El Atl¨¦tico sigue dubitativo en su terreno
La semana tr¨¢gica del Atl¨¦tico se salv¨® con la visita del Zaragoza. Se salv¨® con la consecuci¨®n de los puntos, pero no se super¨® M todo el problema de juego que afecta al equipo. El Atl¨¦tico volvi¨® a aparecer ante la escasa parroquia M domingo con una serie de fisura importantes. Casi podr¨ªa afirmarse que hubo unos minutos en los que el Zaragoza, con diez jugadores, por expulsi¨®n de Juanjo, estuvo a punto de lograr el empate. El partido.por ambas partes. malo.El Atl¨¦tico incluso en sus mejores momentos ha sido un conjunto propenso a hacer sufrir a sus seguidores. Recu¨¦rdese, por ejemplo, que lleg¨® a la final de la Copa de Europa con una sola victoria en su campo. La t¨®nica parece que perdura. Es el conjunto de la eterna duda. Esas dudas nacen de la propia caracter¨ªstica de sus jugadores. As¨ª. no se sabe nunca si Salcedo debe ser titular indiscutible o suplente para siempre. aunque se queje publicamente, si Leal es jugador en quien fiar de un modo constante y si Marcelino es jugador para primera divisi¨®n. Marcelino, que seguramente podr¨ªa emparejarse, con Mariano Haro, sin desmerecer, fall¨® el domingo un gol de los que descalifican a cualquiera. Su persecuci¨®n de Arr¨²a fue buena.
El Atl¨¦tico tuvo que recurrir a un saque de esquina para que Ayala metiera la melena con fortuna y a un penalty para que el propio Ayala afirmara el marcador. Esta vez Pereira jug¨® a lo seguro, es decir, a cubrir su parcela defensiva y Cap¨®n se olvid¨® de las carreras por la banda. El contraataque roji
Gan¨® el Zaragoza, pero no realiz¨® un buen encuentro
blanco, que ha sido el arma fundamental desde los tiempos en los que Luis impon¨ªa su personalidad en el centro del campo, no funciona ahora, Leivin ha est¨¢ un tanto apagado y Ayala se empe?a en usar s¨®lo la pierna derecha con lo que desaprovecha algunas ocasiones.No brill¨® el Atl¨¦tico como cabe esperar, pese a que delante tuvo un equipo desmoralizado del que no puede hablarse de cohesi¨®n en ning¨²n momento. Te¨®ricamente. Arr¨²a, Garc¨ªa Castany y Planelles compon¨ªan un centro de? campo temible, pero el paraguayo est¨¢ en plan abstencionista, Garcia Castany falla incluso en el pase y Planelle, tuvo sus mejores intervenciones como defensa en el primer tiempo y como hombre punta, en el segundo. que fue cuando Pereira se la tuvo que jugar una vez, dentro del ¨¢rea, para evitar el gol. Desconcertados los creadores zaragozanos, la defensa pas¨® grandes apuros enjugadas que no aparec¨ªan como temibles y gracias al doctor Gonz¨¢lez, que salv¨® un par de goles seguros, y a que Nieves, salvo en un par de ocasiones, estuvo acertad¨ªsimo, se evit¨® la goleada que pudo haber llegado pese a que el Atl¨¦tico no funcion¨® con finura.
El Zaragoza ¨²nicamente puso en peligro a Reina en cuatro ocasiones. En la primera parte s¨®lo Jordao tir¨® con intenci¨®n una vez al marco, y en la segunda, todo qued¨® reducido a un golpe franco lanzado por Planelles y a un disparo lejano de este mismo jugador que lleg¨® con poca fuerza al marco. El cuarto remate acab¨® en un despeje de Reina. Antes del segundo tanto atl¨¦tico funcion¨® con cierta rabia el Zaragoza.
Hay que suponer que el Atl¨¦tico se serenar¨¢ tras esta victoria en campo propio. De aqu¨ª al pr¨®ximo encuentro hay tiempo suficiente para que Luis afine m¨¢s el conjunto. El lado positivo del domingo quiz¨¢ estuvo en Robi, al que definitivamente habr¨¢ que darle un margen de confianza para que se afirme en el centro del campo. Al Atl¨¦tico, no obstante, le falta un hombre con autoridad en la parcela constructiva. Se echa de menos un catalizador. Rub¨¦n Cano. Aya la y Leivin ha necesitan alguien que sepa ver el hueco para el lanzamiento profundo. Apelotonarse en el centro del terreno nunca ha dado buenos resultados.
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