferente, salta a la vista: ?M¨¢s bien oval que esf¨¦rica color tirando a c¨¢rdeno, parece o est¨¢ ?dotado de un movimiento asemejable a un inflado globo que empieza a desinflarse y entonces se dilata otra vez a su plenitud y torna a encogerse, con r¨ªtmico subir y bajar?. Sin mencionar el nombre, se describe forma y funcionamiento de un coraz¨®n.
Con infatigable iron¨ªa que alcanza a situaciones, personajes, y lenguaje, y con ingenio, se refieren reacciones de los pol¨ªticos, cient¨ªficos y sabios, Perdidos ante el suceso ins¨®lito que no consiente en amoldarse a la teor¨ªa, en ser vencido por el experimento. Irreductible a la aprehensi¨®n cient¨ªfica, ni pesable, ni adaptable a los instrumentos con que se pretende escrutar su interior, el misterioso objeto desespera y enloquece a los analistas. Uno, exasperado y demencial, le asesta siete cuchilladas, abri¨¦ndole otras tantas heridas.
Raz¨®n y fe
Siete y dolorosas, datos a retener, pues ellos configuran lo aleg¨®rico del relato. Los personajes m¨¢s que individualidades o ?caracteres?, son figuras necesarias para la exposici¨®n y desarrollo de un combate entre la raz¨®n y la fe, encarnadas en el cient¨ªfico, figura inhumana, de rasgos sat¨¢nicos, y en el creyente, asistido por instintiva voluntad de convivencia y fraternidad.Apunta la novela a un apocalipsis sin sangre. La bomba herida por el cient¨ªfico se queja sin fin, llora, con llanto humano, acumulaci¨®n del vertido por las v¨ªctimas de tantos siglos. De las heridas brotan oleadas de quejas, un ulular tremendo que cambia de tono, ?elev¨¢ndose hasta el alarido, para luego bajar al sollozo ahogado?, clamor irresistible que todo lo invade y obliga a huir a las gentes, nada puede oponerse a su avance. Guerra sin combates, hu¨ªda para ganar tiempo y un final previsible para quien haya ido registrando los no escasos signos que lo anuncian.
Derrotados los cient¨ªficos, queda el creyente, la intuici¨®n de una muchacha capaz de penetrar el misterio acudiendo a las seguridades de la fe. Reconociendo lo sobrenatural y advirtiendo la ausencia del coraz¨®n en una imagen de la Dolorosa, marcha en busca de ?la bomba?, y al encontrarla, se ci?e a ella cerrando con sus brazos las heridas y acallando as¨ª las irresistibles quejas.
La bomba salinesca del Horror y el Amor cay¨® aqu¨ª en pleno auge de la llamada novela social, y los practicantes de ¨¦sta no la reconocieron por una de las suyas, aun estando ligada a los m¨¢s tremendos problemas de nuestro tiempo. ?C¨®mo pudo ocurrir tal desencuentro y mala lectura? Quiz¨¢ por la calidad de la escritura, por la fusi¨®n de ingenio e iron¨ªa, por lo sutil de las im¨¢genes que surgen y se encadenan para reforzar con su gracia las posibilidades del literalismo.
Salinas ten¨ªa la elegancia de la sencillez, la distinci¨®n de la transparencia y una imaginaci¨®n habituada a traducir en t¨¦rminos figurativos las cuestiones que le preocupaban. ?Qui¨¦n no recuerda aquella primorosa vi?eta dedicada a la ?lectura de Excelsior? en Los nuevos analfabetos? Narraci¨®n intelectualizada y ensayo en forma dram¨¢tica, simbiosis que en La bomba incre¨ªble alcanza un nivel de fusi¨®n muy convincente.
Ultimo libro
Cinco novelas cortas se juntan en El desnudo impecable, ¨²ltimo libro que Salinas lleg¨® a ver publicado, meses antes de su muerte, en 1951. Las experiencias iniciales contribuyeron a agilizar y sutilizar su estilo, haciendo de su prosa instrumento precioso de insinuaci¨®n y alusi¨®n. Entre las p¨¢ginas de V¨ªspera del gozo y las de El desnudo, adem¨¢s de a?os, se interponen experiencias, literarias y de las otras. El autor ya no se deja arrastrar por la met¨¢fora: la incorpora al texto y la sujeta a su servicio. Estas novelitas tienen f¨¢bula y no s¨®lo signo: si no son tan determinadamente ?art¨ªsticas?, no fueron menos cuidadosamente organizadas. Reaparecida la intriga, las ficciones finales parecen m¨¢s desenfadadas, incursas sin empacho en la gracia del lenguaje, sin rehuir a la p¨¢gina costumbrista (de Espa?a o de Estados Unidos) o el misterio leve y hasta el paralelo mitol¨®gico.Toda la obra narrativa de Salinas ha sido ahora reunida por su hija Soledad en un volumen al que puso discreta nota preliminar y a?adi¨® una excelente cronolog¨ªa biogr¨¢fica. Para resumir lo esencial de mis impresiones, dir¨¦ que este libro es oportuno por actual y necesario por aleccionador. Gran delicia leer la prosa de un profesional para quien escribir y escribir bien eran una y la misma cosa.
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