Batalla campal en Mil¨¢n entre polic¨ªas y "j¨®venes proletarios"
Doscientas cincuenta personas detenidas, de las cuales cuarenta fueron ya procesadas y encarceladas, m¨¢s de veinte heridos contusos, decenas de autobuses y autom¨®viles da?ados o incendiados, ingentes da?os materiales, son el balance de las seis horas de terror que grupos de extrema izquierda impusieron en Mil¨¢n la noche del martes.
La ciudad se despert¨® ayer como un campo de batalla desolado en sus calles c¨¦ntricas, llenas de los restos de la lucha de 1.500 j¨®venes de los ?C¨ªrculos Proletarios?, que se hab¨ªan propuesto boicotear la inauguraci¨®n de la temporada l¨ªrica del teatro de la Scala, contra cerca de 5.000 agentes de polic¨ªa y carabineros, son evidentes.Junto a autobuses volcados o autom¨®viles incendiados o abollados, la polic¨ªa municipal ha contabilizado unos treinta sem¨¢foros destru¨ªdos. En la ma?ana de ayer se estaba tratando de efectuar el inventario de los establecimientos comerciales que fueron asaltados Y saqueados por los manifestantes que sumar¨ªan casi un centenar.
En las calles se ve¨ªan los restos de las explosiones de los c¨®cteles molotov, que, a centenares, lanzaron los grupos extremistas, y de las granadas lacrim¨®genas utilizadas por las fuerzas del orden, junto a se?ales de tr¨¢fico, piedra y toda clase de objetos utilizados en la lucha, que se prolong¨® practicamete durante seis horas.
Se trata de los m¨¢s graves incidentes ocurridos en Mil¨¢n en los ¨²ltimos diec¨ªocho meses. La violencia, aplicada seg¨²n un estudiado sistema de guerrillas urbana, paraliz¨® toda la ciudad.
Corrieredella Sera, el gran diario lombardo, tradicional Portavoz de la burgues¨ªa empresarial, hablaba ayer de un aventurerismo urbano est¨¦ril. que sin motivo alguno se apodera de la ciudad, como en el pasado la jacquerie de los campesinos asaltaba el castillo. Durante la lucha, los j¨®venes gritaban: La crisis, que la pague la burgues¨ªa, que tiene dinero que tirar. Protestaban tambi¨¦n contra la sociedad que a trav¨¦s del sacrificio de tantos permite el derroche de pocos.
No falta quien a nivel nacional da la voz de alarma. Indro Montanelli, un l¨²cido periodista conservador, no est¨¢ convencido de que esta protesta sea de marca comunista, aunque las relaciones del Partido Comunista con los extraparlamentarlos sean m¨¢s bien ambiguas.
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