La pol¨ªtica exterior norteamericana evitar¨¢ los personalismos
El nombramiento de Cyrus Vance como secretario de Estado supone el primer indicio concreto de cu¨¢l va a ser el rumbo de la pol¨ªtica exterior norteamericana a partir del 20 de enero: Jimmy Carter, en el puente de mando y al tim¨®n un viejo lobo de mar curtido en las tempestades internacionales de la d¨¦cada de los sesenta.
Con ser esto un cambio radical en el estilo personalista impuesto por Henry Kissinger durante los ¨²ltimos ocho a?os, no se espera sin embargo, que, la pol¨ªtica exterior de Washington var¨ªe sustancialmente. Es m¨¢s, la elecci¨®n de Vance para dirigir el Departamento de Estado parece dar seguridades de que la continuidad est¨¢ garantizada.Funcionario del Pent¨¢gono en los a?os m¨¢s turbulentos de la guerra de Vietnam y negociador incansable en los conflictos m¨¢s espinosos surgidos durante la presencia de Lyndon Johnson, Vance es ante todo un hombre realista dispuesto al compromiso, con un sentido de lealtad y disciplina poco com¨²n.
Pero tambi¨¦n es un t¨¦cnico y un partidario del trabajo organizado en equipo, caracter¨ªsticas que ya puso de manifiesto en sus primeras declaraciones como un anticipo del fin de la era monopolizadora de Kissinger.Creo que el secretario de Estado, junto con el presidente, deben fijar los principios y la pol¨ªtica que se va a seguir, pero tambi¨¦n pienso que deben delegar la responsabilidad a negociadores competentes y capaces para que puedan desempe?ar su papel al m¨¢ximo, dijo momentos despu¨¦s de anunciarse su nombramiento.
Vance eludi¨® concretar aspectos de su pol¨ªtica, porque dijo que ser¨ªa inapropiado cuando a¨²n no ha tomado un contacto directo y profundo con el estado actual de las relaciones internacionales norteamericanas. Pero, en l¨ªnea con las afirmaciones de Carter, dej¨® ver que las negociaciones Salt con la Uni¨®n Sovi¨¦tica y el conflicto de Oriente Pr¨®ximo ser¨¢n problemas que merecer¨¢n su atenci¨®n inmediata cuando asuma el cargo.
Es su experiencia negociadora la que ha hecho pensar a los medios diplom¨¢ticos que la pol¨ªtica exterior de Washington se mover¨¢ hacia un entendimiento con la URSS y hacia una colaboraci¨®n m¨¢s estrecha con otros pa¨ªses para aliviar las tensiones existentes en algunas zonas del globo.
Vance ciment¨® su reputaci¨®n cuando en la d¨¦cada de los sesenta desempe?¨® dif¨ªciles misiones diplom¨¢ticas en Chipre y Corea, en las negociaciones con Vietnam del Norte en Par¨ªs y en otros viajes a Mosc¨² para negociar el control de armamentos y evitar roces entre el Este y el Oeste.
Cuando durante la presidencia de Lyndon Johnson Estados Unidos comenz¨® la escalada de la guerra de Vietnam, Vance era e n¨²mero dos del Pent¨¢gono pero en ning¨²n momento mantuvo una postura de halc¨®n y su prestigio qued¨® intacto. Es m¨¢s, ya en 1961 entonces subsecretario de Defensa se opuso al env¨ªo de otro: 200.000 norteamericanos al frente de batalla y pidi¨® una reducci¨®n de los bombarderos sobre Vietnan del Norte.
Hoy, a sus 59 a?os, Vance es un hombre que cree profundamente al menos por razones pr¨¢cticas, en la doctrina Carter de dirigir la pol¨ªtica exterior con estrictos criterios de moralidad. Cr¨ªtico de las masivas ventas de armas norteamericanas al exterior, Vance dijo en sus primeras declaraciones que eI problema de los derechos humanos ser¨¢ un factor a considerar en nuestras relaciones con otros pa¨ªses
El nombramiento de Vance, a quien Carter defini¨® en su presentaci¨®n como un negociador y consejero soberbio, y como un hombre competente y equilibrado, fue recibido con elogios tanto por la clase pol¨ªtica como por la opini¨®n p¨²blica norteamericana.
Kissinger dijo que Vance est¨¢ excepcionalmente cualificado para sus nuevas responsabilidades, y se ofreci¨® a colaborar con ¨¦l para hacer m¨¢s f¨¢cil el relevo. Kissinger y Vance tienen previsto reunirse por primera vez el lunes.
Las primeras reacciones llegadas del exterior son tambi¨¦n favorables. Tanto en Europa occidental como en Mosc¨² Vance fue recibido como la indicaci¨®n m¨¢s clara de que la pol¨ªtica exterior de Washington hacia sus aliados europeos y la detente con la Uni¨®n Sovi¨¦tica, continuar¨¢.
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