Libertad de prensa para un Estado democr¨¢tico
Probablemente sea la primera vez que en la historia del Palacio de Exposiciones y Congresos del Ministerio de Informaci¨®n y Turismo ¨¦ste abre: sus puertas a la discusi¨®n de un tema cuyo solo enunciado es muy significativo para estos tiempos: La libertad de prensa en un Estado democr¨¢tico.
En la mesa redonda-debate sobre el tema, que se va a celebrar a las siete y media de la tarde de hoy, y en el quie, por supuesto, podr¨¢n intervenir los asistentes, participar¨¢n destacados profesionales de la informaci¨®n, fundamentalmente italianos y espa?oles, entre los que se encuentran: Sergio Le, ri, director de la P agencia A NSA, de Roma; Augusto Livi, ex director del Paese Sera, de Roma; Pietro Ottone, director del matutino Il Corriere della Sera, de Mil¨¢n; Alfredo Pieroni, director del matutino Il Resto del Carlino, de Bolonia; Manuel Ib¨¢?ez Escofet, ex director de Tele-expr¨¦s, de Barcelona; Juan Luis Cebri¨¢n, director de EL PAIS; Antonio Herrero, director de la agencia Europa Press y Gonzalo Velasco, director de la agencia Cifra.
El debate ha sido organizado por el presidente de la Agrupaci¨®n de Corresponsales de Prensa Extranjera, Marcello Ongania, quien, precisamente, analizando para EL PAIS el momento presente de la prensa en Espa?a, ha dicho que ?desde el momento que vino a faltar el eje sobre el que se fundaba el autoritarismo personal en Espa?a, se han dado much¨ªsimos y r¨¢pidos pasos hacia la democracia. Sin embargo, existe una enorme valla que se llama ley de Prensa y que obliga a los colegas democr¨¢ticos a dar grandes vueltas y rodeos para llegar a las metas que ellos se han propuesto. La existencia de esta, ley de Prensa muestra todav¨ªa una falta de voluntad democr¨¢tica por parte de quien en el pasado la ha dado y la ha mantenido. Mi convicci¨®n personal es que no durar¨¢ mucho, puesto que desde hace algunos meses existe la voluntad de darla por caduca?.
?Por parte ele los colegas espa?oles -ha a?adido el presidente de la Agrupaci¨®n de Corresponsales Extranjeros- hemos tenido claros ejemplos de que no falta la capacidad para realizar una prensa democr¨¢tica. El hecho de que se celebre este debate sobre la libertad de prensa es una se?al indicativa m¨¢s de que real mente se quiere la democracia en la prensa. Falta a¨²n por ver en los quioscos algunas cabeceras de fundamental importancia pol¨ªtica, pero, si el pa¨ªs contin¨²a en esta senda, dentro de poco las verernos, porque Espa?a no est¨¢ en segundo lugar frente a ning¨²n otro pa¨ªs europeo en cuanto a capacidad y posibilidades en el mundo de la prensa. ?
WALTER HAUBRICH
Corresponsal en Espa?a del Frankfurter A figemeine Zeitung
La mayor libertad que ha conseguido la prensa pol¨ªtica espa?ola, tanto la diaria como la semanal, es uno de los hechos que m¨¢s llama la atenci¨®n a cualquier extranjero que vuelve ahora un a?o despu¨¦s de la muerte del dictador, a Espa?a. A primera. vista, apenas se notan diferencias con los peri¨®dicos de los pa¨ªses dem¨®cr¨¢ticos, donde hay una libertad de prensa garantizada por la ley. Lo que no encuentro todav¨ªa en la prensa espa?ola es una discusi¨®n abierta al papel pol¨ªtico y a la funci¨®n del Ej¨¦rcito ni una informaci¨®n detallada sobre algunas actuaciones de la polic¨ªa, sobre todo cuando estas actuaciones tienen un matiz pol¨ªtico. Encuentro interesante que por esa mayor libertad se vea ahora bastante clara la postura pol¨ªtica de los distintos diarios -y es significativo que un matutino madrile?o haya pedido estos d¨ªas al Gobierno mayor rigurosidad en la censura de libros- mientras que antes, cuando el Gobierno marcaba la frontera de lo que se pod¨ªa decir o no decir, la mayor¨ªa de los peri¨®dicos dec¨ªan lo mismo: precisamente lo poco que se pod¨ªa decir. Sin embargo, hay que reconocer que gran parte de la libertad actual se debe a los esfuerzos y a la lucha de algunos diarios y semanarios que siempre intentaron publicar algo m¨¢s de lo estrictamente tolerado. Como representante de un peri¨®dico extranjero me satisface compro bar que en Espa?a la censura de los diarios extranjeros, en forma de prohibici¨®n de venta, pr¨¢cticamente ya no existe. En tiempos de Franco, Espa?a era el ¨²nico pa¨ªs de Europa occidental que prohib¨ªa- peri¨®dicos, y muchos. Estimo que la prensa seria espa?ola tiene un nivel, tanto en art¨ªculos informativos como en los comentarios, no inferior a los peri¨®dicos semejantes en los pa¨ªses de Alemania, Francia, Suiza. Noto sin embargo, muchas veces una falta de rigor de redac ci¨®n, incluso en los mejores,dia rios espa?oles; desde continuas faltas en la ortografla de nombres extranjeros, hasta una selecci¨®n a veces muy casual del material in formativo. Ahora se lee y se consulta bastante en el extranjero determinados diarios y semanarios espa?oles, mientras que antes no se tomaba en cuenta a la prensa espa?ola. La prensa escrita, al contrario de la radio y la televisi¨®n, ha j ugado y sigue jugando un papel muy importante en la lucha por la democracia. El hecho de que el p¨²blico lector ha aumentado mucho es se?al no s¨®lo del gran inter¨¦s pol¨ªtico del pueblo espa?ol sino tambi¨¦n del vac¨ªo que exist¨ªa con la prensa controlada durante la dictadura.Cierta prensa va por_delante del proceso pol¨ªticoLos medios de difusi¨®n belgas, radio, prensa y telev¨ªsi¨®n, han, dedicado siempre particular atenci¨®n a los temas pol¨ªticos espa?oles. Inter¨¦s que aument¨® con la desaparici¨®n de Franco y las perspectivas abiertas hacia una normalizaci¨®n de la vida pol¨ªtica espanola, hacia la democracia, informa nuestro corresponsal en Bruselas, Ram¨®n Vilar¨®. Los grandes peri¨®dicos belgas, Le So¨ªr, Liberal, La libre Belgique, socia Icris ti ano, De Standaard, socialcristiano flamenco, cuentan con corresponsales permanentes en Madrid, que les informan peri¨®dicamente de los grandes acontecimientos. Otros peri¨®dicos, al igual que la RTB/BRT (radiotelev¨ªsi¨®n belga, franc¨®fona y flamenca), destacan enviados especiales a la pen¨ªnsula Ib¨¦rica, en funci¨®n de los hechos. Los editorialistas y corresponsales citan con frecuencia a ¨®rganos de prensa espa?ola. Por su conservadurismo o por su liberalismo. La revista Cambio 16 y el diario EL PAIS figuran entre los m¨¢s citados en el pelot¨®n de ¨®rganos liberales.En general se opina aqu¨ª que cierta prensa espa?ola va por delante del proceso pol¨ªtico. A los corresponsales espa?oles en medios comunitarios, se nos pregunta con frecuencia, al t¨¦rmino de conferencias de prensa con l¨ªderes de oposici¨®n, si podemos publicar tales declaraciones en nuestros peri¨®dicos.En el cap¨ªtulo de litigios hay que destacar las ?presiones? de medios de la embajada de Espa?a cuando hay temas ?conflictivos?. Presiones que, naturalmente, siempre han sido desmentidas por la propia embajada. La ¨²ltima pol¨¦micaen cuesti¨®n,tiene su or¨ªgen en la manifestaci¨®n franquista del 20 de noviembre en la madrile?a plaza de Oriente. La RTB acus¨® a RTVEI de haber enviado im¨¢genes de manifestaciones anteriores, m¨¢s numerosas y entusiastas. Se dice aunque nadie lo confirma -ni lo' confirmar¨¢.- que hubo gestiones ?diplom¨¢ticas? para que la RTB pasara un desmentido de RTVE negando tal manipulaci¨®n. La RTB lo hizo durante su telediario del martes, leyendo el comunicado de kTVE. Sin m¨¢s, el telespectador se qued¨®.a mitad del camino, entre lo que pudiera ser cierto o falso. .. Tal es, a grandes rasgos, el clima de informaci¨®n sobre Espa?a que se reproduce en los medios de difusi¨®n belgas, cada vez m¨¢ssensibilizados por la problem¨¢tica de la pen¨ªnsu la Ib¨¦rica.Demasiado en -serio. lo de ?Gobierno alternativo??Una de las colas m¨¢s importantes que han ocurrido en Espa?a durante el primer a?o posfranquista ha sido la cantidad de letra impresa que se ha producido. En cuando la -, Cortes deire su propio futuif¨®, toido corr¨ªa en busca del ¨²ltimo peri¨®dico, para saber qu¨¦ estaba pasando.?Para los brit¨¢nicos, como Richard Brooks, del servicio mun-. dial de la BBC, a uno de cuyos programas sobre Espa?a corresponde la frase, recogida por el corresponsal de EL PAIS en Londres, Juan Cruz, no ha sido s¨®lo importante que la letra impresa haya aumentado en gran proporci¨®n y que la avidez de leer de los espa?oles se haya inte?sificado. ?Lo que importa, nos dijo Anthony Hugues, un especialista en asuntos hisp¨¢nicos, es que la gente sale a la calle a comprar prensa escrita y producida en Espa?a por espa?oles. E-1 cambio ha sido sensacional. Por fin uno puede hallar en los kioskos de todas las ciudades pe ri¨®dicos de circulaci¨®n nacional, que uno puede leer el mismo d¨ªa que se imprimen. Creo que, por primera vez en cuarenta a?os, los - les pueden decir que se espano encuentran entre los ciudadanos mejor informados del mundo, y esta vez sobre su propio pa¨ªs. Lo que yo noto como defecto es que la prensa se ha toma ' do demasia do en serio su papel de Gobierno alternativo, su rol de quinto Esta do. Quiz¨¢ cuando se llegue a una mayor madurez se supere esa tendencia y se pase a-una pol¨ªtica informativa menos comprometi da con una u otra esfera ideol¨®gi ca.? De cara a la prensa inglesa, el cambio que se ha producido en Espa?a en este ¨²ltimo,a?o se refleia en las cr¨®nicas diarias de los corresponsales en Madrid. Donde antes los periodistas brit¨¢nicos se refer¨ªan a ?fuentes independientes? o ?bien informadas?, ahora aparecen frecuentemente los, nombres de los diarios o revistas de los que tales corresponsales obtienen esa informaci¨®n, cuando no la consiguen por s¨ª mismos. En las calles de Londres, finalmente, el espectro de la prensa espa?ola es cada d¨ªa m¨¢s evi.dente. En los kioskos del centro de la ciudad se venden casi todos los diarios y revistas de Madrid y al menos dos peri¨®dicos de Barcelona.
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