El centro y la izquierda se plantear¨¢n la negociaci¨®n con el poder
Liberales, socialdem¨®cratas, democristianos, socialistas (los tres partidos) y el Partido Comunista, junto con algunos dirigentes de las nacionalidades y regiones, celebrar¨¢n ma?ana una reuni¨®n en la que se dar¨¢n nuevos pasos para organizar la negociaci¨®n con el poder. Esta cuesti¨®n, m¨¢s que el refer¨¦ndum, es la que puede permitir un avance en el trabajo de la oposici¨®n.
Cuando la campa?a oficial en favor del refer¨¦ndum ha comenzado ya, pocos grupos de la oposici¨®n han prestado su asentimiento a la operaci¨®n. Uno de los que lo han hecho es el Partido Socialista Democr¨¢tico Espa?ol (PSDE), que dirige el se?or Garc¨ªa L¨®pez, y cuya comisi¨®n ejecutiva ha recomendado participar en el refer¨¦ndum, pese a considerar dudosa la representatividad de las Cortes que lo aprobaron, agregando que desean la aprobaci¨®n de la ley mediante la participaci¨®n masiva en la votaci¨®n.En la oposici¨®n moderada, las explicaciones oficiales sobre el planteamiento del refer¨¦ndum -realizadas el pasado martes por dos ministros a los directores de los medios informativos- cayeron como una bomba, y de hecho permitieron el acercamiento a las posiciones de la izquierda. Hasta el punto de que la reuni¨®n de aquella noche, en la que los moderados pensaban congratularse de la buena marcha de la reforma, se transform¨® en un comunicado que denotaba enfado y preocupaci¨®n.
Despu¨¦s, el poder parece haber acusado las andanadas que se le han dirigido, y las aguas de la oposici¨®n est¨¢n volviendo a su cauce, que es el de marchemos todos por la senda de la negociaci¨®n. Los arquitectos de la operaci¨®n prev¨¦n dos niveles: uno, de muchos partidos, donde est¨¦n el centro y la izquierda; otra, de los partidos que vienen conoci¨¦ndose como moderados, cuya coordinaci¨®n se realiza sin necesidad de una estructura formal de uni¨®n, pero que funciona, como se est¨¢ viendo. Anoche celebraron estos ¨²ltimos una reuni¨®n para preparar la cumbre del s¨¢bado, en un contacto al que se da mayor trascendencia.
La reuni¨®n de ma?ana es m¨¢s importante, y de ah¨ª saldr¨¢ el sentido y, quiz¨¢, las condiciones b¨¢sicas de la negociaci¨®n. No se espera mucho m¨¢s. Una representaci¨®n muy reducida acudir¨ªa despu¨¦s a entrevistarse con los representantes del poder, si ¨¦stos dan se?ales m¨¢s claras de estar interesados en el asunto, y los delegados volver¨ªan posteriormente al conjunto de la oposici¨®n con las respuestas pertinentes.
Por otra parte, antes de que haya negociaciones m¨¢s o menos colectivas se producir¨¢n ciertos contactos bilaterales. El equipo democristiano espera entrevistarse con el presidente del Gobierno dentro de unos d¨ªas, en un contacto que no debe entenderse como parte de la negociaci¨®n -precisan fuentes dignas de cr¨¦dito-, sino como una solicitud de apertura de la negociaci¨®n. Y de paso, esto permitir¨¢ mantener contactos pol¨ªticos equipo democristiano-gobierno, como es l¨®gico.
En estas condiciones no es previsible un acuerdo sobre el refer¨¦ndum en la reuni¨®n de ma?ana, salvo que alguna de las partes renuncien a sus posiciones. Unos quieren la abstenci¨®n activa, y se van a movilizar en este sentido -PSOE, PCE, diversas fuerzas de las nacionalidades y regiones-: otros, los moderados, no quieren la abstenci¨®n, o por lo menos no piensan hacer campa?a en pro de la misma, aunque tampoco otorgar¨¢n su asentimiento sin m¨¢s.
De este modo, al endurecimiento de d¨ªas pasados, entre los moderados y la izquierda, ha sucedido una cierta distensi¨®n, y de ah¨ª que sea posible mantener la reuni¨®n de ma?ana. Hace mucho tiempo que no se sentaban juntos, en una misma mesa, los liberales y el PCE, por ejemplo.
Sin embargo, se est¨¢n definiendo con cierta claridad dos estrategias, porque los partidos que las sostienen empiezan a diferenciarse, en funci¨®n de sus distintas clientelas electorales. Y es que el refer¨¦ndum constituye, en cierto modo, el pr¨®logo de la campa?a electoral, donde unos van a jugar el papel del centro y otros el de la izquierda. Hablar de la oposici¨®n, sin m¨¢s especificaciones, empieza a no tener demasiado sentido, sin que de ello quepa deducir que existe ya una ruptura total.
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