Portugal: Soares impone su plan econ¨®mico con la abstenci¨®n comunista y derechista
Como estaba previsto, los tres partidos no gubernamentales no han llevado su oposici¨®n a los proyectos econ¨®micos del Gabinete socialista, al extremo de provocar la ca¨ªda del Gobierno. Comunistas y centristas han optado por la abstenci¨®n en relaci¨®n con el presupuesto. El PSD (socialdem¨®crata), que tambi¨¦n se abstuvo en la votaci¨®n del presupuesto, se ha pronunciado abiertamente contra el proyecto econ¨®mico general para 1977.
Es, pues, Con el ¨²nico apoyo de los 101 diputados de su partido, que Mario Soares va a enfrentar la segunda parte del debate en el curso del cual, a trav¨¦s de la discusi¨®n del articulado de los proyectos, cada uno de los partidos intentar¨¢ alterar, en el sentido de sus propias preocupaciones, unas orientaciones que no pudieron o no quisieron rechazar de lleno.
En su intervenci¨®n de cerca de cincuenta minutos de ayer, por la noche, Mario Soares no ha disimulado el dramatismo de su situaci¨®n, frente a una oposici¨®n que no tiene la fuerza o el coraje de ir hasta las extremas consecuencias de sus posiciones, pero que tampoco es capaz de renunciar a sus apetencias de poder para aceptar el juego de la cr¨ªtica constructiva. El ?premier? record¨® que cada uno de los partidos se obstin¨® a acompa?ar sus intervenciones en el debate con propuestas de coalici¨®n: mayor¨ªa de izquierdas, o coalici¨®n de partidos llamados democr¨¢ticos. Esta ¨²ltima definici¨®n provoc¨® ciertas protestas. Mario Soares salv¨® la situaci¨®n al afirmar que todos los partidos presentes en la Asamblea son democr¨¢ticos, ya que han aceptado someterse a la ley del sufragio, afirmaci¨®n que fue largamente aplaudida por parte de la bancada socialista.
En sus explicaciones de voto, tanto el PCP como el CDS han insistido en mantener todas sus cr¨ªticas a los proyectos del Gobierno, pero parecieron considerar que no es ¨¦ste el momento oportuno para obligar a Mario Soares a dimitir. Los comunistas han sido m¨¢s expl¨ªcitos al hablar de la necesidad de mantener un Gobierno de democr¨¢tico.
El PSD parece decidido a explotar la situaci¨®n creada por los dos mayores acontecimientos pol¨ªticos de las ¨²ltimas semanas. Las elecciones municipales, al acortar las distancias que separaban a los dos m¨¢s grandes partidos en n¨²mero de votos, han situado a los amigos de Sa Carneiro, s¨®lidamente, en la posici¨®n de rivales directos de los socialistas. Los liberales (o socialdem¨®cratas, como ellos mismos se intitulan) reivindican ahora la honra de ser los m¨¢s severos censores de la pol¨ªtica del Gobierno.
El primer ministro estim¨® en su intervenci¨®n que el apoyo popular, la confianza del presidente de la Rep¨²blica y el consentimiento de la Asamblea son, para su equipo, razones suficientes para continuar en la direcci¨®n del pa¨ªs.
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