El sistema, electoral debe ser proporcional
Las elecciones a una Asamblea Constituyente en Espa?a deber¨ªan realizarse por un sistema proporcional, con la exigencia de un peque?o m¨ªnimo de votos a los partidos para tener acceso a dicha asamblea. Este es el consejo del profesor Maurice Duverger, un cl¨¢sico de la ciencia pol¨ªtica, a la hora de caracterizar el tipo de ley electoral que deber¨ªa regir las primeras elecciones generales a celebrar en Espa?a. El consejo se produjo a requerimiento del p¨²blico asistente al congreso sobre t¨¦cnicas electorales, que, organizado por CITEP, viene celebr¨¢ndose en Madrid.El profesor Duverger comenz¨® su exposici¨®n explicando la influencia del sistema electoral en el sistema de partidos, y de ¨¦ste en aquel. Una de sus primeras afirmaciones fue ¨¦sta: Se pueden fabricar todas las piezas de un sistema electoral; pero no se puede fabricar de igual modo un sistema de partidos, porque ¨¦ste es la representaci¨®n de las fuerzas o clases que existen en la sociedad, aunque en alg¨²n caso los partidos no representen exactamente clases, sino otro tipo de grupos. Al mismo tiempo, es incontestable que la expresi¨®n fuerzas sociales est¨¢ en parte condicionada por la Constituci¨®n o la ley electoral.
En cuanto al sistema proporcional pretende un multipartidismo -es decir, m¨¢s de dos partidos-, y las alianzas son libres; si las fuerzas sociales tienden a la bipolarizaci¨®n, el sistema proporcional no lo impide, pero trata de frenarla.
Existe tambi¨¦n el sistema mayoritario a dos vueltas, como el franc¨¦s; en este caso, la primera vuelta permite que cada partido pueda tomar parte por s¨ª mismo en el juego electoral (?cada uno puede anunciar su color?, es la traducci¨®n de la frase textual del profesor Duverger); pero en la segunda, es preciso el reagrupamiento de fuerzas, si no se desea ser aplastado. En este sentido puso el ejemplo de la uni¨®n de la izquierda francesa, que se mantiene a pesar de algunas tensiones internas, porque cada partido que la constituye se beneficia de ella.
Explicadas las l¨ªneas generales de cada sistema electoral, el profesor Duverger pas¨® a estudiar algunas otras caracter¨ªsticas de los mismos. Se refiri¨® a la frase ?el sistema proporcional es una fotograf¨ªa de la opini¨®n, y el mayoritario una caricatura?, afirmando que este es un planteamiento inexacto de la cuesti¨®n. Calific¨® de brutal el sistema mayoritario a una sola vuelta para pa¨ªses en los que no exista una gran tradici¨®n y experiencia democr¨¢ticas; y dio tambi¨¦n algunas pinceladas en torno a las ventajas e inconvenientes del sistema mayoritario a dos vueltas.
Ahora bien, el problema de la agrupaci¨®n de fuerzas no debe ser decidido por los estados mayores de los partidos, sino por los ciudadanos; los franceses, por ejemplo, no deseaban la fusi¨®n socialistas-comunistas, pero comprend¨ªan que era necesaria la uni¨®n a efectos electorales.
Por si sus palabras no eran bien comprendidas cuando se refer¨ªa al buen funcionamiento que debe tener la democracia el conferenciante confes¨® que, en su juventud, hab¨ªa sido un estudiante de derechas; y esto fue debido a que en los a?os treinta, la democracia representaba casi el desorden y la ineficacia. Pero despu¨¦s, los fascismos perdieron por la fuerza lo que hab¨ªan conquistado por la fuerza y hoy los Estados democr¨¢ticos pluralistas son fuertes y saben afrontar la crisis econ¨®mica, logrando mejores niveles econ¨®micos de los que existen en los pa¨ªses del este de Europa. Fue precisamente la guerra de Espa?a -agreg¨® Duverger- lo que le concienci¨®, en el sentido de que deb¨ªa abandonar su ideolog¨ªa de derechas, pasando desde entonces al campo de la izquierda, lo cual no influye, de todas maneras, en sus construcciones te¨®ricas.
Consejos a Espa?a
Terminada la exposici¨®n b¨¢sica del conferenciante, comenz¨® un debate con el p¨²blico que se prolong¨® m¨¢s de una hora. Las primeras preguntas trataron de conocer la opini¨®n del profesor Duverger sobre el mejor sistema electoral para Espa?a. El conferenciante se mostr¨® dispuesto a contestar, ?si esto no se interpreta como una injerencia en asuntos de otro pa¨ªs?, y dijo que desde el principio conven¨ªa diferenciar entre las primeras elecciones a una asamblea constituyente, y las siguientes elecciones, que ya ser¨ªan para una asamblea parlamentaria normal.El sistema electoral del futuro r¨¦gimen democr¨¢tico debe de pender del estado real de los partidos pol¨ªticos en el pueblo es pa?ol, y eso depende de las primeras elecciones a una asamblea constituyente; asamblea que, por cierto, debe tratar de plantear reglas del juego aceptables para toda Espa?a, porque si trata de imponer a una gran parte del los espa?oles reglas que no acepten, estar¨¢ en peligro el funcionamiento del sistema. Entre los problemas fundamentales de la asamblea constituyente espa?ola, el profesor Duvenger cit¨® el de las etnias perif¨¦ricas, tema que ¨¦l, como franc¨¦s, apenas siente, pero comprende que es importante en Espa?a, ?aunque no debe exagerarse?.
?La Constituyente debe representar a Espa?a en su diversidad -afirm¨® el ponente- y no limitar arbitrariamente esta diversidad. Si ustedes quieren establecer unas Cortes democr¨¢ticas, un signo seguro ser¨¢ que ninguno se sienta totalmente satisfecho de lo que se haga, pero que todos acepten sacrificios para poder vivir juntos.?
En concreto, aconsej¨®, para las primeras elecciones, un sistema proporcional con un l¨ªmite peque?o, es decir, estableciendo un m¨ªnimo de votos que los partidos deben alcanzar para tener acceso a la Asamblea Constituyente. ?Nunca -recalc¨®- un sistema mayoritario a una sola vuelta ser¨¢ oportuno, al menos mientras no exista ya una gran experiencia democr¨¢tica?. Una vez que haya sido elegida la Constituyente por el sistema proporcional con un cierto m¨ªnimo, tal vez para las siguientes elecciones ser¨ªa interesante un sistema mayoritario a doble vuelta, pero esto depender¨¢ de los resultados obtenidos en la Constituyente.
Ante una nueva pregunta, en torno a si los m¨ªnimos deber¨ªan exigirse tanto para partidos de ¨¢mbito estatal como para los partidos regionales, dijo que a estos ¨²ltimos podr¨ªa ped¨ªrseles un m¨ªnimo de un dos o tres por ciento, y un porcentaje inferior -no concret¨® la cifra- para los de car¨¢cter nacional.
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