Del antagonismo Este-Oeste a la contradicci¨®n Norte-Sur
Abraham Guill¨¦n permaneci¨® m¨¢s de treinta a?os en Am¨¦rica Latina (Uruguay, Per¨² y Argentina). Ha ejercido como periodista y comentarista de pol¨ªtica internacional y durante algunos meses fue asesor de la UNESCO en el Per¨² sobre temas de cooperativismo y autogesti¨®n Guill¨¦n es autor de m¨¢s de veinte libros sobre temas estrat¨¦gicos y econ¨®micos. En la actualidad vive en Espa?a.
Despu¨¦s del triunfo de la Revoluci¨®n Rusa, el mundo pol¨ªtico internacional era pensado como dividido en dos bloques irreconciliables: el Este (comunista) y el Oeste (capitalista). Sin embargo, esa dial¨¦ctica de antinomias fue propia del stalinismo y el nazi-fascismo, aunque la realidad desminti¨® las ideolog¨ªas en pugna mediante el pacto de no agresi¨®n entre Hitler y Stalin, seguido del reparto de Polonia, en 1939.
Posteriormente, cuando Alemania atac¨® a Rusia el 22 de junio de 1941, renaci¨® el antagonismo entre el Este y el Oeste, pero limitado entre nazi-fascistas y comunistas, pues Gran Breta?a y Estados Unidos firmaron con la URSS un pacto de ayuda mutua dirigido contra las potencias del eje Roma-Berl¨ªn, si bien inclu¨ªa tambi¨¦n a Tokio, como se demostr¨® al final de la segunda guerra mundial al ocupar los sovi¨¦ticos la Manchuria.
En la dial¨¦ctica de la historia, durante los per¨ªodos de transici¨®n, como dec¨ªa Hegel, lo m¨¢s parad¨®jico es, sin embargo, lo m¨¢s verdadero. En este sentido, Churchill y Roosevelt opta ron por la alianza con Stalin (comunista) y no con Hitler y Mussolini (fascistas), por la sencilla raz¨®n de que, en su estrategia, sab¨ªan distinguir entre peligro inmediato (Alemania e Italia), que pod¨ªan repartirse el Imperio brit¨¢nico y con ello dominar el mundo, y peligro p¨®smediato (Stalin), que en 1939-41 no pod¨ªa salir del gran espacio ruso, siendo as¨ª la URSS m¨¢s una potencia hacia adentro que hacia afuera, pues la Siberia, con sus 16 millones de kil¨®metros cuadrados, es tan subdesarrollada como la Amazonia.
La Conferencia de Yalta, en febrero de 1945, entre Churchill, Roosevelt y Stalin, demostr¨® que las contradicciones Este-Oeste no eran tan antag¨®nicas como se las supon¨ªa en 1939, pues Yalta constituy¨® una especie de Tratado de Tordesillas para el reparto del mundo situaci¨®n que todav¨ªa contin¨²a en 1976 y... seguir¨¢ durante alg¨²n tiempo, pero no indefinidamente. Este reparto del mundo se ha cumplido a lo largo de los tensos a?os de posguerra. Pues ni la URSS fue muy agresiva contra los EE.UU, cuando desembarcaron los ?marines? en Santo Domingo en 1965 o cuando bombardearon el Vietnam del Norte, ni los estados Unidos actuaron contra la URSS cuando ¨¦sta intervino, ?manu militari?, en Hungr¨ªa (1956) y en Checoslovaquia (1968). Todo ello indicar¨ªa que la contradicci¨®n Este-Oeste no es tan violenta como se la imaginan los ide¨®logos exasperados, que suelen tomar los deseos por realidades en cuanto al an¨¢lisis pol¨ªtico, econ¨®mico y estrat¨¦gico de la pol¨ªtica internacional.
Desde hace unos a?os, la URSS y los USA han llegado a entenderse en el monopolio de las armas nucleares, en ciertos aspectos de la astron¨¢utica, pol¨ªticas culturales y hasta en las compras masivas de trigo norteamericano por parte de los sovi¨¦ticos y en una cierta tolerancia de la Casa Blanca con Fidel Castro, a pesar de que ¨¦ste haya enviado tropas para liberar Angola de las fuerzas pro-occidentales o prochinas.
En cambio, las contradicciones entre los pa¨ªses afro-asi¨¢ticos y latinoamericanos, de las cinturas tropicales y subtropicales del mundo, donde vive el 60% de la poblaci¨®n mundial, m¨¢s bien hacia el hemisferio Sur de la Tierra, manifiestan una, permanente lucha contra el imperialismo econ¨®mico de las grandes potencias industriales, situadas en el hemisferio Norte. As¨ª, pues, actualmente la contradicci¨®n pasiva Este-Oeste ha palidecido frente a la contradicci¨®n activa Norte-Sur.
En este orden de ideas, los comunistas chinos definen as¨ª el mundo de nuestra ¨¦poca: Primer mundo: comprende a la URSS y a los USA como grandes potencias imperialistas y social-imperialistas; segundo mundo: Europa occidental y oriental dependientes de la URSS y de los USA-, Tercer Mundo: China y los pa¨ªses afroasi¨¢ticos y latinoamericanos, que luchan por conseguir una aut¨¦ntica independencia econ¨®mica frente a los imperialistas.
Esta definici¨®n del mundo, seg¨²n los chinos, est¨¢ enmarcada en la posibilidad de realizar una alianza entre Europa occidental y China, extensible al Tercer Mundo, para prescindir de la ?tutela imperialista? de las dos superpotencias.
La contradicci¨®n Norte-Sur no es subjetiva, abstracta o imaginaria. Pues si se incluye a China continental dentro del Tercer Mundo, ¨¦ste representar¨ªa alrededor del 70% de la poblaci¨®n mundial, una gran parte de los recursos naturales, la mayor parte del petr¨®leo de exportaci¨®n, los grandes mercados mundiales compradores de productos manufacturados y un peligro para los pa¨ªses imperialistas, si unifican sus pol¨ªticas internacionales para crear un nuevo orden, econ¨®mico mundial. Pero lo grave de todo esto es que el Tercer Mundo tiene el 70% de la poblaci¨®n mundial, pero menos del 10% de la producci¨®n industrial y no m¨¢s del 20%.de la renta bruta del mundo. La riqueza acumulada en el Norte y la pobreza concentrada en el Sur revisten as¨ª una nueva forma de la lucha de clases.
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