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No se han detectado en Espa?a los efectos de la nube radiactiva

Todav¨ªa no se han detectado en Espa?a los efectos de la nube radiactiva que acaba de cruzar Estados Unidos, aunque posiblemente est¨¢ cruzando cielo espa?ol. Esto no quiere decir que la nube no haya llegado, sino que todav¨ªa no se ha podido medir su efecto. La raz¨®n de ello es que las t¨¦cnicas de medici¨®n empleadas requieren unos cuatro d¨ªas de espera hasta el conocimiento de los resultados. El doctor Iranzo, jefe de Protecci¨®n de la Junta de Energ¨ªa Nuclear (JEN) explic¨® a EL PAIS el origen y desarrollo de este tipo de nubes y sus efectos.

La voz de alerta ha sido dada a nivel internacional por la agencia norteamericana del medio ambiente. Una nube radiactiva, procedente de China ha cruzado el pa¨ªs. La nube viaja a una altura de 640 kil¨®metros. Seg¨²n las citadas fuentes norteamericanas, esto no supone ning¨²n peligro.Ahora la nube probablemente est¨¢ sobrepasando el cielo espa?ol, ante lo cual la Junta de Energ¨ªa Nuclear ha comunicado que a¨²n no se han detectado sus efectos.

Las nubes radiactivas se producen a consecuencia de las explosiones nucleares. Desde el a?o 1971 est¨¢n prohibidas las pruebas atmosf¨¦ricas pero muchos pa¨ªses, entre ellos la Rep¨²blica Popular China, no han firmado el Tratado de no Proliferaci¨®n, interpretando que no es aconsejable suspender las experiencias hasta que no se alcance el nivel similar al de USA y URSS.

Consecuencias de la explosi¨®n

?Al producirse la explosi¨®n nuclear se produce una serie de productos s¨®lidos y gaseosos, un aerosol -explica el doctor Iranzo-. Una parte de esos productos se desplaza por todo el mundo, y acaban por caer a la superficie.?Este descenso de productos radiactivos aumenta el nivel general de radiactividad. La radiactividad est¨¢ provocada por la emisi¨®n de radiaciones por parte de productos que se encuentran naturalmente en la naturaleza o que el hombre crea con sus actividades nucleares.

Todav¨ªa no se ha detectado en nuestro suelo el efecto de estas part¨ªculas que la nube radiactiva va depositando por todo el mundo, porque para medir ese efecto debe distinguirse entre el efecto radiactivo producido por las part¨ªculas depositadas por la nube, del efecto de los productos radiactivos que est¨¢n presentes habitualmente. El per¨ªodo de desintegraci¨®n es diferente para unos y otros productos, por lo cual es necesario dejar transcurrir los d¨ªas necesarios para que desaparezcan los productos radiactivos ordinarios y se constate la presencia de los que son resultado de la nube.

El doctor Iranzo asegura que la nube no plantea ning¨²n peligro. Para corroborarlo facilita las cifras estimativas habituales: ?La dosis de radiactividad calculada a ra¨ªz de las explosiones nucleares sovi¨¦ticas y americanas es de tres a cuatro milirems. La radiaci¨®n natural se estima en unos cien milirems por a?o. La dosis l¨ªmite que se tolera internacionalmente es de quinientos milirems por a?o, si bien para personas que trabajan en centros radiactivos esta dosis se acepta hasta los cinco rems por a?o (5.000 milirems). Una dosis mortal ser¨ªa quinientos rems (500.000 milirems) para el 50% de la poblaci¨®n.?

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