Sindicalismo campesino

En EL PAIS del pasado d¨ªa 16 aparec¨ªa una cr¨®nica que daba cuenta de la celebraci¨®n del IV Encuentro de Organizaciones Campesinas del Estado Espa?ol, as¨ª como de la constituci¨®n de una Coordinadora de organizaciones campesinas.Vaya por delante nuestro reconocimiento por la objetividad de dicha informaci¨®n.

Nos sorprende, sin embargo, la forma casi telegr¨¢fica de recoger y valorar el hecho. Mientras acontecimientos de mucha menor entidad y trascendencia pol¨ªticas son acogidos en sus p¨¢ginas con una extensi¨®n muy amplia, tan s¨®lo por haberse producido o hacer referencia al ¨¢mbito urbano o industrial, vemos c¨®mo permanente el campo y sus problemas son objeto de una consideraci¨®n mucho menor.

Y mucho m¨¢s en concreto, mientras que la problem¨¢tica sindical de los sectores industriales merece una continua atenci¨®n por parte de su peri¨®dico, con toda justicia por, supuesto, no ocurre lo mismo con los problemas que afectan a los campesinos y su futuro sindical.

Nosotros tambi¨¦n somos ?el pa¨ªs?, aunque el r¨¦gimen pol¨ªtico de los ¨²ltimos cuarenta a?os nos haya venido demostrando lo contrario. A¨²n m¨¢s: mientras que ante la llamada reforma sindical las alternativas democr¨¢ticas del sector industrial cuentan con todo el apoyo que les corresponde en funci¨®n de su fuerza y representatividad reales, en el caso del sector agrario, mucho m¨¢s necesitado de ese apoyo, las ¨²nicas voces que parecen escucharse son las ?oficiales?. Como si la ¨²nica alternativa sindical para el campo pudiera venir de aquellos que, largamente instalados en el poder y en gran parte culpables de la tr¨¢gica situaci¨®n del campo, juegan ahora a re formadores democr¨¢ticos.