Navidades sin butano
Desde hace dos d¨ªas en mi casa no disponemos de calefacci¨®n, ni de agua caliente, ni tampoco tenemos el combustible necesario para cocinar. Debemos tantas satisfacciones a la huelga de los repartidores de gas butano, o mejor dicho, a los responsables de que esos hombres hayan tenido que decidirse a una huelga para cuestiones tan elementales como disponer de seguridad social.En mi mismo caso deben hallarse millares, decenas de millares de familias; tal vez centenas de millares. Precisamente las capas m¨¢s modestas de la sociedad, puesto que el gas butano es la energ¨ªa m¨¢s barata que existe, lo que indica qu¨¦ clase de personas son las que se ven obligadas a utilizarla en sus usos dom¨¦sticos. Curiosa paradoja: la huelga de unos trabajadores causa graves perjuicios a una masa de trabajadores, en lugar de da?ar a quienes est¨¢n mejor situados econ¨®micamente. Simplemente quer¨ªa se?alarlo a ustedes por si pueden hacerse eco de este dato, no precisamente anecd¨®tico, en el que se ve toda una clase social en las ?se?aladas? fiestas navide?as.
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