El oro espa?ol en la guerra civil
La historia del m¨ªtico oro espa?ol se encuentra de hecho en las anotaciones contables de cuatro grandes bancos. Por dar un orden-temporal, el Banco de Espa?a, el de Francia, el Banco de Estado de la Uni¨®n Sovi¨¦tica y la ?Banque Comerciale pour l'Europe du Nord? cuya sede est¨¢ en Par¨ªs pero opera bajo control sovi¨¦tico. Supone un indudable acierto y valor para el Banco de Espa?a el haber abierto en primer lugar sus archivos a la investigaci¨®n de este conflictivo tema. Sin embargo, la historia est¨¢ incompleta a falta de la investigaci¨®n de las contrapartidas en los ficheros de los otros bancos. ?Ser¨¢n capaces de seguir este claro ejemplo de nuetro banco emisor? Hay razones fundadas para dudarlo. Angel Vi?as nos describe en su minuciosos relato la movilizaci¨®n de las reservas met¨¢licas -oro principalmen te- que hac¨ªan de Espa?a al estallar la guerra civil el cuarto pa¨ªs mundial en cuanto a valor de sus reservas.En el balance semanal cerrado por el Banco de Espa?a con fecha 18 de julio de 19361- las disponibilidades met¨¢licas -oro y plata- y saldos en el extranjero eran de. 3.157 millones de pesetas con un contra valor en d¨®lares de la ¨¦poca de 715 millones, y un peso estimado por Angel Vi?as en un m¨¢ximo de 703 toneladas de aleaci¨®n y algo m¨¢s de 630 toneladas de contenido en oro fino. Es preciso observar que ambos metales, oro y plata, pertenec¨ªan en casi su totalidad al banco (sociedad por acciones, y parcialmente, por tanto, de propiedad privada); el tesoro y los particulares ten¨ªan solamente 4,3 millones de pesetas en oro depositadas en el banco. Detalle curioso es que la casi totalidad del oro se compon¨ªa de monedas de las que el 20 % eran espa?olas (de veinticinco y veinte pesetas principalmente), y su mayor cuant¨ªa, 79 %, eran monedas extranjeras (d¨®lares, libras y francos de oro).Las barras o lingotes supon¨ªan poco m¨¢s del I %.Deposito en FranciaApenas transcurrida una semana desde la iniciaci¨®n de la guerra, el 25 de julio, sal¨ªa ya la primera partida de oro con destino a Franc¨ªa por un importe de 144.000 libras o 3,6 millones de pesetas oro. Los abonos hechos por el Banco de Francia se efectuar¨¢n a la cuenta de cr¨¦dito que el Banco de Espa?a manten¨ªa abierta desde 19i 1, fecha de consffluci¨®n del famoso dep¨®sito de Mont Marsan que, alestar agotada su contrapartida en divisas antes de estallar la guerra, no tuvo ning¨²n efecto de financiaci¨®n. En los meses siguientes, hasta marzo de 1937, salieron a Francia, inicialmente por v¨ªa a¨¦rea y despu¨¦s mar¨ªtima, 193 toneladas de oro amonedado cuyo contenido debla ser 174 toneladas de oro f ino, aproximadamente el 25 % de la total reserva met¨¢lica. Desde agosto de 1936, en que se empieza a disponer de las contrapartidas abonadas por el Banco de Francia, hasta marzo de 1937, se dispuso de casi la totalidad de los fondos abonados como contravalor por el oro enviado, unos 175 millones de d¨®lares de la ¨¦poca; siendo los preceptores de los fondos de contrapartida generalmente personas fisicas. El Gobierno de Burgos, que conoce desde el primer momento las operaciones, plantea su ilegalidad de manera que el 19 de noviembre de 1936, el cr¨¦dito navarro como accionista del Banco de Espa?a presenta una denuncia ante el juez decano de Par¨ªs por un delito de enajenaci¨®n del oro propiedad del Banco de Espa?a.Env¨ªos a la URSSEl grueso de la operaci¨®n de la movilizaci¨®n del oro tuvo lugar bajo los gobiernos de ' Largo Caballero y se realiz¨® con gran rapidez, entre el 15 y 21 de septiembre se enviaron a Cartagena 10.000 cajas que vaciaban de oro los s¨®tanos del Banco de Espa?a. De este total 7.800 se enviaron a la Uni¨®n Sovi¨¦tica, las cajas restantes se remitieron parte a Marsella (quinientas) y el resto a Valenciadonde resid¨ªa entonces el Gobierno de la Rep¨²blica.
A principios de noviembre pr¨¢cticamente la totalidad de las reservas met¨¢licas estaba fuera de Espa?a.
Mientras que las operaciones con Francia revistieron la forma de valoraci¨®n del oro fino y abono a la cotizaci¨®n corriente en la cuenta de cr¨¦dito que el Banco de Espa?a manten¨ªa en el Banco franc¨¦s, el procedimiento segu¨ªdo con la Uni¨®n Sovi¨¦tica fue muy distinto. El Banco de Estado de la URSS, recibi¨® el oro que en calidad de dep¨®sito se hab¨ªa efectuado en el Ministerio de Hacienda sovi¨¦ticoy a medida que llegaban ¨®rdenes de venta del Gobierno Republicano se fund¨ªa y refinaba, abon¨¢ndose .la contrapartida a la cotizaci¨®n corriente en el mercado de Londres.
Las diecinueve ¨®rdenes de venta sobre gran parte de las 5 10, 1 toneladas de, ofer aleado equivalentes a 459,8 de oro puro, permitieron de hecho disponer de 575 millones ded¨®lares en los primeros diecis¨¦is meses de guerra.
De estos 575 millones de d¨®lares de la ¨¦poca.,131,5 se abonaron directamente como pago por suministros previos de armamento de la URSS y el importe restante, en divisas diversas, se puso a disposici¨®n del Ministerio de Hacienda y Econom¨ªa en la cuenta que hab¨ªa abierto en la ?Banque Comerciale pour l'Europe du Nord?.Liquidaci¨®n reservas
de plataUna tercera y ¨²ltima operaci¨®n financiera fue la liquidaci¨®n de las reservas de plata, de las que se apoder¨® el tesoro- republicano a trav¨¦s de una normativa jur¨ªdica secreta dictada al efecto y que simult¨¢neamente aspiraba convalidar las disposiciones ya realizadas sobre el oro. Como es sabido la venta de la plata se hizo al tesoro americano y su cuant¨ªa la cifra Angel Vi?as en 1225 toneladas.,cuya contrapartida ascendi¨® a diecis¨¦is millones de d¨®lares de la ¨¦poca. Alguna cantidad de plata se vendi¨® a particulares en Francia.El libro de Angel Vi?as, publicado por el Instituto de Estudios Fiscales,representa una contribuci¨®n fundamental al conocimiento de la financiaci¨®n de la guerra civil espa?ola a trav¨¦s de la monetaci¨®n por la Rep¨²blica de las reservas met¨¢licas. No agota el tema, porque independientemente de la enorme carga emotiva que dentro y fuera de Espa?a supuso, el contencioso del oro se centra en dos aspectos claramente diferenciados:-Legalidad de la enajenaci¨®n.-La rendici¨®n de cuentas de los protagonistas de la operaci¨®n.
En cuanto al pimer punto, Angel Vi?as no se pronuncia,si bien aporta datos y documentos que pueden ser muy ¨²tiles a efectos de esclarecimiento jur¨ªdico e hist¨®rico. En relaci¨®n al, segundo aspecto, su trabajo realizado en los archivos del Banco de Espa?a puede y debe llevar a un positivo y eficaz planteamiento del tema entre todos aquellos que intervinieron en el manejo de las reservas met¨¢licas espa?olas.
No se entiende que libro tan plenamente documentado sobre un tema emotivo como el del oro espa?ol en la guerra civil y cuya publicaci¨®n honra al Ministerio de Hacienda, no se encuentre disponible en las librer¨ªas para su divulgaci¨®n entre los numerosos conocedores e interesados por ntrestra guetr¨¢ civil, dentro y fuera de Espa?a.
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