Estreno del "Misterio de Navidad", Frank Martin
Despu¨¦s de Honegger, Frank Martin ha sido el m¨¢s alto exponente de la m¨²sica suiza. Nacido en 1890. muri¨® hace dos a?os casi justos legando una larga obra, varia, inteligente y sensible muy mal conocida entre nosotros.A parte la Peque?a Sinfon¨ªa Concertante, escuchada en varias ocasiones, s¨®lo recuerdo audiciones ¨²nicas del Concierto para clave de los Estudios para orquesta y la Balada para violoncello, adem¨¢s de piezas instrumentales, como las dedicadas a la guitarra.
Ahora, con absoluta oportunidad, la Orquesta Nacional, dirigida por Paul Sacher, nos trae el Misterio de la Navidad, oratorio representable escrito en 1959. Se trata de una obra de madurez en la que el compositor ha resuelto y olvidado de manera definitiva, sus acercamientos y alejamientos a las t¨¦cnicas seriales. Actitudes m¨¢s aparentes que sustanciales ya que el propio Martin declar¨®: ? Mi forma estar¨¢ basada sobre la sensibilidad ¨²nicamente. El dodecafonismo es para m¨ª, un caso l¨ªmite uno de los polos de mi m¨²sica frente al otro, de escritura dist¨®nica y consonante. Puedo decir que as¨ª, con un mismo movimiento, he sido influido por Sch?nberg y me he opuesto a ¨¦l con toda mi sensibilidad musical?.
Orquesta Nacional y Orfe¨®n Donostiarra
Director: Paul Sacher. "Misterio de la Navidad" de Frank Martin.17, 18 y 19 de diciembre.
El misterio de la Navidad es perfecto resultado de tal postura, si hacemos abstracci¨®n del posible acercamiento a Sch?nberg pues no existe ni siquiera de manera impl¨ªcita. Es m¨¢s: cuando Frank Martin estuvo en Madrid, pude dialogar largamente con ¨¦l y asistir a sus conversaciones con Oscar Espl¨¢. El rechazo, por parte de ambos, de todo schoenbergismo era total. S¨ª opera con sutil eficacia en el Misterio la naturaleza sensible del compositor suizo aceptador de buen grado de formas y modo arcaizantes as¨ª como de soluciones para impresionistas. m¨¢s cercartas a Ravel que a Debussy, sin olvidar una consistencia estructural de orden artesanal y ret¨®rico. La vena dram¨¢tica de Martin tan cargada de fuertes coloraciones acentos tr¨¢gicos en G¨®lgota, circula por v¨ªas de intimismo l¨ªrico en la Navidad, una modo de auto o representaci¨®n sagrada visto desde la sensibilidad del compositor sus condicionantes de ¨¦poca, lugar ascendencia y pensamiento. Que tal intimismo fruto de una aut¨¦ntica po¨¦tica resulte siempre de riqueza comunicativa es otro cantar. Por lo mismo admiramos estimamos la obra bien hecha calculada y realizada desde una soberana ho nestidad art¨ªstica antes que participarnos de ella. Lo que se acusa sobre todo, desde la excepci¨®n por ejemplo desde la segunda parte con la bell¨ªsima intervenci¨®n del bar¨ªtono que encarna al Dios Padre o con la delicada nana de la Virgen. Igualmente emotivas son, en general. las breves intervenciones corales. Pero, en conjunto, la obra de largas dimensiones no acaba de hacerse con el auditorio . El de los viernes lo demostr¨® demasiado a las claras: la jerarqu¨ªa misma del trabajo y del compositor merec¨ªan mayor aplauso.
La versi¨®n dada por Paul Sacher fue excelente desde todos los puntos de vista. Estrenos logrados con tanta naturalidad se nos dan pocos. La ONE trabaj¨® de modo excelente Y el cuadro de solistas s¨®lo elogios merece. Los ya conocidos -como Devos o St?mpfli- como los menos habituales entre nosotros: la soprano Degelin la mezzo Canne Meijer, los tenores Loup y Burfkens, los bar¨ªtonos Loup y Thissen el bajo Br?cheler. El Orfe¨®n Donostiarra que dirige Antonio Ayestar¨¢n, desempe?¨® su parte con total brillantez por seguro afinado y siempre, musical.
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