La abstenci¨®n, consecuencia de nuestra permanente actitud democr¨¢tica

Cuando el Gobierno Su¨¢rez present¨® al pa¨ªs su proyecto de reforma pol¨ªtica hace ya tres meses. manifestamos que el mismo significaba la liquidaci¨®n del franquismo tal como fue concebido y actu¨® durante cerca de cuarenta a?os. pero que no connotaba la alternativa democr¨¢tica que los socialistas ven¨ªamos afirmando por la palabra y por la acci¨®n durante el mismo per¨ªodo de tiempo. Por lo primero, no pod¨ªamos sumarnos al no, que preconizaban los m¨¢s despiadados enemigos de la libertad que ha conocido nuestro conflictivo pa¨ªs. Por lo segundo, tampoco nos hemos a?adido al s¨ª, que desde hace semanas martillea las mentes y las conciencias de los ciudadanos, desde los medios de comunicaci¨®n de masas. Y no se trata de la vestal postura de quienes lamentan que se les haya arrebatado por sinceros catec¨²menos sus tradicionales banderas, y ante ello responde con el gesto de la dignidad ofendida, sino de afirmar que si la democracia es necesidad de nuestra circunstancia espa?ola, la respuesta del poder se encuentra m¨¢s en la l¨ªnea de defender privilegios bajo otras formas, que de atender a las naturales exigencias populares, la primera de las cuales consiste en no poner trabas a la rigurosa aspiraci¨®n de los ciudadanos, por protagonizar su presente y su futuro. configurando con su voto la estructura pol¨ªtica y social del Estado.Entonces dec¨ªamos que para que se diera una credibilidad democr¨¢tica a la hora de realizar la consulta popular de este tipo. habr¨ªa de darse como requisitos insoslayables: primero, una plena libertad de partidos pol¨ªticos que -expresando las varias corrientes ideol¨®gicas del pa¨ªs- pudieran manifestarse a trav¨¦s de los medios de comunicaci¨®n de masas, y preferentemente d¨¦ la televisi¨®n, que es el instrumento m¨¢s eficaz y rico, bien para la certera informaci¨®n bien para la torrencial intoxicaci¨®n.

Segundo, un control eficaz del censo electoral, tercero un control, asimismo, eficaz de los resultados electorales.

Estas condiciones respond¨ªan al procedimiento referendario, o lo que es lo mismo, a la validez de cualquier resultado que pudiera obtenerse. No incid¨ªan. sin embargo sobre el contenido de la propuesta normativa. ante la cual. aun reconociendo el avance que significaba respecto al autoritarismo anterior. no dej¨¢bamos de subrayar extremos claramente negativos como eran. con independencia de la elaboraci¨®n autocr¨¢tica, los siguientes: el mantenimiento del Consejo del Reino y sus facultades marginadoras de la voluntad popular. que pueden llegar hasta el nombramiento de un presidente del Gobierno que no goce de la confianza de las C¨¢maras. La designaci¨®n real de un n¨²mero importante de senadores lo que tiene relevancia cuando de hecho la iniciativa del Congreso se desmorona al intervenir discrepancias con el senado. a trav¨¦s de la mediaci¨®n de la comisi¨®n mixta. El hecho de que todas las provincias, independientemente de su n¨²mero de habitantes. tengan el mismo n¨²mero de representantes en la C¨¢mara alta. La formulaci¨®n en la ley de Reforma, de criterios correctores del sistema proporcional lo que permite prever la desigualdad de los ciudadanos y el privilegio de quienes se emplazan en las ¨¢reas m¨¢s sometidas al caciquismo frente a los que habitan en las zonas m¨¢s densas -tradicionalmente de ra¨ªz y operatividad obrera- Por ¨²ltimo. relacionando la normativa de re forma con la ley de Asociaci¨®n Pol¨ªtica y con el uso que de la misma se va haciendo se ha de considerar negativamente el riesgo de que sectores de ciudadanos no encuentren en las pr¨®ximas elecciones grupos pol¨ªticos en que puedan depositar su confianza como juzguen m¨¢s id¨®neo.

Todo ello nos llev¨® a opinar sobre el proyecto en forma contraria, por entender que su desarrollo conduce a alentar la construcci¨®n de mayor¨ªas conservadoras. lo que si desde una perspectiva estrictamente democr¨¢tica es v¨¢lida cuando la igualdad de condiciones de participaci¨®n para todos se produce. no lo es. sin embargo cuando las trabas y cortapisas existentes en la ley tienden a conducir a la constituci¨®n de gobiernos reaccionarios. De cualquier forma nos pronunciamos por la abstenci¨®n no s¨®lo por lo dicho. sino porque ni siquiera se han guardado las m¨ªnimas condiciones anteriormente relacionadas para plantear nuestras opciones.

Este Gobierno pretende asumir el tr¨¢nsito a la democracia. Pues bien, el fascista Blas Pi?ar -y ah-, uno de sus cong¨¦neres- se han despachado en la Televisi¨®n propagando sus tesis catastroristas. El socialista Felipe Gonz¨¢lez ha obtenido un trato opuesto, es decir. los hombres del Partido Socialista a quienes nadie con el m¨ªnimo sentido pueden negar la m¨¢s rotunda y responsable afirmaci¨®n democr¨¢tica. no han podido participar ante lo que el. poder pretende sea cauce para la democracia. Lo hab¨ªamos previsto y nos hemos comportado consecuentemente. Confiamos en que los que aspiran a la libertad y a la democracia sin adjetivos procedan con igual talante. .