La ficci¨®n en el cine pol¨ªtico
Con La expropiaci¨®n, del chileno Ra¨²l Ruiz; Los traidores, del argentino Grupo de la Base, y Cr¨®nica de un subversivo latinoamericano, del venezolano M. Wallerstein, la II Semana de Cine Iberoamericano comienza a mostrar una de las vertientes clave del quehacer cinematogr¨¢fico de aquel continente: lo pol¨ªtico.
Los tres casos ejemplarizan en alguna medida tres enfoques distintos del cine pol¨ªtico. Con La expropiaci¨®n surge el tema de lo excesivamente concreto. Se narra un amplio debate sobre la conveniencia de la reforma agraria durante el gobierno de la Unidad Popular. Es una pel¨ªcula cuya eficacia, en el supuesto de que exista, s¨®lo es comprensible en el contexto chileno. Y ello no porque s¨®lo existan en aquel pa¨ªs los latifundistas, sino porque las pretensiones del realizador (mostrar los pros y los contras de una expropiaci¨®n en un largo di¨¢logo entre el joven ingeniero de la Unidad Popular y el maduro terrateniente) distancia al espectador, que en raras ocasiones se identifica con lo que las im¨¢genes le muestran. Una pel¨ªcula de propaganda did¨¢ctica de cuya vigencia actual dudamos y cuya funcionalidad, en su d¨ªa desconocemos.Los traidores, del an¨®nimo Grupo de la Base argentino, es, siempre a nuestro juicio, uno de los discursos pol¨ªticos m¨¢s sorprendentes y eficaces.
? Nuestra condici¨®n primaria -se?alan los autores- no es la de cineastas, sino la de militantes pol¨ªticos. Como consecuencia de eso, nosotros, dentro de nuestra ¨¢rea de trabajo, nos hemos planteado hacer una pel¨ªcula? y en esa pel¨ªcula, rodada con una t¨¦cnica absolutamente correcta, se muestra la corrupci¨®n de la burocracia sindical de la CGT peronista, hilvanando la historia con el devenir de un obrero -s¨ªmbolo- que desde 1955 (final del peronismo en su primera etapa) a 1971 ¨® 1972 se introduce en la poderosa central, comenzando por el simple puesto de delegado de f¨¢brica para alcanzar la jefatura m¨¢xima del sindicato metal¨²rgico. El l¨ªder morir¨¢ ametrallado por los j¨®venes del Ej¨¦rcito del Pueblo.
Todo ello se muestra en el transcurso de las dos horas que dura el filme, solamente en rara ocasiones utiliza material de archivo.
El Grupo de la Base lo explica matizando que para conseguir una cierta capacidad de s¨ªntesis les resultaba mucho m¨¢s v¨¢lida la ficci¨®n que las im¨¢genes documentales. Los sucesos del 69, el cordobazo y el rosariazo, fueron hitos importantes -desde la perspectiva de los militantes del Ej¨¦rcito del Pueblo- para desenmascarar definitivamente a los corruptos l¨ªderes sindicales.
Los traidores, al margen de la coincidencia o no con sus conclusiones, es uno de los ataques m¨¢s cr¨ªticos y rigurosos a ese complejo fen¨®meno pol¨ªtico que fue el peronismo. Un an¨¢lisis en que el materialismo dial¨¦ctico es la ¨²nica metodolog¨ªa.
Cr¨®nica de un subversivo latinoamericano ocupa en esta ocasi¨®n el lugar m¨¢s antiguo de las tres tendencias se?aladas. Si en el primer caso se puede hablar del l¨ªder propagand¨ªstico de escaso eco fuera de sus fronteras y en el segundo, de una eficaz revisi¨®n cr¨ªtica de la demagogia (con car¨¢cter mucho m¨¢s universal), la pel¨ªcula de Wallerstein utiliza a un grupo de revolucionarios ficticios como protagonistas de una historia de aventuras.
En ocasiones -y pensamos que es lo m¨¢s acertado de la pel¨ªcula se consigue el clima similar a cualquier filme de acci¨®n en el que lo diferencial es el contenido (aqu¨ª los buenos son los anti-imperialistas). pero sin llegar a trascender en ning¨²n momento la simple an¨¦cdota narrativa. Propaganda did¨¢ctica, cr¨ªtica rigurosa y aventuras son, de momento, tres modos distintos de concebir el cine pol¨ªtico.
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