Los aranceles y el crecimiento
Para funcionar, la econom¨ªa de mercado requiere de reglas del juego negociadas entre los Estados
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Los tambores de guerra arancelaria suenan con fuerza y toda la atenci¨®n se centra en los sectores exportadores m¨¢s vulnerables ante las proclamas proteccionistas. Lo m¨¢s relevante, sin embargo, podr¨ªa situarse en el plano macroecon¨®mico general y no en los flujos comerciales en s¨ª.
Como han se?alado muchos analistas, el grado de exposici¨®n de Espa?a a las vicisitudes mercantilistas de Trump es relativamente reducido. Las exportaciones hacia el gigante americano representan menos del 5% del total, la mitad que Alemania. Sectores como las semi-manufacturas, las artes gr¨¢ficas y la cer¨¢mica, donde la participaci¨®n del mercado trasatl¨¢ntico supera el doble d¨ªgito, funcionan como suministro o complemento para la econom¨ªa de EE UU, lo que hace que la imposici¨®n de aranceles sobre ellos carezca de sentido. Otros sectores, especialmente la agroindustria y los productos farmac¨¦uticos, se ver¨¢n m¨¢s afectados ya que compiten directamente con empresas de ese pa¨ªs, justificando medidas de acompa?amiento.
En todo caso, seg¨²n el Observatorio de M¨¢rgenes, estos sectores disponen de un cierto colch¨®n para suavizar cualquier choque comercial, particularmente en la industria de la alimentaci¨®n, cuya rentabilidad alcanza cifras r¨¦cord. As¨ª pues, el endurecimiento arancelario solo se trasladar¨ªa parcialmente al precio de venta final en el mercado norteamericano, gracias a la compresi¨®n del margen de beneficios. Por el lado de las importaciones, destacan las de armamento, las aeronaves y la energ¨ªa, sectores prioritarios de la nueva pol¨ªtica econ¨®mica de Trump y, por ende, poco expuestos a eventuales restricciones.
El principal riesgo proviene de frentes distintos al comercial. En primer lugar, habr¨¢ que vigilar el impacto en la inversi¨®n, la variable m¨¢s sensible a las incertidumbres geopol¨ªticas ¡ªtambi¨¦n la m¨¢s rezagada del ciclo expansivo espa?ol¡ª. Las empresas norteamericanas lideran la inversi¨®n directa en nuestro pa¨ªs, con cerca del 20% del total, y es probable que aplacen nuevas operaciones en un entorno tan incierto, marcado por la insistencia en repatriar sus actividades. En este sentido, el sector automotriz es crucial: si bien nuestras exportaciones de autom¨®viles a EE UU apenas aportan el 0,7% del total, la inversi¨®n extranjera, incluida la que recibimos de EE UU, constituye la columna vertebral que sostiene el conjunto del sector.
Se prev¨¦ igualmente una actitud cautelosa por parte de las empresas espa?olas que invierten en EE UU. Algunas est¨¢n considerando cancelar importantes proyectos, no solo en el sector de energ¨ªas renovables, ante la incertidumbre regulatoria y la hostilidad mostrada por Trump hacia las autoridades de competencia.
A medio plazo, el bloque comercial que ofrezca m¨¢s seguridad jur¨ªdica y reglas de competencia estables puede salir ganando. Y en esta batalla Europa dispone de una oportunidad, enmendando errores pasados y profundizando en el mercado ¨²nico. El anuncio por parte de la Comisi¨®n de un paquete de medidas destinadas a mejorar el funcionamiento del mercado de la energ¨ªa es una buena noticia al respecto.
Finalmente, mucho depender¨¢ de la reacci¨®n de Alemania. La aplicaci¨®n de aranceles amenaza con agravar el clima de recesi¨®n que se ha instalado en su industria, desatando recortes de plantilla que podr¨ªan repercutir en las empresas alemanas presentes en nuestro pa¨ªs. Cuando se conforme, el nuevo Ejecutivo dispondr¨¢ de un importante margen de acci¨®n fiscal: bien utilizado, ya sea reformando el l¨ªmite constitucional al endeudamiento o sorte¨¢ndolo con medidas extrapresupuestarias, la inversi¨®n p¨²blica puede generar un potente contrapeso coyuntural. Tambi¨¦n podr¨¢ ayudar a escribir junto con sus socios una nueva hoja de ruta para la integraci¨®n econ¨®mica europea.
En lo inmediato, la ola proteccionista representa un riesgo para el crecimiento, especialmente en el ¨¢mbito de la inversi¨®n. La clave est¨¢ en revitalizar los motores internos de la econom¨ªa europea y brindar seguridad respecto a las reglas que deben regir la econom¨ªa de mercado. Recordando que, m¨¢s pronto que tarde, el proteccionismo terminar¨¢ por convertirse en un obst¨¢culo para la econom¨ªa estadounidense.
Comercio
Según el Bureau of Economic Analysis, la balanza de los intercambios de bienes y servicios entre EE UU y España arrojó en 2023 un saldo de 600 millones de dólares a favor de la economía americana (o cerca de 550 millones de euros). Este resultado procede del superávit de los intercambios de bienes y de servicios no turísticos, que asciende a 3.100 millones de dólares a favor de EE UU. Este excedente compensa el déficit en la balanza en concepto de turismo (2.500 millones de dólares a favor de nuestro país).
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